Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Acerca del Apóstol

miércoles, 04 de septiembre de 2024
Creo en la presencia de los restos del Apóstol Santiago en Compostela. Ya sé que es débil la base histórica que apoya esta creencia, pero también sé que no hay datos en su contra y que, además, todas las tradiciones relativas a ella se ha ido corfirmando y hoy se consideran hechos probados. Por ejemplo, la existencia de Teodomiro de quien no había ni un dato histórico suyo, parecíendo un ente de ficción. Pero en las excavaciones de las naves de la Catedral de Santiago realizadas en 1958, apareció su lauda, escrita en un latín muy legible, indicando su existencia como personajes real.

Esté o no esté el Apóstol enterrado en Compostela, el Camino como ruta se transformó en una senda variopinta de usuarios de múltiples aspectos y nacionalidades que vinieron a venerar las santas reliquias del Apóstol. Desde rufianes de la más baja calaña, a fervorosos peregrinos, todos tuvieron cabida en esa senda que permitió la santificación de más de uno y una mezcla de creencias y costumbres que fueron consolidando un crisol de lo que más tarde conoceríamos como "Europa".

Muchos se quejan hoy en día del comportamiento de los peregrinos actuales, de su falta de solidaridad, de actitudes irrespetuosas, y de muchas otras cosas más. A pesar de todos esos aspectos negativos que hoy, de modo retrospectivo, podemos ver en el Camino, éste se consolidó como una ruta europea de peregrinaje, que desde hace unos Acerca del Apóstolaños vuelve a tomar auge. Cuando la UNESCO reconoció esta senda como Patrimonio de la Humanidad, tuvo en cuenta su papel en la formación de un espíritu, aun en ciernes, del sentir europeo que hoy nos une.

Gente que se ponía a caminar por pasar el tiempo, o por conocer a gente nueva, o por lo que fuese. Tal vez como muchos hacen hoy. Incluso este año, 2024, veo en redes sociales anuncios de agencias de viajes que programan el Camino con uno u otro presupuesto incluyendo hotel, transporte de mochila, lavado de ropa, etc., etc. ¿Qué le queda al caminante? Tal vez el selfi en el Obradoiro para indicar que también ha estado allí. Pero el Camino no es eso.

Algo que siempre me ha llamado la atención, y no encuentro muchas referencias aceptables, es la presencia de enfermedades contagiosas entre los peregrinos. Dadas las condiciones higiénicas en el Camino y en las hospederías, donde dormían varias personas en una misma cama, no es de extrañar la presencia de enfermedades contagiosas entre la multitud. Hoy perduran barrios llamados de "San Lázaro" en localidades situadas en el Camino, y conviene recordar que San Lázaro es el patrono de los enfermos de lepra. En esos barrios estaban los hospitales para leprosos.

En Lugo, el hospital de leprosos, el lazareto, estuvo en el actual barrio de San Lázaro, frente a la capilla dedicada al santo, en un sólido edifico aún en pie y con puerta historiada. Desde la orilla correspondiente a la Fábrica de la Luz, es posible contemplar la amplitud de la casona.

En nuestra ciudad, tenemos tres representaciones iconográficas diferentes del Santo. La conocida como Matamoros, en la que desde un caballo, siempre blanco, remata a pobres moros que son pisoteados por la montura. Tenemos, más pacíficas, dos del Santiago Peregrino, una de ellas en la Catedral. La encontramos en una capilla absidal, entre el altar de San José y la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes. Una imagen lastimosa, a pesar de tanto arreglo que le hicieron al templo, que ahora es de pago. El pobre Santiago Peregrino aparece a punto de caer hacia un lado. Inclinado de modo patente, a nadie le importa ese lastimoso estado o nadie lo percibe. Olvidado o desapercibido.

Otro, bonito, es el Santiago Peregrino que vemos en el pórtico de la parroquia de Santiago de Meilán. De corte plenamente compostelano, ataviado al modo de peregrino, avanza. El avance lo notamos en el borde de la saya, pues si estuviese parado, la saya caería vertical por todo el contorno de la figura, pero aquí sobresale una rodilla, como pegada a la túnica, señal de que la pierna avanza al caminar. Merece una visita al lugar.
Valadé del Río, Emilio
Valadé del Río, Emilio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES