Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

La promesa de limpiar los barrancos Teldenses

miércoles, 08 de febrero de 2023
Un regalo de Navidad

Dedicado a todas aquellas personas, ecologistas, periodistas, ciudadanos en general que denuncian una y otra vez la suciedad y el abandono en que se encuentran muchos barrancos, el campo, las playas pues saben que, más tarde o más temprano, tomará cuerpo en cada ser humano una conciencia social, una conciencia ecológica, una conciencia ciudadana que pondrá freno a tanto espacio y paisaje mancillado.
Dedicado de igual modo a mi buen amigo, el agente de Medio Ambiente del Cabildo Insular Roque López González, quien me ha pedido que alterne la realidad cotidiana que denuncio cada quince días en este medio con noticias más optimistas y esperanzadoras. Ésta, mi querido Roque, al parecer es una de ellas, de corazón espero que no dure menos que el vuelo de una efímera.


Me resultaba difícil de creer. La petición me había llegado en persona, en uno de los descansos del productivo y extraordinario "I Symposium sobre el Camino de Santiago entre volcanes", que se estaba llevando a cabo en la ciudad de Gáldar bajo el título: "Un camino que une continentes".
Quien me sugería mi aportación en un ambicioso proyecto de restauración paisajística era mi amigo y compañero Álvaro Monzón, destacado activista y ferviente seguidor del Camino de Santiago, excelente senderista, comprometido con el respeto y conservación del medio natural, e incansable y eficiente concejal de Medio Ambiente del municipio de Telde donde, sin tregua alguna, trabaja en el rescate, señalización y mejora de una amplia red de senderos y caminos tradicionales, en desuso en la actualidad, que unen barrios y pagos dispersos.
Aunque sorprendido por sus palabras, pues no es mi experiencia del pateo sosegado y analista, proclive a rápidos entusiasmos en materia de limpieza, conservación y mejora del medio natural, acepté su invitación a inventariar todos y cada uno de los vertidos y escombreras que se encontraban en la zona de costa, No era para mí una labor muy costosa pues, para llevar a cabo el estudio y análisis detallado sobre los barrancos olvidados de Telde, iniciado en el barranquillo de Ojos de Garza y culminado con el desaparecido barranquillo de San Borondón, había realizado muchos pateos sosegados y registrado en mi cuaderno de campo cada vertido y escombrera que se encontraban en los mismos, así como sugerido recomendaciones para la mejora de dichos espacios, su limpieza, mejora y recuperación del paisaje botánico propio, haciendo hincapié en la labor y gestión informativa y, si fuera necesario, punitiva a aquellas empresas responsables de vertidos en su entorno -plásticos, aguas residuales, escombreras de materiales propios, residuos de fabricación, etc.
Así pues, asumido el reto, en el espacio comprendido entre los dos grandes barrancos limítrofes que definen los lindes municipales: Aguatona y Jinámar, la autovía GC-1 y la misma línea de la marea, era mi intención no dejar vertido alguno sin señalizar. Al parecer, de la autovía hacia la cumbre, se encargaban los técnicos de la concejalía y el mismo concejal de señalizar los puntos negros de vertidos que, como hemos visto en artículos anteriores donde abordaba una mayor amplitud territorial que los susodichos barranquillos, son muchos y diversos.
No piensen ustedes que soy un pánfilo y que doy crédito a los cuentos de hadas. Menor es aún mi fe en los milagros que, en materia de erradicación de residuos, surjan de la gestión municipal, insular o autonómica. Ahora bien, reconozco que sería una negligencia por mi parte no aportar el listado requerido. Sólo la remota idea de poder recuperar con ello una mínima parte de los múltiples espacios mancillados, abandonados, escondidos y olvidados, me impulsa a la rápida entrega del listado demandado. Me niego a dejar espacio alguno a su suerte, sin posibilidad alguna de ser saneado y recuperado.
Así que, sin necesidad de más reflexión, mi respuesta fue inmediata:
- ¡Hecho! Este fin de semana estará en tus manos.
- Gracias, Espiño -fue su respuesta.
Terminó el Symposium, llegué a casa y comencé a escribir. Era cuestión de repasar los artículos que quincenalmente había enviado al director del diario Telde Actualidad a lo largo de este último año y revisar el estado actual de cada barranquillo y espacio maltratado. Era cierto que faltaba un artículo por publicar, el del barranquillo de las Monjas o barranquillo de San Borondón, pero hacía un par de semanas que lo tenía escrito y revisado.
En ello estaba cuando se me ocurrió la idea de preparar un texto ágil y detallado que sirviera a un tiempo para que dicho concejal pudiera incorporarlo al texto más amplio que estaba elaborando sobre los vertidos y puntos negros de escombros y basuras presentes a lo largo y ancho del territorio municipal y a mis lectores de Telde Actualidad. Quieras o no, su publicación serviría de testimonio de un proyecto, tan interesante como necesario, que al parecer iba a realizarse en nuestra isla, proyecto que de llevarse a cabo con eficiencia sería digno de los mayores elogios pues ante la dimensión y número de los vertidos existentes en todos y cada uno de los municipios, el trabajo y la inversión sería ingente. A un tiempo, serviría también de pública denuncia si, como había ocurrido tantas otras veces, dicho trabajo y esfuerzo se quedara, simplemente, en un proyecto más, depositado sobre una mesa de un despacho o en un olvidado cajón de la misma.
- Es para el Consejo Insular de Aguas, del Cabildo. Limpiarán los que puedan y seleccionen de la lista -aclaró el concejal.
- Pues, amigo mío, envíales un listado exhaustivo. Tienes una oportunidad de oro de hacerles llegar todos y cada uno de los vertidos presentes en nuestro municipio, desde la costa hasta la cumbre. Va siendo hora de que exista un proyecto global y un presupuesto generoso y específico para tratar de una vez por todas de erradicar la lacra de los vertidos ilegales por el medio natural canario.
Y, sin más diálogo, le envié a su correo la ubicación de los vertidos a erradicar, exactamente la que les paso a explicitar a continuación:
- Barranco de Ojos de Garza:
Encontramos basuras en el tramo final de su desembocadura, plásticos en el arenal existente frente a este tramo. También en las confluencias del barranquillo del Pueste o de las Pujamas con la pista asfaltada de acceso al polvorín de la zona militar -estos vertidos son muy impactantes y fáciles de erradicar-. Sobre la carretera vieja a Ingenio, a ambos lados de la misma, vertidos varios en el cauce del barranco y en el Llano de las Brujas, al pie de la montaña de María Ojeda, en el interior de una casa derruida y en un estanque abandonado hay vertidos domésticos. A todos estos lugares se puede acceder con camiones para su limpieza. Son precisamente las pistas existentes las que propician que desaprensivos e ignorantes realicen estos vertidos mancillando así el paisaje de todos los canarios.
- Barranquillo de las Arenas:
Situado en plenos arenales de Tufia y Ojos de Garza, es el espacio más limpio de todos ellos. De todos modos, una limpieza manual de este espacio protegido ayudará a mantenerlo en buenas condiciones. Hay restos sueltos de basuras en las zonas aledañas a la urbanización de Cuatro Puertas: mirador, ladera del mirador, alrededores de los contenedores y cercanías de los pilones de hormigón que delimitan la carretera de acceso.
- Barranquillo de la Esquila, conocido también por barranquillo de Aguadulce:
Los primeros vertidos se encuentran en las calles de ese polígono industrial, El Goro. Todos los finales de calles y rotondas tienen depósitos de escombros sobre las aceras. Dentro del barranquillo, una limpieza del arenal sobre la playa y los bordes de la carretera de acceso a Tufia donde hay vertidos a derecha e izquierda.
- Barranquillo de El Goro:
Necesita una limpieza manual por la gran cantidad de plásticos volanderos que proceden en su mayoría de la cercana empresa de PLASCAN. También hay justo en su desembocadura sobre la señalética del puerto de la CINSA restos pales y maderas varias y otros residuos.
- Barranquillo de Sacateclas:
Los barranquillos de Sacateclas y Manolitas necesitan un tratamiento integral. Los vertidos se encuentran desde la montaña de Las Huesas, en ambas vertientes de la montaña hasta la desembocadura en la playa de Salinetas, pasando pues por el núcleo urbano de Las Huesas donde las basuras alfombran sus solares sin fabricar y por supuesto, el cauce del barranquillo.
- Barranco de El Negro:
Es necesario aproximarse a las Medianías y desde aquí, bajando por su cauce, iniciar una campaña de recogida de residuos que se extenderán por el mismo hasta su desembocadura en la playa de Melenara. Son más abundantes en aquellas zonas que limitan con núcleos urbanos -Jerez, La Viña, Casas Nuevas… o el cauce es atravesado por pistas que permiten pequeños vertidos de restos de carpinterías u otras actividades de transformación.
- Barranquillo de la Mareta:
Aquí el trabajo es menor pues están prácticamente desaparecidos éste y del de La Garita. La limpieza se limitará en el barranquillo de la Mareta a eliminar restos de camas, colchones y somieres de debajo de los dos puentes y algunos residuos más en el exiguo cauce.
- Barranquillo de San Borondón:
Prácticamente desaparecido, una limpieza en los bordes del vial costero, nudos de enlace a la gasolinera de la Estrella y terrenos aledaños mejorarán la imagen de lo que queda de este barranquillo.

