El milagro (2)

A los pocos días él la fue a buscar al consultorio de Bella Vista y le dio un sobre.
- Es un pasaje a Buenos Aires.Salís el miércoles, con asuntos propios y el feriado, volvés el lunes y el martes te reintegrás. No puedo ir por vos, sino lo haría. Pero voy a estar siempre al lado tuyo. Vos vas a saber enfrentar este despelote y todos los que se te aparezcan en la vida. Vas a ver que te van a entender perfectamente. Y le vas a decir también que antes de un mes nos vamos a casar o lo que se pueda, y nos vamos a vivir juntos.

La llevó al aeropuerto, y cuando se embarcó lo envolvió la angustia por un momento. Le hubiera gustado meterse en un bolsillo de su gamulán y no despegarse. Se iba a separar unos días que le parecerían eternos.

Días después, al verla aparecer bajando la escalerilla del avión, con el pelo ondeando al viento y sujetando el abrigo que corría el riesgo de salir volando, sintió el galope de la caballería en su pecho. El abrazo duró lo que duró.Al agarrar el bolso para salir, se dieron cuenta que eran las únicas personas que quedaban en la sala.

El padre, al que le tenía más miedo, no se lo tomó tan mal. Hizo las preguntas necesarias para hacerse una composición de la situación y le transmitió su confianza. La vieja estuvo brava. Arrancó seria, y ante cada escalón que subía en las novedades, la jeta deorto crecía. "Ya veo que te voy a tener que mantener a vos y al chico, porque el tipo ese te va a dejar como dejó a la otra". Se lo dijo con todo el cariño de madre.

- ¿A vos te parece que me diga eso? Le contesté que tenía una profesión y era capaz de mantenerme sola -se descargó furiosa- ¿No me decís nada?
- Me parece la respuesta más lógica que te podía dar tu vieja -Contestó él sonriendo, embobado con la carita de enojo que había puesto. Estaba para comérsela.
- ¿Y todavía te reís? ¿Te parece bien?
No aguantó más, la abrazó y empezó a acariciarla, sin dejar de sonreír.
- Y que querés que te dijera una madre preparada para mantener los hijos dentro de las normas sociales, cuando te aparecés vos y le das una patada a todo el escenario que se habían imaginado. Si yo hubiera sido tu vieja es posible que te hubiera dicho lo mismo. Si ni me conoce. Ya se le va a pasar.

Andrés Montesanto. Fragmento de "Buscando a Elena", 2021.
andresmontesanto@gmail.com