Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

La entrevista

jueves, 21 de septiembre de 2023
Poco después alguien preguntó por él. Un jefe de la empresa Hidronor le traía un mensaje del ingeniero González, de Alicurá. Lo citaba ese sábado por la mañana en la obra para una entrevista personal y pedía que exigiera recibo de todos los gastos para reembolsárselos.
Un amigo le prestó un saco y una corbata porque insistió debía cuidar la imagen, ya que él tenía mucha experiencia, y el viernes salieron al mediodía del hospital en el R6 rumbo a Bariloche, intrigados por cómo sería la entrevista porque en la consultoría no le habían dado ninguna esperanza. Durmieron en La Sureña y a la mañana partieron hacia Alicurá.
Después de los diques de El Chocón-Cerro Colorado en el río Limay, se estaba construyendo otra represa río arriba, a unos cien kilómetros al noreste de Bariloche, para aprovechar más la energía hidráulica. Esta última cubriría de agua las interesantes formaciones geológicas de El Anfiteatro y el Valle Encantado.
Llegaron a la obra, donde tuvieron que identificarse delante de una barrera custodiada por la Gendarmería Nacional. Como se trataba de un proyecto estratégico y en zona fronteriza, se incluyó dentro del área protegida por esa fuerza de fronteras. Le indicaron cómo llegar a las oficinas, se metió el saco, se ajustó la corbata y al entrar no más comprobó que era el único gil de toda la obra disfrazado de aspirante a oficinista. El resto, incluido el consultor porteño, de borceguíes y campera. Se interesaron por su situación familiar, cómo se encontraba en la Patagonia, le aclararon que entre las obligaciones del director del hospital a construir en breve se incluía atender a los pobladores de los alrededores, a lo que él respondió con una breve exposición sobre su trabajo en el área de los suburbios de Esquel. A medida que avanzaba la conversación, notaba que lo escuchaban con más atención. El consultor, que tenía que justificar el toco de guita que se embolsaba por su gestión, le preguntó:
- ¿Que opinión tiene de los prostíbulos?
Eran una realidad, respondió, y relató su experiencia con el control sanitario y su compromiso por prevenir las enfermedades de transmisión sexual, inhibiéndose de emitir un juicio moral. Él no estaba para eso.
- ¿Permitiría que los obreros se trasladaran al prostíbulo de Junín de los Andes?
- Les pondría un autobús gratuito y les repartiría preservativos.
Le pidieron que esperara un minuto afuera porque tenían que deliberar. Tranquilizó a su compañera y volvió a entrar cuando lo llamaron. Estaba contratado. No iba a tardar mucho en comprender por qué. Para ese puesto preferían alguien con familia, ya que los solteros, debido al aislamiento y a la presencia de algunas esposas de jefes, solían enredarse en unos lindos quilombos amorosos. Un profesional con buena experiencia y con hijos en edad escolar no se mudaría ahí ni loco. Estaban dándole vueltas al tema cuando apareció un joven sanitarista, con pocos años de rodaje, pero que provenía de Chubut, mucho mas al sur, recién casado y con un hijo. No había que convencerlo, se tiraría de cabeza.
Quisieron conocer a la esposa, interesante que fuera dentista, aunque el consultor, otra vez arriba del caballo, sentenció que él estaba buscando otro perfil para el cargo a crear. El jefe de obra y el jefe de personal quedaron callados. En esos entramados empresariales donde la guita fluye con alegría, y hay una cola de gente desesperada por enganchar un puesto, rige la ley de "Don Pirulero", cada cual atiende su juego, y el que no, el raje tendrá.
Les mostraron la vivienda destinada para ellos, una moderna prefabricada hecha en Comodoro Rivadavia por una empresa norteamericana, que proporcionaba esas viviendas a los campamentos petrolíferos. Llegaban en dos módulos completamente terminados y que una vez unidos conformaban dos dormitorios, un salón grande, cocina amplia y luminosa, baño completo y una habitación pequeña para el servicio con baño propio. Era la casa que no habían conseguido en Esquel. Calefacción eléctrica y tubos de gas envasado, todo incluido. Le dieron unos vales y almorzaron en la gamella, un galpón enorme donde servían tres comidas por día a los empleados. La comida estaba buena y, una vez instalados, podían llenarse una vianda por poca plata cuando quisieran. Antes de dejar el campamento, en tesorería le reembolsaron todas las facturas y le dieron un vale para llenar el depósito con nafta.
Ya en la ruta el futuro director diría:
- ¡Qué culo Elenita! ¡Che, hay que avisarles a tus viejos, van a tener que venir directamente a Bariloche a traernos el paquetito! ¡Cómo la extraño!

Andrés Montesanto. Fragmento de "Buscando a Elena", 2021.
andresmontesanto@gmail.com
Montesanto, Andrés
Montesanto, Andrés


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES