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¿¡Nunca seré un gran columnista!?

viernes, 21 de abril de 2023
Quizás ya por la edad que dispongo, diríamos la edad que me han dejado publicar en los periódicos, porque lo he intentando muchas veces, durante lustros, en distintos medios.

También, porque apenas hablo de política, menos aún, no critico o al menos, así lo intento, criticar a nadie, de carne y hueso, sino intento percibir, en todo y en todos, algo bueno y algo positivo -en general, es un reflejo, que salvo excepciones, continúo en la vida normal y rutinaria, lo que a veces, lleva a que no enseñar los dientes y las espadas, para muchos, piensan que no tienes criterio y análisis y evaluaciones y heteroevaluaciones, y si algo te sobra es eso-.

Tampoco critico a colectivos, grupos, ni tampoco ideologías, ni entes sociales o sociopolíticos. Los temas que trato, siempre besan y rozan realidades actuales, pero no son plenamente de la novedad y la actualidad, sino que son temas intemporales que están siempre en el presente. No niego, tampoco lo cotidiano, a veces, regional o nacional o internacional, pero menos. No creo que nadie tenga la absoluta y total verdad en todo, ni nadie, que tenga la total y absoluta falsedad en todo. Aunque en temas concretos, hay más verdad en unas posiciones y menos en otras...

Por todo ello, nunca seré admitido en los grandes medios de comunicación periodísticos, ahora digitales. Eso me dicen. Pero ese será el precio que tendré que pagar. No estoy en posiciones relativistas del conocimiento, salvo en algunos temas, por tanto, no es que me quiero esconder porque pienso que cualquier opinión es o da lo mismo, o tiene el mismo valor. Pero no deseo entrar en encrucijadas de esas polémicas que se forman y se conforman diariamente. No quiero que nadie, sepa de antemano, ante una nueva cuestión, la posición que tendré. Porque saben una supuesta ideología y te catalogan así.

Deseo que el pensar sea verídico y verdadero y equitativo y libre. Es lo único que tenemos los escribidores y observadores y pensadores. La libertad de conciencia y la libertad de análisis y libertad de expresión y libertad de pensamiento. Hoy, puedo pensar que tal grupo ideológico lleva razón en tal tema, pero mañana, no lo lleva en otro. Además, la cabeza es redonda, diría, Savater, para darle vuelta a los asuntos...

Es obvio y evidente, que el país y la sociedad y el Estado y la Península Ibérica están en una situación compleja -por decirlo de forma suave y humanitaria-. Yo, modestamente, quiero intervenir en aumentar la paz y el sosiego, en análisis o trozos o retazos de comentarios racionales, sin crear heridas, o, al menos intentarlo. Me digo a mi mismo que nos diría, en esta situación, los grandes columnistas que hemos tenido en estos últimos setenta y ochenta años -que ya muchos fallecieron por las décadas de los setenta, ochenta, noventa...-. Me pregunto que nos diría hoy, el maestro del columnismo Umbral.

Umbral en un artículo titulado: Pavarotti canta de oído, publicado en El Mundo, del 26 del siete de 1997, nos habla como suele hacer él, de un tema central y algunos periféricos. En definitiva como hacen/hacemos todos y todas. Porque eso es la esencia del articulismo de opinión personal, no el caso del articulismo de análisis o de datos, que otros diferencian...

Pavarotti, que no sé si mi memoria me engaña o miente o no recuerda, dicen que fue carnicero/carnecero en su juventud, y, que no conozco como fue capaz de pasar a la maestría de la suma y el sumo de su arte, de la ópera. Quizás, la ópera sea el arte más completo e integral, porque asume todos. Es el arte total, es el arte de la hibridación y síntesis y sinergias y combinaciones -el cine y el teatro también serían el engendramiento de varias artes, después han venido los happenings, las instalaciones...-.

Deben entender y comprender, que cada persona, la mayoría de las personas, en sus oficios y profesiones, especialmente, en vocaciones del saber y de todos los saberes y de las artes, desean y quieren ser los Pavarotti de sus oficios. Desean ascender en el olimpo de los dioses humanos. Esta es la realidad. No siempre es vanidad o soberbia o grandilocuencia o... Quizás, muchas veces, es una manera, de saber, que lo que esa personas ha realizado, en un determinado campo, es admitido, tiene valor, tiene nombre, y, quién sabe si perdurará...

Porque no sé si ustedes saben, que en el campo de las artes, durante el primer tercio de la vida individual, intentan llegar a una altura suficiente. En el segundo tercio, de realizar obras que puedan ser maestras, y, en el último tercio, se preguntan, conscientes o no, si "su obra perdurará", en las próximas generaciones o siglos...

Modestamente, no deseo engañarle, pero si debe conocer las intenciones de este modesto escribiente. Si usted lee en cinco minutos un artículo de ochocientas palabras, que lleva la firma de abajo, debe saber que este escribidor-pensador, intenta realizar una pequeña obra maestra.

Que lo intente no quiere decir que lo consiga. Pero debe usted saber, que si lee estas palabras, el que ha juntado estos vocablos, ideas, imágenes, conceptos y argumentos, desearía, tiene uno de sus fines, -ya que no le pagan ni un céntimo, al menos de momento-, tiene la intención que este artículo o al menos, uno de cada cien, puedan tener la suficiente altura, para estar al lado, en una antología de los grandes del articulismo en español: Larra, Mesoneros, Alarcón, Ortega, Unamuno, Clarín, Azorín, Plà, Cunqueiro, Umbral y cien más...

Por tanto, la pregunta se transforma y se presenta de este modo: "Pavarotti canta de oído, JMM escribe de oído, usted habla de oído...".
Caminero, Jmm
Caminero, Jmm


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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