Muerte. Visión Cuántica (1)

Partamos del concepto de lo que se entiende por "mecánica cuántica" -la rama de la física que estudia la naturaleza a escalas extraordinariamente pequeñas; éstas son, los sistemas atómicos, subatómicos y las partículas elementales -quarks, gluones, bosones, fermiones, neutrinos...-, formando los llamados "campos cuánticos unificados", entendidos en términos de funciones concurrentes a que una onda, puede funcionar como partícula.

-En 1900, Max Planck descubrió la constante fundamental que lleva su nombre, que es utilizada para calcular la energía de un fotón. El físico descubrió que la radiación no es emitida ni absorbida en forma continua, sino en pequeñas cantidades a las que denominó "cuantos".

La dualidad onda-partícula es un fenómeno cuántico, bien comprobado empíricamente, por el cual muchas partículas pueden exhibir comportamientos típicos de ondas en unos experimentos, mientras aparecen como partículas compactas y localizadas en otros experimentos.

Como un "campo cuántico unificado de conciencia", que implicaría al hombre, sería aquél que alude a la idea de que se pueden unir neurociencia y física cuántica, para considerar que todo en el universo, está orquestado para convertirse en un "cosmos", no en un "caos".

Los doctores Stuart Hameroff -anestesista y profesor de la Universidad de Arizona-, y Roger Penrose -físico matemático británico y profesor emérito de Matemáticas de la Universidad de Oxford-; trabajan desde 1996 en una teoría cuántica del "alma-conciencia", según la cual, ésta, se encuentra contenida cuánticamente en unas estructuras denominadas "microtúbulos" de las células nerviosas cerebrales.

Estos microtúbulos, actúan como canales para la transferencia de información cuántica, hacia esa "conciencia-alma".

En la muerte, según su citada teoría, los microtúbulos pierden su estado cuántico, pero la información contenida en ellos, no se destruye, sino que pasa a otro nivel vibratorio de cuarta dimensión. 

En el caso del hombre, como digo, su conciencia en evolución -su "campo cuántico personal"-, sería como un "fractal" de esa "Mente Universal", conocida como el Nous de Anaxágoras, la Inteligencia Activa de Platón, la Sabiduría Absoluta de Aristóteles", que todo incorpora y totaliza, incluyendo aquél en sí mismo siendo parte, su total potencialidad y esencia.

Dicho "fractal", utilizando la mente, se convertiría en el soporte de nuestros pensamientos en un "campo cuántico diferenciado, exclusivo, único e individual, ya que todos sabemos que un pensamiento, es un pulso eléctrico que crea longitudes de onda determinadas y, con una frecuencia, vibración, energía e información, de acuerdo al pensamiento concreto que emite: bondad, amor, entrega a los demás, generosidad, ternura, afecto, armonía, envidia, miedo, recelo, odio, rencor, discordia, crítica, maledicencia...; generando niveles de conciencia personales, privativos y característicos de cada individuo en sus singulares estados mentales. Porque cada pensamiento, se corresponde con un tipo de onda cerebral concreto y definido. Siendo alimentado ese "campo unificado individual" del que hablamos, con la tipología, naturaleza y condición, de cada pensamiento que gestamos. Recordemos siempre que, "la energía, sigue al pensamiento".

Si se ha demostrado el aforismo "la energía, no se crea ni se destruye, sino que se transforma"; propuesto por Antoine Lavoisier en el siglo XVIII, será factible concluir, que ese "campo cuántico unificado personal de conciencia", una vez destruido el cuerpo físico, pasará cual "cuerpo cuántico", a otra dimensión invisible -la conocida, queda dicho, como cuarta-.

Y, en ésta, cual "interfaz" transformadora -lo mismo que la radio y la TV-, son "interfaces" de las ondas emitidas por sus respectivas emisoras; podrá manifestarse tal "entidad cuántica personal", con una amplitud, vibración, longitud de onda, frecuencia e información, de acuerdo a la energía que haya condensado a lo largo de su vida física.