¿Nos cambiará la vida tras el 18-F?

Depende!!! Respuesta muy gallega. Los que residen en las ciudades gallegas son más vulnerables al poder autonómico. Los que vivimos en la Galicia de ayuntamientos-parroquias-lugares en la hermosa costa Cantábrica, sinceramente, no. Debería tener impacto para los pescadores. Debería tener impacto para los universitarios. Debería tener impacto para los que se preocupan del medio ambiente. Debería tener impacto para los que aguardan con paciencia indignada en una lista de espera para ser atendidos por el SERGAS.
En Galicia hay distintas velocidades. La del asfalto capitalino. La de los usuarios de los trenes. La de quienes aguardan un empleo estable con salario digno. La de quienes cuidan a un dependiente. La de los jubilados que disfrutamos con la naturaleza, las partidas de tute o dominó en una cantina portuaria, la de los que podemos todo el año disfrutar de esas inmensas playas de A Mariña o de Costa da Morte. Unos abusan del móvil. Otros disfrutamos de la soledad calculada y de la tertulia con los amigos de siempre. Creo que los resultados del domingo 18-F tendrán menos duración que otras cuestiones que van desde los resultados de la liga del futbol hasta la llegada de alguna borrasca. Es más, en muchos hogares hay incertidumbre; pero no por la política, más bien por la ropa de invierno o primavera que hay que tener a mano para salir en función de lo que denominan los expertos como veleidades del cambio climático.
La memoria histórica social y costumbrita a penas dura quince días. Nos afecta más la pérdida de algún vecino. Nos afecta más lo que dicen desde la radio cuando nos desplazamos en nuestro vehículo por esta ciudad horizontal que es A Mariña. Y desde luego, el calendario de las próximas vacaciones de Semana Santa en la hermosa Vila do Landro, pues tales fechas serán preludio de los movimientos turísticos para los que año tras año descubren la calidad de vida que disfrutamos los gallegos. Y algo que no tiene precio. Aquí la vida transcurre sin prisas.
Marzo está ahí. Antes se cumplía. Si marzo mayea, mayo marcea. Ahora lo que tenemos seguro es que la distancia entre la salida del sol y su puesta se alarga y quienes gustan de tomar la caña para pescar sólo deben comprobar el calendario de las mareas marcelinas, las más grandes del año para capturar un sargo; pero también aprovechar los precios y tamaños de los centollos.
Antes nuestra flota iba al bocarte. Sabroso pescado azul que junto a la caballa sirven para degustar las mejores empanadas del mundo. Era tiempo en el que nuestros marineros arranchaban las lanchas motoras para tenerlas en disposición de ir al curricán entre Cabo Morás y Los Farrillóns. La vida en la histórica Diócesis de Britonia era así. La jornada electoral del 18-J un mero accidente que se supera de inmediato por el calendario de fiestas patronales que comenzarán con As Quendas en la inmortal Mondoñedo. Nosotros seguiremos siendo gallegos de lluvia y calma.