Tras las noticias sobre la distribución de las bombas nucleares por Europa, corrí hacia el Museo del Prado a contemplar el Hipómenes y Atalanta en la exposición de Guido Reni, recordando la primera vez que lo viera en las iluminadas penumbras de los depósitos del ático con las contraventanas entornadas para evitar la luz directa sobre las pinturas , evocando aquella visión en las sombras luminosas de aquella estancia en que se guardaba, la sensación de contemplar una veloz carrera detenida, congelada y ordenada mediante la geometría de las líneas y la contención de los colores fríos. el prodigioso arte de aquietar el desasosiego por medio de un orden ideal.
Créanme, que recuperé esa serenidad que da entrar en el mundo de la naturaleza ordenada por las reglas del orden clásico. Porque Reni era un barroco, pero de los llamados "clasisistas", aquellos que predicaban un estilo pasional contenido.