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¿Qué está pasando en este mundo?

jueves, 30 de marzo de 2023
En menos de un mes hemos conocido noticias de una violencia impensable, y de una ignorancia nunca creída.

El hombre que enreda los pies en la cadena de un perro y no paró hasta MATARLO delante de su propietaria una niña de doce años que lo llevaba de paseo, la niña quedó petrificada y el perrito no pudo mirarla nunca más; al parecer las mujeres de Jaén, donde ocurrió la maldad, hicieron una manifestación para que no se vuelva a repetir en ningún sitio. Muy cerca, en Tuy una señora, que había reñido con la familia, de noche incendió unos veinte coches que ardieron severamente; como mínimo tuvimos que echar las manos a la cabeza, claro que fue la cabeza la que falló, pero y si hubiese niños en los coches, y si una madre con su bebé espera a que llegue su marido... horrible, las llamas alumbrando el humo como peste que nos asoma a los infiernos. La malvada guerra que deshace ciudades enteras donde no queda ni una casa para poder atender a los heridos, donde aparece un redentor que para mejorar a los niños los lleva para su casa, para enseñarle su credo y que cuando fuesen mayores odiasen a sus padres porque eran los malos, los buenos nunca les dirían que los habían robado a sus padres.

La ignorancia, el no saber estar y la falta de respeto, se ha vivido en sucesos, como el de la Moción de Censura al presidente Pablo Sánchez. El profesor Tamames poco importa que no conozca los protocolos, pero no puede olvidar que la rebelión de los militares fue lo que provocó la guerra ilegal y fratricida, preparada en Navarra, Madrid, Canarias (con muertes imprevistas), Portugal y hasta el Reino Unido de donde partió el avión Dragon Rapide para recoger a Franco, no destaca usted en la Historia pero utilice la razón. Otro momento fue cuando aseveró que si no hay trabajo ¿cómo es que los inmigrantes al llegar a España lo encuentren al día siguiente?, también los españoles cuando llegaron a Cuba o a Alemania, durmieron en la calle calentada por el sol o en barracones en Alemania. Los que llevaron al profesor a la moción no prepararon nada, o sea actuaron ignorancia, premeditación y alevosía. Se notó que los señores que animaron la función tampoco sabían qué hacer y cómo lo debían presentar. Pensando en voz alta, la ultraderecha debe leer más y no preocuparse de los trajes de otros; estudiar cómo se hace un proyecto, y no preocuparse de los zapatos de los diputados; mejorar su retórica para al hablar respetar a todos, y acrecentar su humanismo valorando a la persona antes de la cosa.

Lo que está pasando en Francia con el rechazo violento (piedras, pelotas, fuego quemando por las calles y las plazas) a incrementar dos años más de trabajo, de 62 a 64, para pasar a la jubilación, es también falta de conocimiento. Si se va a vivir 90 años hay que trabajar más para que den las cuentas en la jubilación. Nuestros colindantes deben recordar que en España se puede trabajar, según la profesión, hasta los 70 años, por ejemplo el profesor universitario y hasta ahora no se murió ninguno por eso

En este contexto recibimos una carta de un amigo dedicado también a la enseñanza. Dice: “Ha pasado el invierno y también la Covid. Pero este mundo no parece calmarse. Ahora nos preocupamos por guerras próximas y cercanas crisis económicas. En fin, no hay mucha tranquilidad.

Nosotros, pensando en la jubilación. No se puede estar dando clases a adultos y que no te vengan a la cabeza los nombres de autores, o palabras normales y corrientes; y es que les estás hablando de comunicación, de leer en voz alta, de preparar exposiciones. Y te imaginas que ellos ven a un profesor de pelo cano y escaso al que le huyen las palabras y las ideas por los canales que han dejado los pelos que ya no están. Los compañeros de trabajo me miran cada vez con más respeto; como se le puede mirar a un objeto de museo, al que no conviene tocar mucho, no vaya a ser que se rompa. En fin, que con un poco de suerte el año que viene nos jubilamos los dos.

También es verdad que nuestro mundo, el que hemos conocido, se va muriendo. Vienen problemas nuevos, y no somos nosotros los que tenemos que buscar las respuestas, o por lo menos no somos los protagonistas. Serán las nuevas generaciones las que tendrán que lidiar con ellos. Y no siempre entendemos las propuestas y el mundo de los más jóvenes. Hará falta mucho espíritu crítico en un mundo cada vez más complicado, más áspero y un poco más oscuro, la VERDAD es muy buena señal en los tiempos que corren. Se nos han ido los ímpetus juveniles, y también los de después.

Apreciado Peru, ¿qué nos está pasando?. Al 90 por ciento estoy contigo en lo que piensas, además las nuevas tecnologías van apartando a los mayores. Vosotros habéis formado en casa tres hijos que ya os dejan dormir tranquilos, y en las aulas cientos de adultos que defienden vuestros valores pedagógicos. No se puede pedir más.
Cal, Rosa
Cal, Rosa


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