Conocernos bien para saber quien somos

Algunos responden airados. "¡Llevo casi treinta años viviendo en este pueblo!". Evidente que en castellano con toques gramaticales propios de esa fabla que señala: no ser gallego; ser de otra región o comunidad. A la que no deben renunciar, pues la identidad del ciudadano tiene dos componentes. La que da el empadronamiento -ayuntamiento, parroquia, provincia...- La que da haber nacido y sentirse vinculado por familia, apellido, historia y alma, a un pueblo, aldea, lugar.

Soy Gallego por nacimiento y apellido de una estirpe judaica. Mindoniense por ser de una parroquia que pertenece a la Diócesis de Britonia, que comenzó en San Martiño, se detuvo brevemente en Ribadeo, pero siempre reconoció a esa ciudad inmortal rica en aguas, pan y latín, hermosa como pocas, dónde la soledad del caminante queda interrumpida por los acordes de La Paula y La Ronda.

Soy Mariñano por vocación y compromiso irrenunciable. Desde este puerto de las Reales Fábricas de Sargadelos en Los Campos, tengo nostalgia de aquellas flotas conformadas por hermosos buques a vela o los boniteros de madera que como dice la canción, para pescar bonito, ni Burela, ni Cillero. Y es que como nos enseñó Alberto Pillado somos hijos de la mar y el viento.

Pero hay que superar el examen. Aquel que nos habría puesto nuestro inolvidable Don Francisco Rivera Casás. Lo habríamos hecho escribiendo sobre el pupitre de madera con aquel plumín mojado en la tinta del tintero en loza blanca. Responder a cuantas parroquias constituyen nuestro ayuntamiento de Cervo. A buen seguro que en esas reuniones de comadres en el CIT muchas no lo saben.

Marcelino y Esperanza. Cándido y Carmina. Pallares. Severino. Pastor. Los tres talleres de modistas: Dorita, Oliva y Marita, o desde luego el taller para prendas de punto de las hermanas Correa. Arsenio Otero que cuidaba la cetárea para langostas. Xan Rey aquel hombretón de profesión herrero. Lima albañil para todo. Peto, botero o Fermín patrón mayor y práctico. Laxe siempre atento al fluido eléctrico. Laura en el Lugar. Carmiña Pastor. Meitos. Daniel el torrero. Erundina y sus hermanas. Ramón el cartero. La autoridad eclesiástica Don Rosendo. Gentes como estas, duras y trabajadoras, yo no se fabrican.

Aquellas frases: "maniobras más que un mercante": "a la mar nunca des la espalda"; "todo sea por las benditas ánimas del purgatorio"; "se me hace una cara conocida"; "moita area e pouco pán"; díxome, díxome, pataqueirada" "señora, que culpa teño eu que toda a empanada sea cebola"...

Y así, casi sin querer, o queriendo, vivamos como gallegos y en gallego. Ante cualquier duda no tenemos más que preguntarle a la mar...