Estas fotos las incluí en un artículo que publiqué en este blog en 2017. Ya ven que la situación no ha variado.
No deja de ser curioso que, al mismo tiempo que se modifica la Constitución Española para retirar un término que la política buenrollista actual considera impropio, se impida el acceso a edificios públicos significativos a personas en silla de ruedas.
El edificio que todos conocemos como "el de los sindicatos", aunque también alberga sedes administrativas tan importantes como la Inspección de Trabajo, tiene unas escaleras en su entrada que suponen una barrera infranqueable e inaceptable en un edificio pagado por todos nosotros, tal y como denunciaron varios afectados en La Voz de Galicia del pasado jueves.
Lo más irónico del asunto es que hay un salvaescaleras instalado en dicho inmueble desde su reforma de hace ya unos cuantos años... pero que jamás entró en funcionamiento por lo que no es difícil sospechar que se puso únicamente para cubrir el expediente.
¡Pobre del particular que se atreviera a abrir un local con esa parodia de respeto a la accesibilidad! La sanción sería épica.
Por si eso fuera poco, ese edificio es sede de un colegio electoral, y algunos usuarios han tenido que soportar la inaceptable estampa de que les saquen la urna a la calle, como si fueran ciudadanos de segunda.
Tuve el orgullo de empujar la silla de ruedas de mi abuela durante mucho tiempo, y no creo que sea tolerable usar estas situaciones para hacer la foto, arañar unos votos, y que todo siga igual.
No sé si tienen intención de corregir este disparate, pero aunque sólo fuera por vergüenza, si es que les queda de eso, deberían hacerlo de inmediato.
