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Puertas e itinerarios

Valadé del Río, Emilio - viernes, 31 de mayo de 2024
Hablar de puertas en Lugo nos lleva a muchos temas derivados y relacionados. Desde el desconocimiento por parte de muchos, hasta lo costoso de su mantenimiento, pasando por el menosprecio de no pocos. Me asombra que sean tantos los que, pasando por nuestras calles, no se han fijado nunca en la belleza que custodia los portales cuando vamos de un sitio para otro por la zona monumental. Si hablo de puertas bonitas y singulares, aconsejo la calle de Quiroga Ballesteros y la parte superior de Bolaño Rivadeneira. Hay muchas más en otros sitios, pero en estas dos calles hay materia suficiente para disfrutar un rato.

Me gusta la Muralla, nuestro bien patrimonial único, desde hace algunos años declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pero yo me pregunto si no tenemos más cosas que enseñar en Lugo, más bienes de los que, dignamente, enorgullecernos y mostrarlos a quienes nos visitan.

A veces, frente al Concello se pone un despacho de atención al visitante con personas amables, que orientan a quienes se acercan a él pidiendo consejo con el fin de aprovechar su visita a Lugo. También reparten prospectos, trípticos y planos de la ciudad. Toda la información disponible es sobre la Muralla. ¿No hay nada más? A mi, que soy un ciudadano de a pie, se me ocurren varios itinerarios diferentes para sacar Puertas e itinerariosprovecho de nuestro patrimonio, hacer que los visitantes nos conozcan mejor y marchen contentos. No los voy a decir, porque tenemos sobrados personajes muy sabidos que, seguro, ya tienen un circuito nuevo para promocionar, el de jardines de ayer y hoy. Si no lo tienen, lo están perfilando.

Mis amigos, cuando vienen a Lugo, conocen cosas que no sospechaban que tuviésemos aquí, y siempre marchan con buenas impresiones de la Muralla, que es lo primero que les enseño, pero sabemos que hay más. ¿Por qué esa dejadez institucional? Pues no lo sé. Incluso, diría que la Muralla está algo dejada de lado. En la ciudad, no veo indicadores acerca de sus accesos. Tampoco es cuestión de llenarla con flechas y direcciones, pero alguno más podría haber.

En fin, hay muchos motivos para hacer con ellos itinerarios turísticos en la ciudad. Querer es poder, dice el refrán, pero a veces parece que estamos en manos inexpertas, que no quieren o no saben. Solo parece. Todo esto se me ha venido a la mente a raíz de mi anterior artículo en El Progreso (07/05/24), sobre puertas y portales, exponentes de una época en la construcción en Lugo. La llegada del hormigón, su utilización por personas expertas en hacerlo y que sabían lo que querían hacer, generó la aparición de un nuevo estilo constructivo, que en general se ha llamado Racionalismo y del que hablo con frecuencia aquí mismo. Tal vez en el parque de Rosalía de Castro, esté la primera obra racionalista que se levantó en España, hablo de la Pérgola, desde la que admiramos el hermoso paso del Miño por cerca de nuestra ciudad. Conviene no olvidar la lección que nos dio el Garañón y su derribo. Todos juntos con la misma intención, fuimos capaces de conseguir lo impensable.

A veces, he pensado que el Paseo de los Tilos, diseñado por Eloy Maquieira para dar acceso al parque, utiliza esos árboles como consecuencia de recuerdos. Lo creo por la majestuosidad de los tilos en el Paseo bajo los Tilos berlinés, que vio Maquieira.

Hay una puerta que también, a mí, me recuerda la capital prusiana. La traigo en la foto que acompaña este texto. Es la de la casa Roca, en la plaza Mayor. Su diseño, de enrejado mayormente horizontal, se sobrepone intencionadamente con las listas grabadas en los cristales, generando un conjunto que, incluso, puede confundir al paseante.

Pero lo que más me admira de esa manera de trabajar, es el zócalo de las jambas. Para hacerlo, se cortaron tiras estrechas a partir de una sola pieza de mármol veteado. Luego, se fueron colocando en la pared en el mismo orden en que se habían cortado, de modo que las vetas se continúan de una tira a otra, pareciendo que es el mismo mármol el que se curvó. Saber hacer.
Valadé del Río, Emilio
Valadé del Río, Emilio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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