Anoche me volvieron las pesadillas. Estaba en un salón enorme, sentado en una de esas mesas de reuniones de madera noble que imponen. En la cabecera, una bandera
argentina y una gran silla vacía, que fue rápidamente ocupada por un tío de cara seria, casi diría muy cabreado. Volvía de la ventana a través de la cual había estado mirando una nutrida manifestación en la calle que pedía su dimisión. Y mientras se resguardaba para protegerse de alguna piedra o huevo lanzado por algún manifestante más cabreado que él, entre puteadas (las suyas y las de la calle), recorriendo la distancia hasta la silla, dijo:
- Tenemos que hacer algo. Urgente, ya mismo. Quiero propuestas.
- ¿Salimos a reprimir sin asco? Meta palos y a la cárcel -dijo un militar a mi izquierda.
- Ni en pedo, hermano -replicó un civil levantando la vista del móvil- no ganamos más una elección. Lo de los palos está bien, pero en otra dirección.
- Tenemos que hacer algo que me devuelva el prestigio, que me permita asomarme a ese balcón y oír los aplausos y vivas a mi persona - el Jefe, empinando un vaso de whisky - ¡No se les ocurre nada, carajo!
- Yo traje este plan de emergencia, elaborado como tesis en la escuela militar. Nos pidieron un ejercicio bélico y me quedó tan redondo que decidí traerlo - agregó otro militar a mi derecha, abriendo una carpeta roja.
- Perdone mi general -el uniformado de mi izquierda- yo insisto en una guerra corta, a pesar de la desigualdad de nuestras fuerzas con las del enemigo.
- ¿Qué dirán nuestros aliados internacionales? - el Jefe al canciller.
- Con una buena excusa y una eficaz propaganda, dé por descontado un apoyo total y sin fisuras, mi general. Les recordaremos que esas tierras históricamente son nuestras y que fueron usurpadas por nuestros enemigos. Tenemos unos apoyos incondicionales muy poderosos y el resto no se van a interponer.
Pero noté que mientras se desarrollaba la conversación, la bandera que se encontraba en la cabecera de la mesa había cambiado algo. El sol central era ahora una estrella de David y las franjas algo más delgadas y oscuras. Y fue cuando me desperté.
Nota aclaratoria para miembros de la generación Z o desmemoriados. El General Galtieri (Argentina) invadió las Islas Malvinas en 1982 ante una ola de protestas que hacían tambalear su gobierno. Se enfrentó con unas fuerzas anticuadas a uno de los ejércitos más poderosos, desoyendo los esfuerzos de la diplomacia mundial. Así le fue.
En 2023 el Ministro Netanyahu en una situación idem, decidió una acción militar idem, con una respuesta internacional idem. Solo que se enfrentó con uno de los ejércitos más poderosos a un grupo terrorista infiltrado en una de las poblaciones más puteadas del mundo, que llevan décadas viviendo de las limosnas. Así nos irá a todos. Y con respecto a la invasión de Hamás y el supuesto "descuido" de la frontera, hum... eso huele de mal...
Andrés Montesanto. Un escritor tan desorientado que duerme con una brújula en la muñeca, porque tiene miedo de no encontrar la cama cuando la próstata lo obliga a visitar el baño por las noches.
