Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Al hilo de los festejos del Apóstol en Santiago

Alén, Pilar - viernes, 12 de julio de 2024
Pronto llega el pistoletazo para el comienzo de las fiestas del Apóstol en Santiago (19-31 julio). La programación ya está servida y cada cual puede hacerse ya una idea de cómo disfrutarlas http://santiagodecompostela.gal/medi/Baners/Programa_Apostolo_2024.pdf
Nuevos espacios y alguna propuesta novedosa. Lo antiguo (lo de siempre que nunca defrauda) se entremezcla con lo más moderno (lo que está de moda): alboradas, trofeo de llaves, gigantes y cabezudos, orquestas y charangas, folklore... junto a un espectáculo de drones, videojuegos, mirada a las estrellas en la noche e incluso danza y proyecciones cinematográficas
https://www.elcorreogallego.es/santiago/2024/07/10/capercaillie-fela-kuti-leyendas-world-music-fiestas-apostol-santiago-105458945.html
https://www.lavozdegalicia.es/temas/festas-do-apostolo/
Al hilo de los festejos del Apóstol en Santiago
Se trata de las fiestas más populares de Compostela, las más importantes del año. Será que, por ese carácter 'popular', a los de música "clásica" les han dado varapalo. Solo figura la actuación de la Real Filharmonia de Santiago en la Plaza de A Quintana, sobre el improvisado estrado que otros muchos ya habrán antes pisado.
De música sacra, nada, salvo lo que cantarán en la novena del santo en la catedral. Del género lírico, menos que nada, pese a ser Santiago una de las primeras ciudades en acoger antaño a compañías musicales que tuvieron mucho que bregar para hacerse un lugar. Basta recordar escuetamente como fue ese proceso.
La idea inicial de traer la ópera a Compostela partió allá por 1768/69, como era entonces de esperar, de un empresario y cantante italiano, Nicolà Setaro. Estuvo en Coruña y en Ferrol y, de retorno a Santiago, tuvo no pocos problemas hasta ser incluso apedreado. Perseguido y a cuestas con varios altercados, al fallecer, su labor la continuó Alfonso Nicolini, su propio yerno, casado con su hija Anna Setaro.
Pasados los duros avatares de finales del XVIII y primeras décadas del XIX, a partir de 1842, recién levantado el Teatro Principal de la Rúa Nova, hubo un notorio interés por este género importado, especialmente entre las altas clases, es decir, entre los que podían pagarlo.
Gustaba, como en todas partes, la ópera italiana y francesa, que se codeaban, entre una y otra temporada, con funciones de zarzuela, música de cámara, bailes y otras atracciones de menor calado (magos, saltimbanquis, etc.).
Hasta 1875-76 el edificio no gozó de gas para alumbrado, por lo que funcionó casi a oscuras, al albur de la climatología y sorteando otros obstáculos, como fue mantener unos precios que, no siendo excesivamente caros, no estaban al alcance de cualquier aficionado. Pese a todo, el placer por el bel canto fue creciendo, sosteniéndose y se vio ampliado. No fue un fenómeno multitudinario, pero sí revolucionario ya que alentó un cambio de mentalidad, pertinente e impensable en un Santiago repleto de clérigos, conventos y poca más gente. Ciudades como A Coruña, Ourense, Tui, Pontevedra o Lugo no quedaron atrás, superando a Santiago en su afán de traer y acoger teatro musical.Al hilo de los festejos del Apóstol en Santiago
¿Más logros de la ópera en Compostela? Por una parte, gracias a su presencia comenzó a divulgarse el canto lírico y la música de cámara en ediciones para tríos y cuartetos, reducciones y adaptaciones para bandas y charangas y para voz y piano. Por otra parte, para los músicos locales constituyó un modo de financiarse la vida con salarios extraordinarios. Eran, sobre todo, asalariados de la catedral y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago, empeñados en sacar adelante la incipiente Escuela de Música, germen del Conservatorio Histórico, como ahora se conoce.
Casi milagroso sería en nuestro tiempo que regresaran a esta ciudad las representaciones de ópera (y, ya puestos, las de zarzuelas y géneros similares) de modo estable, financiadas y atractivas para un amplio espectro de gente. Ya se sabe que hay mil problemas ante un tema que en sí mismo genera controversias y dilemas.
El avance sería patente si demanda y oferta se compensasen mínimamente, pero para eso hay que empezar por crear un hábito que no sea lábil. Ese arraigo redundaría en ganancias de no pocos cantantes, instrumentistas, diseñadores, peluqueros, maquilladores, figurantes, etc., e incluso de taxistas y de hosteleros.
No es uno de los géneros musicales preferidos. No obstante, cuando se deja caer en ciudades como Santiago, hay movimiento e interesa. ¿Por qué? La verdad sea dicha, en gran parte porque hay escasa oferta y no siempre, pero habitualmente, cada función vale la pena verla.
Es un espectáculo recomendable y saludable, incluso aunque sea en dosis pequeñas. Evade de los males que nos rodean, fomenta la imaginación, ejercita el cerebro, incita a comprender o recordar idiomas, que falta hace en una ciudad que es como la Torre de Babel y de todo un poco hay que saber...

Pilar Alén, Profesora de la USC
Alén, Pilar
Alén, Pilar


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICIDAD
HOMENAXES EGERIA
PUBLICACIONES