Los teléfonos

Cuando volvían de Buenos Aires pasaron por la estancia para visitar a Milagritos, que ya había sido adoptada y era el juguete de todo el personal. Luego fueron al pueblo de nacimiento de Elena, donde ella presentó a su esposo, los invitaron al casamiento de un pariente, y como tenían lugar en el coche, invitaron a una prima a que los acompañara a Esquel.
El primer fin de semana realizaron una excursión al Parque Nacional Los Alerces. Fueron hasta el embarcadero del lago, Puerto Limonao, y se subieron a una lancha llena de turistas y mochilas. Cruzaron todo el lago y desembarcaron en Cume Hue, para seguir caminando por un sendero indescriptible remontando el río Arrayanes, ver el lago Menéndez desde lo alto, bordear los rápidos y llegar al mágico lago Verde, donde después de un descanso se regresaba.
Transcurrieron dos semanas y en lugar de llegar los suegros con su hijita, lo que llegó fue un telegrama. "Mucha lluvia imposible viajar". O sea, había llovido bastante, por lo que la cosecha se iba a demorar y el papá no podía salir de la estancia hasta que no se levantara todo el trigo. Para unos padres primerizos no era una mala noticia, era una catástrofe. Como no tenían otra información sobre el estado de la niña, al progenitor se le empezó a subir la ansiedad y al no poder canalizarla en el trabajo se le agrió el carácter. Entonces le pidió a su tres cuartos de naranja que lo acompañara al locutorio de Entel para hablar por teléfono directamente con su suegra. Ella se imaginó como iba a resultar la comunicación, pero no se opuso.
Después de una hora y media interminable de espera, le avisan que pase por la cabina dos que tenía la llamada solicitada. Le aclararon que se tenía que hacer a través de una operadora, porque se trataba de un teléfono rural.
-Holá, ¿Elsa?
-Grrrrrrr. Aló, tenemos a la señora grrrrr conectada a la central de Rufino. Hable y le trrrrrrrasmitimos.
-¿Cuándo vienen?
La operadora de Buenos Aires repitió,
-El señor preguntarrrrrr cuándo van a ir.
Se oía a lo lejos a la operadora de Rufino.
-Señora¿me oye? Preguntan de Esquel cuándo van a ir. -Se oía claramente otra conversación, alguien preguntaba si habían recibido la mercadería-.
-Acá Rufino, la señora dice que la nena está bien.
-Holá, ¿me escucha señor?, la operadora grrrrrrrrrepite que la nena está bien.
-¡Pregúntele cuándo van a viajar!!!
-De Esquel preguntan cuándo van a viajar.
Otra vez a lo lejos se escuchaba:
-Señora, preguntan cuándo van a viajar... si, pero llegó una rota ¿cuando me podés mandar otra? Voy a hacer... La señora dice que la nena está bien, que se quede tranquilo.
-Señor ¿sigue ahí? respondenrrrr que la nena está bien y que se quederrr tranquilo.
-¡Pero pregúntele cuándo... van a traernos la nena!!! -En la forma que gritaba, cualquiera que pasara por la calle podría haberle contestado-.
-De Esquel insisten en cuándo van a llevarrrrrrnena.
-Señora ¿me escucha bien? Preguntan cuándo va a llevarle la nena... entonces te mando el giro a nombre de la empresa O preferís efectivo... La señora dice que la nena está bien y que se queden tranquilos.
-Aló Esquel, la señora dice que la grrrna está bien y que se queden tranquilos.
Cortó. Pagó una linda cuenta y salió puteando. Nunca ella lo había visto tan nervioso.
-Estamos en el culo del mundo -rezongó-.

Andrés Montesanto. Fragmento de "Buscando a Elena", 2021.
andresmontesanto@gmail.com