Sobrecargados
El chico del niki rojo - miércoles, 15 de mayo de 2024
El otro día estaba en casa, tranquilo. Había estado realizando algunas tareas cotidianas, pero no reparé en algunos detalles singulares de los habitáculos de mi vivienda hasta que no me levanté del sofá para ir al baño.
En el salón, sobre la mesita pequeña donde reposa el teléfono fijo, se estaban cargando, junto a la impresora, la tableta y el teléfono móvil. Encima de la mesa grande se cargaba el ordenador portátil. Al pasar al hall, observé que, en la cocina, que está justo enfrente, había dejado cargando la aspiradora de sistema ciclón.
Al llegar al baño, junto al lavabo, se cargaban la máquina de cortar el pelo y el cepillo de dientes eléctrico. Cuando salí de allí, me dirigí hacia el dormitorio y, al entrar en él, me percaté de que, sobre una de las dos mesillas, se estaba cargando la pulsera inteligente que uso para contabilizar los kilómetros y el consumo de calorías derivados de mis largas caminatas vespertinas. En otra habitación, que da al pasillo, tenía cargándose la batería para la cámara fotográfica réflex.
De repente, me quedé atónito. Estaba utilizando, al mismo tiempo, nada más y nada menos que un total de ocho cargadores. Volví de nuevo al salón, me senté en el sofá y encendí el televisor. El primer anuncio publicitario que apareció en pantalla fue el de un coche eléctrico, con su correspondiente cargador. Me horroricé y apagué el aparato.
Esa misma noche tuve un sueño terrible. Me encontraba en una sala muy amplia, donde había cargadores de todo tipo enchufados a las paredes. Mi cuerpo estaba rodeado de cables conectados a puertos USB de diferentes clases y una especie de enfermero enfundado en un equipo de protección individual me observaba de manera extraña, mientras que me comentaba que estuviese relajado, que no me pasaría nada malo. En ese momento, me sentí completamente abducido y desperté de inmediato envuelto en un sudor frío que había empapado la almohada.
No sé si a los demás les sucede lo mismo, pero yo estoy sobrecogido, "sobrecargado" de tanto cargador y de tener que "cargar" con muchos de los que tengo cada vez que viajo a algún sitio. He de tomar medidas urgentes, pero lo cierto es que no sé qué hacer porque no veo una solución para esta situación agobiante.
Me han recomendado que utilice un multicargador, otro dispositivo más que me obligaría a habilitar una zona especial de la casa para juntar todos los aparatos susceptibles de carga. Es como una especie de trampa, una auténtica pesadilla. Y hasta ahora, no había sido consciente de ella. No obstante, a lo mejor sólo me ocurre a mí porque nadie me ha comentado que le preocupen estas cosas.

El chico del niki rojo
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