El pago a plazos no es algo nuevo. De hecho, esta posibilidad de compra nos acompaña desde hace décadas. Sin embargo, es durante los últimos años cuando su uso se ha
extendido de manera exponencial a prácticamente cualquier artículo. ¿Cómo afecta esto a los comercios?
El pago fraccionado: orígenes.
El pago a plazos entró en su edad de oro a mediados del siglo pasado. La cada vez más abundante clase media demandaba una nueva serie de comodidades. Y el desarrollo industrial continuaba con su empuje. Así, comienzan a aparecer una serie de productos con un coste relativamente elevado y que pronto se vuelven esenciales. Hablamos de lavadoras, televisiones, hornos o automóviles. Estos productos suponían un desembolso que rara vez podía ser acometido en el momento.
Los comercios reaccionan entonces para subsanar el problema y facilitar las ventas. Mediante los plazos o mensualidades, el comprador podía adquirir finalmente dichos productos con facilidad. Y lo haría a cambio de sacrificar pequeñas o moderadas cantidades de dinero cada mes. Pronto, las ventas de estos comercios no harían más que crecer. El sistema había llegado para quedarse. Por cierto, que tiene acceso a información detallada sobre el
pago fraccionado en Floapay.es.
El pago fraccionado en la actualidad.
La cantidad de electrodomésticos, utilidades y estaciones de ocio para el hogar ya no haría más que crecer. Primero serían las secadoras, los lavavajillas o los reproductores de vídeo, vinilo y cassette. Luego los reproductores DVD, las videoconsolas y los ordenadores. Últimamente los teléfonos inteligentes, los robots de limpieza
Sin embargo, hay algo que modificó por completo el panorama: la generalización del acceso a internet. Para algunos comercios, la red ha supuesto la posibilidad de llegar a un número inmenso de potenciales compradores. Y, a medida que las compras a través de la red se volvieron importantes, mejoraron las medidas de seguridad. Hoy día, el pago online es un sistema seguro y sencillo. Y los canales de venta permiten encontrar cualquier artículo en tan solo unos pocos segundos. Así como también es muy sencillo controlar los movimientos de la cuenta bancaria a través del teléfono móvil.
Las ventajas que el pago fraccionado ofrece a los comercios.
Si bien el concepto de pago fraccionado sigue obedeciendo a unas necesidades similares, ahora las posibilidades son mucho mayores. El cliente puede visitar la página web del comercio, cargada de contenido enriquecido, y ver cualquier novedad casi al instante. Y desde cualquier parte. Puede crear un perfil en el que gestionar sus compras o guardar artículos de interés para adquirirlos más tarde. E incluso obtener pequeñas ventajas mediante suscripciones o programas de puntos. Todo ello facilita ampliamente su posible fidelización.
En algunos establecimientos comienza a utilizarse el compre ahora y pague después con gran éxito. E incluso se cierran acuerdos para suministrar productos nutricionales o cosméticos con regularidad (como cremas antiarrugas o complementos proteicos). A veces se añade un pequeño porcentaje extra en los pagos aplazados, con lo cual aumentan las ganancias a medio plazo. A la mayoría le resulta mucho más sencillo pagar de este modo, mientras que ahorrar es poco menos que imposible.
En definitiva, ofrecer la posibilidad de pagos fraccionados es hoy día una gran idea. No sólo satisfará las necesidades del cliente, sino que lo acercará más al comercio en cuestión e incluso generará mayores réditos económicos.
