Hace tres años tuve una mención de honor y este año el primer premio.
Gracias al jurado por su generosidad.
Hace unos días recibí la noticia de que el jurado del Premio de Periodismo del Belén de Begonte había elegido un artículo de este mismo blog como primer premio del certamen. El sábado me entregaron el premio y no puedo menos que mostrar sorpresa y gratitud, que son las dos palabras que me vienen a la cabeza al pensar en ello.
La sorpresa vino del hecho de que no presenté el artículo al certamen, lo hizo un amigo al que no puedo menos que agradecerle su fe, generosidad y atención para conmigo. De ahí que la llamada me pillase completamente desprevenido y que si no fuera porque conocía a la persona que me lo decía habría pensado que me estaban tomando el pelo.
La gratitud es múltiple. A este buen amigo que se molestó en remitir el texto, al jurado por su fallo, a Galicia Digital por hacerse eco del artículo... y al Belén de Begonte por existir. Seguro que me dejo a más gente.
El artículo lo escribí el día de Navidad, en unas fiestas atípicas porque en mi entorno mucha gente tenía problemas de salud (infecciones respiratorias varias, como muchos hemos sufrido, yo incluido) y fue un año en que la añoranza y el recuerdo de quienes ya no están se hizo más patente, no me pregunten por qué, porque no lo sé. Quizá por esa situación tan surrealista.
Me atrevería a calificar el artículo de amargo, porque habla de la pérdida, del pasado que no vuelve... pero como el chocolate puro es una amargura no desagradable porque llega a la conclusión de que el Belén de Begonte es un ancla a ese pasado, y lo hermoso e incluso necesario que eso resulta cuando uno va cumpliendo años.
Me choca profundamente ganar un premio de periodismo, porque jamás me atrevería a calificarme a mí mismo de periodista. Es un mundo que me atrae mucho, e incluso llegué a pedir el ingreso en esa carrera (a pesar de que José María Carrascal me lo desaconsejó) aunque la nota no me alcanzó y mi futuro cambió en otra dirección, así que ni soy periodista ni pretendo ejercer un intrusismo profesional en esa maravillosa profesión.
El blog es una cuestión puramente personal, de opinión, y que varios medios tengan a bien publicar algunos de mis artículos no me convierte ni de lejos en periodista. Columnista si quieren, pero nada más. Siento demasiado respeto por el periodismo como para autocalificarme como parte de ese sector.
El premio me lo entregó la Vicepresidenta primera del Parlamento de Galicia, Elena Candia
Aún así no puedo menos que agradecer una vez más a todos los implicados que hayan elegido un artículo publicado en plataformas digitales (mi blog www.desdelugo.es y el portal www.galiciadigital.com) para el premio de periodismo del Belén de Begonte, algo que llama la atención por la aparente contradicción que puede haber entre la conservación de tradiciones y la apertura a nuevos medios de difusión, pero quédense con lo de "aparente", porque nada más lejos.
Begonte ha impulsado su Belén en redes sociales y ha contratado a grafiteros para llamar la atención sobre él. Han sido, si no pioneros (término muy deteriorado por su uso indiscriminado y en ocasiones interesado), sí muy avanzados, en muchas cosas, así que no confundamos términos.
Sólo me resta decir que es un inmenso honor con el que no contaba y que sólo la confianza en el buen juicio de los miembros del jurado me permite decir que espero que sea merecido.
Muchísimas gracias.
