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Ayuda para la Residencia Betania

Timiraos, Ricardo - miércoles, 24 de julio de 2024
Ayuda para nuestro asilo


A la Madre Enma, en gratitud a su enorme labor.
Nos acordamos de su ejemplo.


Quien sólo realiza una fugaz visita a sus familiares o amigos de la residencia Betania de Viveiro, por lo general, desconoce la realidad de esa institución, que siempre hemos llamado Asilo de ancianos desamparados. Difícil resulta en estos tiempos hablar de "desamparados", porque parece que la palabra ofende a quienes desde la soberbia opulencia niegan que haya pobres. Es tal el estado de bienestar de muchos, que fácilmente olvidamos a otros, a aquellos que realmente nos necesitan.
Hoy vivimos en un mundo absurdo, donde gastamos nuestro dinero en mil estupideces, justificando con mentiras nuestro egoísmo, para dejar abandonados en la necesidad a nuestros semejantes. Un mundo que no quiere recordar aquellos tiempos de extrema necesidad- sólo hace sesenta años- cuando el pueblo creía en el altruismo o caridad y trabajaba con ahínco en tareas solidarias. Hablo de San Juan de Dios, por ejemplo. Pero también de las múltiples iniciativas que por entonces había para ayudar a nuestro entonces Asilo de ancianos desamparados. El dinamismo de la famosa Madre Enma dejó una huella imborrable en muchos de nosotros para sacar a aquellos desvalidos del estado de precariedad en el que vivían.
Hoy parce que hemos perdido aquellas virudes de fraternidad y solidaridad con los necesitados y, aunque nos declaramos muy solidarios, se nos olvida con frecuencia la necesidad ajena. A veces somos tan inconscientes que no sabemos valorar en su justa medida la JOYA que tenemos con la llamada ahora residencia BETANIA. En un mundo especulativo, donde las residencias de ancianos están en gran medida en manos de fondos de inversión buitres, poca gente es consciente de la suerte que tenemos con la generosidad de estas monjitas.
BETANIA, siguiendo el espíritu de su su fundadora SantaTeresa Jornet, nunca buscó el rendimiento económico, sino que, cumpliendo con holgura con los parámetros de bienestar que hoy demanda la sociedad, "las Hermanitas", como cariñosamente les llamamos, trabajaron y trabajan gratuitamente atendiendo a nuestros mayores sin perder un ápice de su verdadera misión: dar cobijo a las personas sin recursos. Sin duda, los tiempos han cambiado y con ello también lo hicieron los medios. Hoy hay enormes cambios en las comodidades, instalaciones y formas de trabajar con personal eficaz, competente y servicial magníficamente dirigido por esta siervas de Dios y de los hombres.
Ahora bien, habiendo "desamparados", los recursos económicos son escasos. Cierto es que entra dinero de las pensiones, pero la mayoría son pequeñas, y a la hora de cubrir gastos, según me insinúan algunos residentes, las arcas no pueden andar boyantes. Me hacen observar también que reciben algunas ayudas a la dependencia y subvenciones de la Xunta, pero sobre todo donaciones. Sé que están muy agradecidos a las gentes del mar, a empresas como Eroski y a personas particulares conscientes de la problemática, pero las dificultades económicas están al acecho siempre.
Pero me percaté que algo duro y muy triste se cuece cuando, después de tantos años que parecía que por fin salían a flote con la concienciación social, me resultó muy extraño ver a la buena y trabajadora Marta Fanego al frente de un mercadillo benéfico: "PARA LA CALDERA NUEVA DE BETANIA".
Aquella misma tarde, visitando a mi querido amigo D. Emilio Prado, asistente religioso de la Comunidad, me comentó que tenían un problema grave consistente en la necesidad de la citada caldera, que se requería echar mano de los amigos.
Con esta preocupación vine para casa y me acordé de la cantidad de cosas que para ayudar al Asilo se llevaban a cabo en Viveiro antiguamente: teatro, festivales, colectas, partidos de fútbol... Porque Viveiro, tendrá los defectos que quieran ponerle, pero JAMÁS ha abandonado a sus ancianos del Asilo. Lo que me llevó a pensar que es preciso sembrar la idea de ayuda- al no residir en Viveiro sol puedo colaborar- y agradecería y animaría a constituir una comisión cívica con el fin de recabar toda la ayuda posible para resolver este grave problema. Hay, creo yo, obligaciones morales de instituciones, cofradías, asociaciones, grupos y personas a nivel personal que pueden echar una mano. De momento, en la propia institución, es decir en BETANIA, se reciben con gratitud todo tipo de ayuda posible. Invitamos a todos los vivarienses a demostrar nuestra generosidad.
Por supuesto, en nombre de dicha Comunidad queremos agradecer las ayudas que buenamente cada cual pueda aportar. Un caritativo saludo.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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