¿Qué te pasó, Argentina?
jueves, 30 de noviembre de 2023
¿Qué te pasó, Argentina? Es el subtítulo de mi segundo libro, "La Apostilla", donde se narran las peripecias que debe realizar el protagonista, Dr. Antonio Fontana (el mismo de "Buscando a Elena", del que se publicaron en este medio varios fragmentos), para sobrevivir con una inflación incontrolable y una corrupción más incontrolable aun.
Entre capítulos costumbristas, se intercalan otros donde el relator reflexiona sobre asuntos nacionales, como el origen de la violencia institucionalizada. Localiza en la memoria de Antonio los discursos de Perón y Evita, incitando la odio, al resentimiento, y sobre todo, alentando la violencia. "No hay mejor enemigo que el enemigo muerto", encabezaba una publicación peronista. Más tarde viene la influencia del régimen cubano, la sombra del "Che" y el origen de los movimientos guerrilleros. Los Montoneros, de ideología nacionalista y católica terminaron virando a la izquierda, recibiendo protección y entrenamiento en Cuba. La orgía de sangre, provocada al enfrentarse a la Triple A, creada por el gobierno democrático de Perón. Miles de argentinos sacrificados (muchos inocentes) por la mezquina lucha de poder de unos pocos.
Los militares y su ambición por el poder ocupa otro capítulo. El Mundial de Fútbol del 78, ganado por Argentina de una forma sospechosa. La absurda casi guerra con Chile, por la posesión de unos islotes deshabitados en el canal de Beagle. La represión salvaje de la guerrilla, eliminando a muchos inocentes. La estúpida guerra de las Malvinas por el capricho de un general torturador y borracho, que llevó a la muerte a un millar de soldados de los dos bandos y que todavía el país no es capaz de enfrentar con autocrítica, ya que lo sigue homenajeando como una gesta patriótica.
La corrupción diseminada en toda la sociedad como una epidemia. El libro se refiere a una bacteria que la provoca, el "Bacillus afanancius", altamente contagioso. Se manifiesta en una garita policial, en una taquilla de teatro, en una oficina de correos o en cualquier rincón. El protagonista es desvalijado por su mejor amigo.
La inflación, esa inflación de dos y hasta tres cifras que ningún español es capaz de imaginar. Se analiza el Peso Moneda Nacional, creado en 1881, y que circuló hasta 1969, siendo una de la monedas más fuertes del mundo. Para disimular el fracaso económico, le fueron quitando ceros; dos, tres, cuatro. Para llegar al Peso vigente le quitaron TRECE CEROS. Hoy un Peso equivaldría a 10.000.000.000.000 (DIEZ BILLONES) de Pesos Moneda Nacional de 1969. Quizás una de las estafas más grandes que cometió un estado a sus ciudadanos.
Esta situación obligó a Antonio a recurrir a prácticas poco convencionales para sobrevivir. El último capítulo describe la situación inverosímil donde el Director del Departamento de Legalizaciones del Ministerio, responsable de aplicar la Apostilla del Convenio de La Haya, luego de firmar todos los documentos entregados, cobró él mismo las tasas y se metió el dinero en el bolsillo, delante de todos los empleados y el policía de seguridad.
Es interesante recordar que el gobierno que enjuició a los militares y a los dirigentes de los grupos guerrilleros fue el de Raúl Alfonsín, que encarceló a las cúpulas de ambos bandos. Esta hazaña fue borrada de la memoria colectiva, hasta que una reciente película de Darín la recuperó. Luego vino un presidente peronista, Menem, que decretó una amnistía que lo dejó libres. Todos a la calle. Jamás se le reprochó esta irresponsabilidad, se murió como senador y fue velado como un prócer.
Pasado el "corralito", otro presidente peronista (hay peronista de todos los colores), encarceló solo a los militares a través de los famosos juicios elogiados por el mundo entero, gracias a una impecable labor de propaganda. Pero los responsables de enviar a una muerte segura a miles de jóvenes crédulos y asesinar a cientos de víctimas inocentes, tratando de imponer una revolución a la cubana, no solo no fueron otra vez juzgados, sino que fueron indemnizados y ubicados en el nuevo gobierno. Y mientras se festejaba ver entre rejas de vuelta a Videla y compañía, unas manos inescrupulosas se dedicaron a saquear el país.
Hace unos días muchos argentinos decían que ante la opción de votar a un loco desconocido o a un conocido ladrón, preferían lo primero.
¿Qué te pasará, Argentina?
Andrés Montesanto. 'La Apostilla'. Editorial Anáfora. 15 envío incluido.
andresmontesanto@gmail.com
Montesanto, Andrés
