El número de participantes de los masters MBA crece como vía para aumentar la profesionalización e impulsar la carrera en un país con precariedad salarial e inseguridad laboral.
A pesar de la proliferación de masters en distintas disciplinas e innumerables cursos MOOC (cursos online masivos y abiertos) disponibles desde hace décadas, el número
de personas que estudia un MBA (Master in Business Administration) crece en España. Incluyendo el número de estudiantes extranjeros que vienen a España a estudiar un MBA y las personas que optan por cursar este programa en modalidad online, el crecimiento se estima en un 20%, de acuerdo con los datos publicados por algunas escuelas de negocios.
Antes de examinar las razones de este crecimiento, debemos aclarar
qué es un MBA y para qué sirve. Un MBA, es más que un título; es una inversión en conocimientos avanzados en gestión empresarial, estrategia y liderazgo. Sirve, por tanto, para cubrir la necesidad de los profesionales actuales: adquirir nuevos conocimientos en dirección de empresas, y en la gestión de áreas concretas (finanzas, marketing, operaciones, recursos humanos, etc.) ante un clima económico fluctuante y un mercado laboral dinámico.
El fenómeno del estatus de los masters MBA despierta curiosidad: ¿qué factores están impulsando a tantos individuos a seguir este camino educativo riguroso y costoso? Al explorar las causas de este interés sostenido en el tiempo, se hace evidente que la combinación de avance tecnológico, interconexión global y desarrollo profesional juega un papel crucial en su atractivo.
Una inversión en el futuro profesional
Uno de los atractivos de los MBA radica en su capacidad para impulsar la progresión de la carrera profesional a una velocidad extraordinaria. Los graduados de un programa
MBA de prestigio logran cifras cercanas al 100% de empleabilidad y, además, suelen ascender hacia roles de alta dirección a un ritmo mucho más rápido en comparación con sus colegas que carecen de esta preciada titulación. Este rápido crecimiento profesional, que también viene acompañado de mejores salarios, se atribuye a la amplitud y profundidad de habilidades gerenciales y estratégicas inculcadas en los MBA.
Además, el prestigio asociado con un MBA obtenido en una institución de renombre abre puertas en el competitivo mercado laboral internacional, lo que, a su vez, amplía las oportunidades de empleo en diversos sectores y culturas empresariales. Todo ello, ha provocado que los masters MBA se conviertan en la opción privilegiada para la preparación de líderes y ejecutivos con funciones de alta responsabilidad.
Aprendizaje práctico y casos de estudio reales
Otra de las claves del auge de los masters MBA reside en el tipo de enseñanza. Las escuelas de negocios y los equipos docentes son conscientes de que la teoría por sí sola no es suficiente en el ámbito empresarial; la aplicación práctica de conocimientos en el plano laboral es fundamental. Los MBA integran en sus programas de estudios el análisis de casos de estudio reales, así como el diseño y desarrollo de proyectos de consultoría. Esto, junto a otras metodologías innovadoras, contribuye a que los estudiantes puedan aprender a resolver problemas empresariales complejos y a aplicar teorías de gestión en contextos reales. En suma, la metodología de enseñanza se enfoca en la toma diaria de decisiones y se basa en discusiones en equipo para cambiar la forma de pensar de los participantes.
Esta experiencia de aprendizaje práctica no solo mejora la comprensión y la retención de conocimientos, sino que también promueve la empleabilidad de los graduados. Adicionalmente, estas experiencias prácticas suelen involucrar interacción directa con empresas y líderes de la industria, proporcionando una valiosa perspectiva de primera mano sobre los desafíos y estrategias de los negocios actuales.
Diversificación y adaptabilidad de habilidades
Un MBA es un posgrado que, mayoritariamente, atrae a estudiantes con experiencia laboral y que están muy motivados para avanzar en sus carreras. Estos no buscan meramente una insignia de honor en su currículum, sino que quieren una expansión tangible de habilidades y conocimientos para poner en práctica en nuevos contextos. Los itinerarios académicos, que suelen durar entre uno y dos años, cubren un amplio espectro de competencias empresariales, desde la gestión financiera y el marketing hasta el comportamiento organizacional y la ética empresarial. A su vez, proporcionan habilidades de gestión, y competencias clave para el diseño, desarrollo de proyectos y toma de decisiones en escenarios diversos.
Por tanto, los alumnos se gradúan con un conjunto de herramientas versátiles que les permiten adaptarse a diversos roles y sectores, una cualidad cada vez más valiosa en una economía global. Todo ello, influye en que un posgraduado en MBA experimente un crecimiento salarial significativo, a menudo hasta un 90%. Por otro lado, se abren oportunidades para cambiar de función, ubicación geográfica o sector de actividad, lo que algunos llaman el 'triple salto mortal'. También es común que los titulados MBA se embarquen en proyectos empresariales impulsados gracias a su vocación emprendedora.
Conexiones globales y redes profesionales
La red de contactos que se puede construir durante un MBA es incomparable. Estos programas atraen a estudiantes de todo el mundo, facilitando una red global de futuros líderes empresariales y emprendedores. Este caldo de cultivo de relaciones profesionales se convierte muchas veces en colaboraciones a largo plazo, incitando a la innovación y la creación de nuevas empresas o líneas de negocio que tienen un impacto significativo en las economías locales y globales.
Uno de los factores diferenciales de los MBA respecto a otros tipos de formación, es que apuestan por la diversidad de estudiantes. En las aulas están representadas múltiples nacionalidades y con diversa procedencia profesional, como ingenieros, abogados o personas que se dedican al mundo de la comunicación, el arte o la medicina. Por tanto, algo que atrae a los aspirantes y a las empresas de los MBA es que no solo se trata de lo que se aprende, sino también de las conexiones y colaboraciones que se establecen con compañeros y profesores.
Especialización y enfoques innovadores
Por otra parte, si los MBA no pierden su hegemonía en el ámbito de la formación empresarial, es porque han evolucionado y han diversificado su oferta para ofrecer especializaciones y áreas de conocimiento emergentes, como la tecnología de la información, la sostenibilidad y el emprendimiento social. Esta capacidad de adaptación y la oferta de programas Master en Dirección de Empresas con enfoques innovadores es un reflejo del propio dinamismo que se espera del perfil de graduados de MBA. El enfoque hacia la innovación y la especialización permite a los estudiantes no solo profundizar en campos específicos, sino también liderar el camino en empresas de última generación, desde una startup de energía limpia hasta empresas de fintech disruptivas.
Al ampliar el alcance de esta oferta educativa, la influencia de los programas MBA se ha ido expandiendo gradualmente desde su inicio en la década de 1960. Según indican fuentes que se dedican a la distribución de información sobre estos prestigiosos MBA como el medio Guía MBA, "Las empresas buscan candidatos con un MBA que no estén destinados únicamente a estudiantes recién titulados sin experiencia laboral, sino programas diseñados para profesionales que necesitan mantenerse actualizados y ampliar su marco de habilidades".
En última instancia, el prestigio e interés de los MBA se sostiene en la promesa cumplida de ofrecer una transformación integral que reside en la capacidad de remodelar el pensamiento estratégico, fomentar la innovación y promover un entendimiento global de los negocios entre los alumnos. Todos estos aspectos deben estar presentes en un líder empresarial del siglo XXI.
