Muerte de Bing Crosby jugando al golf

EL 14 de octubre de 1977, cuando llegué a las ocho de la tarde a la Agencia EFE para iniciar mi turno de noche, me dijeron que saliera 'pitando' hacia el Hospital de la Cruz Roja, puesto que en esa clínica habían ingresado, al parecer muy grave, al célebre actor y cantante estadounidense Bing Crosby.

Y allí, en la puerta de 'Urgencias' del Hospital -situado en la Avenida de la Reina Victoria, a escasos metros de la Glorieta de Cuatro Caminos- se nos informó a los periodistas de que, realmente, Bing Crosby había ingresado cadáver.

Al Hospital de la Cruz Roja también acudió el entonces embajador de Estados Unidos en España, Wells Stabler, quien atendió a los periodistas con exquisita amabilidad, pero también con suma parquedad en cuanto al contenido de sus explicaciones, alegando que, primeramente, tenía que hablar con la esposa del señor Crosby, Kathryn Grandt, que se encontraba en los Estados Unidos.

El actor y cantante estadounidense -que había protagonizado cerca de un centenar de películas y vendido millones de discos- falleció ese 14 de octubre de 1977, a la edad de 73 años, a causa de un infarto de miocardio mientras practicaba el golf, su deporte favorito, en el Club de Golf de la Moraleja, una elitista y exclusiva urbanización residencial -perteneciente al ayuntamiento de Alcobendas- situada en la N-I, dirección Burgos, a unos 13 kilómetros de Madrid.

Bing Crosby había viajado a España para participar en dos torneos de golf y en dos cacerías de perdices.

Lo que menos se me había pasado por la cabeza ese 14 de octubre de 1977 -cuando estaba yo comenzando el quinto y último curso de Periodismo- era que esa noche tendría que informar, a los medios de comunicación abonados a los servicios informativos de la Agencia EFE en España y en otros países del mundo, sobre todo de Iberoamérica, de la muerte del famoso actor.