Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

El español cuando besa ¡Olé!

jueves, 31 de agosto de 2023
El español cuando besa, olé!!
Es que besa de verdad
Y a ninguno le interesa
Besar por frivolidad.

Leí que los expertos de la Guiness, no la cerveza, la de los récords, han premiado al Sr. Rubiales por haber desplazado a Judas con el beso que más reproducciones y comentarios ha recibido en la historia de la humanidad. El hebreo lo curró durante casi dos mil años pero el español en un par de días lo pasó como alambre caído. ¡Cómo evolucionan las religiones!

Dicen que el primero, por 30 monedas, se convirtió en socio invitado de la religión cristiana, mientras el segundo, parece que por bastante más pasta, armó tal follón que no sabemos cómo va a terminar.

Pero resulta que el presidente no solo superó a Judas, también lo hizo con otro célebre español, posiblemente su modelo. Me refiero a don Jesús Gil. El marbellí, si compartiera palco con la Reina, una Princesa y el presidente de la FIFA, se hubiera conformado con una graciosa peineta mientras sonreía y se agarraba la panza con la otra mano. Nunca se hubiera agarrado nada más abajo. Tenía estilo. Ni tampoco hubiera apuntado con un lanzallamas al reciente mistera campeona del mundo, como hizo el de Motril. Hubiera lanzado la bravuconada de contratarlo, sí, puede ser, pero jamás habría publicado una cifra que, si es entre caballeros, permanece totalmente oculta a los demás mortales, los que deben madrugar todos los días, o quemarse las pestañas en un microscopio, después de años y años de estudios. Lo incineró al entrenador, que calladito ocupaba su sitio en la platea, esperando a que se inclinara la balanza y así posicionarse sin riesgo. Igual que muchos asistentes, en misa (genial comparación) y repicando.

Quizás en el futuro, en los libros de historia se pueda llegar a comparar a Don Luis con Lutero. Es un revisionista que cuestiona las ceremonias religiosas. Pretende cambiar las poses delicadas y respetuosas por otras auténticas, casposas, cutres, propias de algunos barrios.

Sin embargo, según una fuente cercana, él sólo quiso imitar el beso de Iker a Sara, aparentemente tampoco consentido y que terminó en boda. Y que el pobre está desesperado porque pensó que iba a ser acogido con la misma simpatía que el beso de Sudáfrica. ¡Válgame Dios y válgame Maradona! Toda España y todo el mundo discutiendo quién agarró a quién, quién pidió, quién aceptó, quién atacó y quién se dejó. Con fotos en la que él está de pie y otras, del mismo momento, en que parece como si saltara al potro.

El beso a mí me pareció como el que le da un novio durante el banquete a su reciente esposa, mientras los invitados alcoholizados gritan ¡Qué se besen! El muchacho le agarra la cabeza a la chica con las dos manos y hace suya la propiedad con un besucón interminable. Un simple acto notarial, aunque no pase luego por el Registro de la Propiedad.

Imagino que la esposa le habrá preguntado al volver de la cancha:
- Luisito, ¿eso lo haces con todas las jugadoras, entrenadoras, auxiliares, secretarias y limpiadoras de la Federación? Entiendo que con la Reina no te animes, ¿pero con todas las demás sí? Vaya, vaya...

La cosa es que después de un montón de actos de dudosa ética y algunos sospechosos de delito, el todopoderoso presidente viene a caer por dos simples gestos. Una agarrada de bragueta y un beso. Como Al Capone, que fue encarcelado no por sus numerosos crímenes, sino por no pagar impuestos. Cosas de la historia.

A propósito, me parece perfecto que toda la sociedad salga en defensa de la deportista de élite, como antes salió por famosas actrices de Hollywood. Pero no estaría mal que el resto de mujeres que no aparece en la televisión tengan el mismo trato. Las que son acosadas en un rincón de una fábrica, una oficina o una tienda, y no se pueden permitir renunciar a su trabajo ni denunciar a su jefe. Corren el riesgo de que un juez la culpabilice por usar minifalda o los labios pintados. Ellas siguen estando solas.

El beso, el beso, el beso en España
Se lleva muy dentro del alma;
Se puede dar un beso en la mano
O puede darse un beso de hermano,
Y así se besará cuando quiera,
Pero un beso de amor
No se le da a cualquiera.

¡Olé!
Montesanto, Andrés
Montesanto, Andrés


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES