El silencio de los Obispos ante la Violencia de Género, 38 muertes y el caso Rubiales

Cómo Cura de MOMÁN y de LABRADA me uno a lo que en su día dijo el Papa Francisco que la violencia contra las mujeres es un ultraje a Dios.

Ante la muerte de 38 mujeres (hoy una más) y el acto de abuso sexual por superioridad en el cargo por el presidente de la federación Española de Fútbol vuelvo a recordad las palabras del Papa Francisco condenando toda violación o abuso contra la mujer:

"Cuánta violencia hay contra las mujeres. Basta. Herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tomó la humanidad de una mujer", dijo Francisco en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

Además, envió un mensaje a la Iglesia católica: "La Iglesia es madre, es mujer, por eso no se puede encontrar un puesto a la mujer en la Iglesia sin reflejarla en este corazón de madre. Este es el gran lugar de la mujer en la Iglesia, del que derivan otros secundarios".

Es por esto como sacerdote denunció alto y claro EL SILENCIO DE LOS OBISPOS, cuando en otras cuestiones salen al momento, sin importar el daño que puedan hacer a la sociedad o a personas en particular.
El cristiano en general y los OBISPOS en particular, debe comprometerse con el mundo histórico y denunciar toda clase de violación o abuso contra la mujer.
Es una exigencia fundamental de su misma fe. Dios "abandona" el mundo en manos de los hombres, para que estos lo sigan creando. Desde el punto de vista cristiano, para que vayan dando forma al Reino de Dios, cuya culminación supondrá el fin de los tiempos. Por lo tanto, la fe tiene exigencias concretas y determinadas, según las circunstancias sociales y humanas en que toque vivir a cada cristiano. En este sentido, la actitud de Los OBISPOS ha de ser necesariamente profética y revolucionaria.
La conciencia de que se trabaja por una utopía (una escatología) no permite en ninguna manera la evasión espiritualista del cristiano. Tampoco el saber que trabaja "a largo plazo" le exime de la necesidad de una opción "a corto plazo". Porque éste tiempo de gran VIOLENCIA contra la mujer y ya son 38 mujeres asesinadas, en lo que va de año, tenemos que tomar parte en la lucha por su erradicación. Es el tiempo de DENUNCIAR POR PARTE DE LOS OBISPOS contra el ser más querido por Jesús de Nazaret, donde se juega la credibilidad de los que se llaman representantes de Dios El Cristiano en general y los Obispos en particular no puede ignorar este tiempo, la LACRA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO.

El mundo actual exige una revolución urgente por parte de los que se deben a proclamar el Evangelio y su aplicación. La injusticia institucionalizada, el desorden legalizado, no admiten dudas ni demoras. Existen en nuestra sociedad una violencia
permanente, amparada por una legislación que nada justifica. La revolución es, pues, una exigencia inaplazable, y tal vez la primera cosa que exija esta revolución sea la toma de conciencia por parte LA IGLESIA JERÁRQUICA de su necesidad absoluta.
CAIN DÓNDE ESTÁ TÚ HERMANO.

Luis Ángel Rodríguez Patiño cura párroco de MOMÁN (Xermade) LABRADA (Guitiriz) en Lugo y de XESTOSO (Monfero) CAMBÁS (Aranga) en Coruña.