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Las castas con privilegios

jueves, 09 de noviembre de 2023
Algún partido político uso y señaló tal cohorte poblacional. Desde aquellas asambleas callejeras en el kilómetro cero no han disminuido los ungidos, han aumentado. Pero lo peor y decepcionante es como los/as puristas en cuanto tuvieron oportunidad se incorporaron a tales distinciones. Los vecinos de Galapagar pueden si quieren ser testigos en un juicio popular.

Ser sindicalista y alcanzar por votación la condición de liberado. Dedicarle todo el tiempo a la representación y defensa de los trabajadores de la factoría. Viene a ser el mismo modelo electoral para políticos y sindicalistas. Listas cerradas, con siglas en cabecera. Quien gana alcanza la condición de mandarín. No trabaja, sólo está presente en casos de necesidad o reuniones periódicas en las que se cubre el expediente que justifica las "arriesgadas" misiones de ejercer como interlocutor.

Políticos y sindicalistas, ambos liberados del trabajo, ambos cobrando por una representación que no resiste un análisis de eficiencia, ambos privilegiados con intereses espúmeos, ambos colectivos conformados por gentes que buscan y consiguen trabajar poco y ganar más de lo que les toca en razón a sus méritos.

Y en medio de este batiburrillo general me centro en esa factoría ALCOA. Hay elecciones para constituir el comité. La empresa está en una cuesta abajo camino del cierre. Hay colisión entre el miedo a las consecuencias socio económicas y la indignación por la trayectoria de una multinacional que fabrica aluminio pero se ha quedado obsoleta y ha invadido una comarca marinera transformándola en una amalgama de vertidos, cambios culturales, dejación del orgullo identitario.

Esos aspirantes a liberados con tiempo de ocio permanente solo interrumpido para salir en las fotos que justifiquen su presencia en los momentos de la interlocución o en las asambleas y presuntamente preparándose una salida personal pactada con la patronal como ha sucedido tantas veces ya fuera colocando a la prole o maniobrando en la metodología que logra el milagro: un obrero sin cualificación se jubila con la misma paga que un médico de hospital público. ¡Manda carallo en La Habana!.

Si alguien practicara un test de conocimientos socio culturales a los bravos sindicalistas que aspiran a ser elegidos por sus "compañeros" llevarían la sorpresa al descubrir que en el mercado laboral ya no tienen cabida, sus conocimientos consisten en sostener el cubata mientras el codo se apoya en la barra del bar dónde prestan sus servicios la mayor parte de la jornada laboral, eso sí, con buenas relación para con los dueños de la hostelería que son los primeros en verse perjudicados si se termina el chollo aluminero.

Y dicho lo anterior, ¡qué hacer!. Hay que reformar el sustrato que les protege y les permite vivir como casta. Hay que ponerlos a trabajar. Hay que exigirles permanecer en sus puestos de trabajo para conocer y ver si las condiciones laborales de sus compañeros son las adecuadas. No basta con acudir a la sede que custodia un SECRETARIO presuntuoso de tal "cargo". Hay que acudir diariamente al trabajo y cumplir la jornada laboral mañana, tarde y noche. Hay que vigilar los desmanes de los vertidos al medio ambiente. Hay que ejercer de ciudadano integral.

Por todo ello, sólo un sindicato que sea gallego, piense en gallego y defienda nuestra cultura social, cultural y laboral en gallego, merece tener los apoyos en forma de votos.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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