De Tintoretto a Luca Giordano y Sebastiano Ricci,un viaje de descubrimiento de la mitología, los héroes y los dioses que han protagonizado las narrativas de artistas que, con un extraordinario talento creativo y una inspiración exuberante, han sido capaces de transmitir la poética barroca en la estela de la tradición pictórica veneciana. Las 52 obras (34 pinturas y 18 libros fechados entre los siglos XVI y XVIII) que componen la muestra forman parte de la colección de la Fundación Querini Stampalia.

Con esta exposición, la Fundación Barrié quiere traer a Galicia una colección que ejemplifica la relación entre el mecenazgo privado y el desarrollo urbano. Venecia, una de las ciudades más importantes en el imaginario cultural del mundo, fue no solo la destinataria del coleccionismo de los Querini, sino también el propio motivo de fondo que conduce las iniciativas de esta familia, que se encontraba entre las originarias en el momento de la fundación de la ciudad-Estado y participó activamente en los eventos políticos, artísticos y económicos de la urbe a lo largo de toda su historia.
En este viaje, que la Fundación Barrié trae a A Coruña como primicia en toda España, pinturas, libros impresos y grabados conversan entre sí para adentrarse en el espíritu de aquella época, situando al hombre entre la virtud y las pasiones, entre la censura y el espectáculo.
Tres historias se conjugan en esta nueva exposición: la de la familia Querini, la de la ciudad de Venecia y la propia historia universal de arte. La muestra parte del hilo

conductor de los mitos venecianos, para abordar a los héroes y los dioses que han protagonizado las narrativas de artistas que han sido capaces de transmitir la poética barroca en la estela de la tradición pictórica veneciana.
De Tintoretto a Luca Giordano, pasando por Sebastiano Ricci. Esos son los autores de algunos de los cuadros que se podrán ver en la exposición. Entre las obras seleccionadas se encuentran piezas como Concilio degli dèi de Jacopo Tintoretto, que interpreta la Edad Antigua vistiendo a los personajes con trajes que combinan lo clásico y lo cinquecentista. También se presentan historias amorosas como las de Adonis, Teseo y Ariadna. Además, forma parte de la muestra Plutone rapisce Proserpina del taller de Giulio Carpioni, y Banchetto degli dèi del mismo Carpioni
La muestra explora la influencia de la mitología clásica en el Barroco veneciano. También ofrece una mirada a cómo Venecia encontró en las fábulas mitológicas una forma de mantener una imagen de lujo y prosperidad durante su decadencia política y económica entre los siglos XVII y XVIII.
Entre las obras seleccionadas se encuentra «Concilio degli dèi» de Jacopo Tintoretto, que interpreta la Edad Antigua vistiendo a los personajes con trajes que combinan lo clásico y lo cinquecentista. También se presentan historias amorosas como las de Adonis, Teseo y Ariadna. Además, forma parte de la muestra «Plutone rapisce Proserpina» del taller de Giulio Carpioni, y «Banchetto degli dèi» del mismo Carpioni. Este muestra a las doce deidades del Olimpo reunidas en un simposio.
La exposición se divide en seis secciones: 'Dioses y héroes', 'Pintura y literatura', 'El cielo de los dioses', 'Las alegorías', 'El mito de Venecia' y 'Entre el clasicismo y el cristianismo'. Los propios títulos de las apartados sintetizan la museología de la exposición, la poética barroca de la pintura veneciana entre los siglos XVI y XVIII, cuyas comisarias así describen: «Durante su lenta fase de declive político y económico, acaecido entre el siglo XVII y el XVIII, Venecia busca refugio en las fábulas mitológicas como vehículo de consolidación de una imagen de lujo y prosperidad.
Al servicio de esta narración florece un mundo de pintores tales como Tintoretto, Padovanino, Francesco Ruschi, Pietro Liberi, Francesco Maffei, Federico Cervelli, el napolitano Luca Giordano y el errabundo Sebastiano Ricci, cuyo arte se desarrolló en casi todas las partes de Europa». Y continúan las expertas sobre la muestra: «Pinturas, libros impresos y grabados conversan entre sí para adentrarse en el espíritu de aquella época, en la cual el alma barroca sitúa al hombre entre la virtud y las pasiones, entre el desasosiego y la desilusión, entre la censura y el espectáculo». Y es que la muestra nos acerca la fama y el esplendor de aquel escenario único en el imaginario artístico internacional.
Por eso destacamos la 'Bacanal' de Niccolò Frangipane, óleo de finales del XVI donde reluce la figura del dios Baco; aparece la fiesta representada por el vino, y las consecuencias de la fiesta, o sus debilidades, a través de la mirada y la dentadura de sus protagonistas. Una imagen celestial que abarca lo terrenal. O viceversa. El mito y el antimito.