Los Equipos de Protección Individual, conocidos como EPIs, garantizan la protección del trabajador en el entorno laboral. Afortunadamente, en España, la mayor parte de la población indica no haber tenido nunca un accidente de trabajo. Sin embargo, entre quienes sí lo han sufrido, hay más hombres que mujeres. Para ambos sexos, las edades
de los empleados accidentados se sitúan entre los 35 y los 44 años, franja que coincide con la edad habitual media del trabajador en España.
En su página web oficial, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) ofrece información bastante completa, y específica, sobre los diversos tipos de protección individual que, según la profesión, pueden ser necesarios. De entre todas estas clases de protección,
Primo Protección destaca por su calzado de seguridad a buen precio, disponible en la página web
primoproteccion.es con descuentos que también se aplican al resto de categorías: ropa laboral, ropa desechable, gafas de seguridad, productos de limpieza, mascarillas... En lo que respecta al calzado, lo hay para peluqueros, militares, bomberos, pintores, agricultores, hosteleros... Desde botas, y zapatos de cordones o velcro, hasta zapatillas. Se ofrecen, además, tanto para mujeres como para hombres, y se incluyen secciones exclusivas de calzado para policías, jardineros y transportistas.
En este artículo, comentamos las características que hacen del calzado de seguridad un imprescindible para todo trabajador.
¿En qué consiste?
El calzado de uso profesional es aquel que busca proteger al trabajador de los riesgos que su trabajo puedan conllevar. Es una medida de seguridad para pies. Para garantizar esta protección ha de constar de unas cuantas partes no tan necesarias en otro tipo de calzado: collarín, lengüeta, caña, entresuela, suela, tacón, tope de seguridad, plantilla resistente a la perforación...
Clasificaciones
El calzado profesional se clasifica en varias categorías dependiendo del nivel de protección que ofrece:
Calzado de seguridad
Calzado de protección
Calzado de trabajo
Tanto el calzado de seguridad como el de protección cubren los dedos, es decir, que incluyen topes (punteras) que permiten proteger los dedos de posibles impactos. La diferencia entre uno y otro se encuentra en la protección que ofrecen frente a dicho impacto, siendo más eficiente el de seguridad. En cuanto al calzado de trabajo, éste no ofrece protección en los dedos, aunque no deja por ello de ser válido para uso profesional.
¿De qué protegen?
Los calzados anteriores han de proteger de lesiones que puedan producirse en los pies por factores externos, y también de las posibles molestias que el propio uso del calzado pueda suscitar, por lo que han de ser cómodos y ergonómicos.
Riesgos térmicos (por ejemplo: salpicaduras de metal fundido).
Riesgos químicos (por ejemplo: líquidos corrosivos).
Riesgos de radiación.
Esguinces, luxaciones...
Protección frente a resbalamiento.
Etc.
¿Cuánto duran?
La duración va a venir determinada, como sucede con cualquier otro tipo de calzado, por las condiciones de uso y mantenimiento. Algunas medidas que pueden alargar la vida del calzado son: preservar el calzado del desgaste por sudor o repararlo cuando se observe que es necesario (por ejemplo: si la suela está descosida). En cuanto a la limpieza del propio calzado, es necesaria hacerla regularmente, para que el material se conserve en buen estado.
¿Botas o zapatos?
Ambas dos están disponibles en Primo Protección. Aunque en el INSST se recomienda el uso de botas antes que el de zapatos, los zapatos pueden ser igualmente válidos para profesiones que no entrañan mucho riesgo para los pies. Incluso, en el mismo oficio, puede que algunas actividades requieran de un calzado más resistente y otras, no. En líneas generales, las botas son utilizadas por usuarios que requieren de una protección muy alta, ya que disminuyen el riesgo de lesiones por posibles torceduras al contar con una sujeción mayor a la del zapato. Los militares, de hecho, utilizan botas de seguridad.
Materiales: cuero
En caso de que el calzado sea de cuero, éste se ajusta a la forma del pie del trabajador que lo calza por primera vez. Entonces, no es recomendable (aparte de por motivos de higiene) que se preste a otro usuario, ya que el calzado habrá adoptado ya la forma del pie del primer usuario. Si se quiere conservar la protección, más vale que cada trabajador conserve, para el caso del cuero, su propio calzado.Algo distinto sucede, en cambio, con el calzado de goma o de plástico, que puede limpiarse y desinfectarse fácilmente, además de ser utilizado por otro usuario distinto al original.
Primo Protección: buscar y encontrar por filtros
En la página web de Primo Protección, para encontrar el calzado adecuado, se pueden seleccionar ciertos parámetros en un menú desplegable en el que se especifica categoría del calzado, talla, modelo, stock, marca, color y precio. La talla mínima es la 34, y la máxima, la 48. El rango de precios es amplio, desde lo 9 hasta los 103 euros. Y los descuentos que pone a disposición del cliente permiten obtener calzado adecuado para trabajar incluso a 20 euros, aun cuando tienen características muy específicas, como suelas resistentes a hidrocarburos, aceites y a la abrasión.
