Muerte. Visión cuántica (2)

Todos los científicos, coinciden en que la base del universo, no es la materia, sino la energía.

Partiendo de esta premisa, concluiremos lo que admiten las teorías físicas de forma contundente -tanto la clásica como la cuántica-, y es que la energía no se crea ni se destruye, se transforma. Está siempre en movimiento. Se propaga por ondas electromagnéticas, con frecuencia e intensidad variable. Se presenta como alta frecuencia en ondas electromagnéticas y, energía en baja frecuencia como partícula-materia. Produce el efecto conocido como entrelazamiento cuántico. Consiste éste, en que divididos un grupo de electrones y, llevados una mitad de ellos a cientos de Kms. del laboratorio experimental; al ser cambiada una propiedad en una de las mitades, por ejemplo su espín -momento angular intrínseco de giro y valor fijo-, la otra, cambia de forma instantánea dicha peculiaridad.

Entonces, si nuestro pensamiento, es un "pulso eléctrico" y, como bien demostró Einstein - "...todo pulso eléctrico, conlleva información..."-, nuestros pensares, a través de sus ondas electromagnéticas de pensamiento, generarán una determinada longitud, vibración, frecuencia e información cuántica que alimentarán a ese "Campo cuántico personal individual" -del que hablábamos en el pasado primer artículo sobre esta materia-; cambiando también de manera instantánea dicho "Campo" o, lo que es lo mismo, nuestro "nivel de conciencia", para bien o para mal.

A estas alturas del actual desarrollo mental humano, todos sabemos que nuestra aura -campo cuántico electromagnético- como toroide que es, expresa la "luz" que nosotros le aportamos a través de nuestros pensamientos. Así, cambiando nuestra realidad, de acuerdo a esos pulsos eléctricos de las personales formas de "cavilar", cambiaremos nuestra propia realidad. Enfermando o sanando los distintos cuerpos: físico, emocional y mental.

La forma más efectiva de acceder al campo cuántico y comenzar a modificar nuestra realidad biofísica, es a través de la meditación.

La meditación -demostrado científicamente, mediante las conocidas como cámaras bioelectrográficas de Konstantin Korotkov. Director del Instituto de Investigación Física de San Petesburgo-; nos evidencia con sus fotografías áuricas, que se llega a generar en un estado óptimo meditativo, más de 100.000 fotones por segundo. Cada neurona cerebral -según ha expuesto-, produce un fotón por minuto. Número de neuronas = 100.000 millones. ¡SOMOS LUZ!

Podemos concluir -según las premisas hasta ahora expuestas-, que nuestra mayor o menor "luz" a la hora del "Gran Viaje"; habrá de estar condicionada, por las ideas, conceptos, planes, proyectos, propósitos, intenciones; que siendo honestos, conllevarán como primer paso elemental de toda conducta evolutiva: auxilio, servicio, cuidado, socorro y protección al prójimo.

Entonces. Prontuario final. 1.- Correctas relaciones humanas. 2-. Buena voluntad. 3.- Voluntad al bien. Los tres básicos fundamentos para toda aquella sociedad, que pretenda ascender evolutivamente, en la escala del crecimiento humano.