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El maleable concepto de 'lealtad institucional' en Lugo

jueves, 21 de septiembre de 2023
El maleable concepto de 'lealtad institucional' en Lugo
Visita al Centro Integral de Salud de la antigua residencia del Presidente de la Xunta.
Incluye espontáneo. Foto: Xunta de Galicia

El concepto de "lealtad institucional" es, como tantos otros maleados por la política, un arma arrojadiza vacía de contenido a día de hoy. El mero hecho de utilizarlo para darse de bofetadas entre Tirios y Troyanos hace que realmente no tenga el significado y la profundidad que debería, ya que se aplica siguiendo la ley del embudo.

El Gobierno Local de Lugo acusa a la Xunta de Galicia de falta de "lealtad institucional" porque ayer el Presidente de la administración autonómica vino a Lugo a visitar las obras del primer Centro Integral de Salud de Galicia, que se está haciendo en nuestra ciudad, concretamente en la antigua Residencia, y no se invitó a la Alcaldesa, aunque allí se plantó sin invitación un concejal en representación municipal. Enviaron, además, al menos tranquilo de todos, supongo que buscando confrontación y con un poco de suerte que lo expulsasen del acto para así montar más espectáculo. No tuvo suerte y lo aceptaron con normalidad, explicando que no se había invitado al Ayuntamiento porque no era un acto de inauguración sino una visita de supervisión.

El argumento autonómico es creíble pero algo endeble, la verdad. No veo yo muy lógico tener al Presidente de la Xunta de Galicia de paseo por ahí mirando obras, en plan jubilado, y es bastante transparente que es una cuestión publicitaria, algo perfectamente lícito y que el propio Ayuntamiento hace continuamente... pero en cualquier caso no habría estado de más invitar a la primera autoridad local, porque representa a todos los lucenses, mal que le pese a algunos.

El problema con el discurso municipal es que ellos no se lo aplican a sí mismos. No es necesario buscar mucho para encontrar que, por ejemplo, el Gobierno Local de Lugo no invitó a la Xunta de Galicia a la presentación de los talleres de empleo municipales... que financiaba al 100% la propia Xunta. ¿Es lícito no invitarlos? Pues sí, pero ni más ni menos que visitar una obra propia sin avisar a otras administraciones. Tampoco invitaron, a las fotos para del derribo, al propietario del Garañón, a quien primero le dieron licencia y después le tiraron el edificio... y hay ejemplos hasta aburrir.

La ventaja del Gobierno Local en este tema es que ellos no tienen administraciones "por debajo", es decir, que no tienen otras entidades más pequeñas a las que ningunear, porque si no estoy seguro de que lo harían. La experiencia nos dice que los políticos en general funcionan más o menos igual en todas partes, y les puedo atestiguar que se elije con mucho cuidado con quienes hablar y se ningunea a entidades razonablemente representativas porque no caen bien o tienen tendencia a meter el dedo en el ojo al poder.

Sí, por si he sido demasiado sutil, les aclaro que hablo en primera persona, porque es llamativo que el Ayuntamiento de Lugo no contesta a la inmensa mayoría de los escritos y peticiones que se presentan desde Lugo Monumental. Sin ir más lejos, no hemos recibido todavía contestación a si se van a mantener o no los árboles de Santo Domingo, ni invitación a reunión alguna sobre el asunto de la peatonalización del casco histórico y sus múltiples problemas, ni sobre la denuncia presentada el año pasado sobre el corte de la Rúa do Moucho, ni de tantas otras cosas que "no gustan" al Gobierno Local. Ahí ni lealtad institucional ni rabo de gaita, rodillo y tente tieso.

Lugo Monumental tiene en la actualidad 137 socios reales, comprobables y que pagan su cuota. Es una representación respetable, pero para el Gobierno Local no es suficiente como para tenerla en cuenta porque tenemos la costumbre de decir que el emperador (o emperatriz) va desnudo.

Así que ya ven, incluso teniendo presente que la Xunta no estaba obligada a invitar a la Alcaldesa pero debió hacerlo por una mera cuestión de cortesía, quizás ésta debería aplicarse al cuento y sentar a la mesa a quien no le gusta, por aquello de seguir los argumentos y no usarlos simplemente como munición política. Coherencia, creo que le llaman.
Latorre Real, Luís
Latorre Real, Luís


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