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'Carta a sus majestades los Reyes de la infancia'

viernes, 29 de diciembre de 2023
(Que nadie borre de la boca de los niños la sonrisa que augura un mundo de dicha para todos/as. Que la paz apague todo el fuego de guerras y cruentas divergencias.)

Majestades:
Este niño que habita desde hace setenta años en un cuerpo de un hombre os escribe esta epístola llena de ilusión pues, gracias a mi presencia, este ser sigue manteniendo viva cada día la esperanza de un mundo solidario. Mi petición va dirigida a los tres, pues pienso que hacerlo solo a uno sería casi discriminatorio. Disculpad que no redacte esta misiva a mano y con pluma de ave, como sería normal en los tiempos de nuestro excelso D. Miguel de Cervantes Saavedra, pero, comprended admirados Reyes, que hay que vivir de acuerdo a los tiempos y también espero que este heraldo al que entrego la misiva, el céfiro navideño, bien sepa que mi expresión, dada mi edad, mi escasa formación cultural y los problemas visuales que me afectan no puede compararse con el grandioso y bello estilo cervantino, pero también hablo en roman paladino y, como niño que soy, seré conciso y claro. No valen circunloquios, eufemismos ni metáforas, hay que llamar a las cosas por su nombre y calificarlas por su esencia.

Deseo que el regalo que os demando lo pueda compartir con todos los niños del mundo, como bien saben vuestras majestades, no sirve de nada ser egoísta y hacer peticiones para uno, lo que es de uso individual lo debe ser para la colectividad.

Ruego que no me traigáis en las alforjas de vuestros camellos nada material, esos cargamentos son excusados e innecesarios, pues en unos días pasarían al "Testaccio" colectivo. Hay que contribuir a eliminar el derroche consumista que solamente aporta más diferencias sociales y contribuye a que la pobreza y la crisis mucho más se agudice en este mundo. Lo que si es necesario es que en el próximo año no me dejéis carbón pues no deseo que me acusen de contaminar el planeta con energías poco ecológicas. Hay que, según acordaron en la última Cumbre, reducir a tope el uso de combustibles fósiles. La única energía que pretendo me aporten es la de los sentimientos esa que es renovable, limpia y pura, por eso en Navidad hay que aprovechar para fomentar los lazos solidarios.

Os estaréis preguntando qué quiere este niño que decía iba a ser claro y escueto y más dificultad os supone entenderlo. Bien, amados Reyes del gran reino de la infancia, tenéis razón; resumiré para no perderme en el piélago de las palabras. Deseo que traigáis el "Libro de los Valores". Sí, ese que es muy parecido al Quijote, pues, tanto uno como otro, son imprescindibles para saber vivir. En cada hogar de nuestro país, y si puede ser del mundo, que no falte un ejemplar de estos. Yo, como saben, os lo he pedido en otras ocasiones, y siempre me habéis dejado una nota que decía: "El Quijote ya lo debían tener en tu hogar y el Libro de los Valores también, sin ellos, amiguito, no hay familia."

Es verdad, en mi casa tenemos ambos manuales y los trasmitimos de generación en generación por eso, nuestros lazos familiares son sólidos y firmes, pero deseo que me traigáis la nueva y actualizada edición, esa que, como es gratuita, nadie valora y, lo que es peor, hay quien arranca sus hojas y las tira al aire en añicos. El Libro de los Valores aunque tiene muchísimas páginas no es voluminoso y su lectura es comprensible y sencilla a pesar de que en la actualidad muchos no entienden nada y si lo leen no lo aplican por eso el orbe está siendo sometido y subyugado por la violencia, las guerras...

Por favor, disculpad, me ha caído una gotita de lágrima en este papel, pero ella es insignificante comparada con las muchas que brotan de ojos de inocentes que sufren por el dolor que le causan los múltiples Herodes. Sequen esas lágrimas y los terribles ríos de sangre que tiñen, ahogan e inundan la Tierra. Que el aroma de la paz sea como gota de rocío que espera en la flor de las vidas el rayito de sol de fraternidad que el mundo tanto necesita para que luzca la concordia y unidad en la pluralidad.

Un abrazo de un hombre- niño que siempre tendrá abierto el Libro de los Valores para que se divulguen y hagan que el orbe sea una gran familia nuclear pero universal. El mejor capital no son los dineros, es el amor y ese, bien saben ustedes, que al Señor fueron adorar, es el que se presentó entre pastores en un pesebre de Belén, el Niño Dios, que debe habitar en todo humano corazón.

No permitan que el hermoso jardín de la infancia sea contaminado, esquilmado y destruido por la peor plaga. Por favor, no quiero envolturas coloristas hipócritas de cajas que contienen odio, envidia y discriminación. El regalo que precisamos es que no se corten las alas de la humana libertad y que el sueño infantil sea siempre real, tierno y dulce y nunca dramático y trágico.

Fdo.:
El niño eterno, el ser sincero.
Pol, Pepe
Pol, Pepe


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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