A estas labores bien definidas en los barranquillos costeros, habrá que añadir verdaderos puntos calientes en la acumulación de vertidos y residuos, siendo el sector industrial de Jinámar y sus vías de acceso el más importante de todo el municipio en cuanto a vertidos. La subida a la sima de Jinámar es ya un triste clásico de vertidos, denunciado en la prensa año tras año, pero es que la urbanización Cruz de La Gallina tiene tantos o más vertidos, tanto en su zona más próxima a la costa y campo de golf como la más alejada, en el sector de la montaña del Gallego, y en el circuito automovilístico, aunque ya no funciona como tal. Pero no se escapa a este cúmulo de vertederos dispersos la zona industrial de El Goro, ni el sector de Las Rubiesas.
Puede que sea la falta de vigilancia, puede que sea un "laissez faire" institucional que enerva a propios y a extraños, el caso es que es muy difícil encontrar un territorio donde no estén presentes las basuras, de un modo u otro.
Un ejemplo claro y una primicia de fin de año: he decidido dedicar el año dos mil veintidós a acercarles todos y cada uno de los conos volcánicos de Telde. Tras los barranquillos, me he decantado por las pequeñas elevaciones volcánicas. He comenzado ya con las visitas a la montaña Las Huesas y las basuras y escombros están presentes en todas sus laderas, encontrándose también, como no podría ser de otro modo cuando el celo institucional es escaso, en las inmediaciones del yacimiento arqueológico que alberga.
Visto así, pormenorizado, da la impresión de que el territorio municipal es un gran vertedero. No es así, multitud de lugares se encuentran limpios, no pongo en duda el esfuerzo que se estará haciendo para mitigar tanta dejadez ciudadana en cada uno de los puntos de recogida de basuras, alrededor de cada contenedor de los cientos de contenedores de residuos desplegados por todo Telde, pero la imagen que se ofrece, a poco que salgamos de los núcleos poblacionales más cuidados del municipio, es deficiente.
Deplorable por la mala actuación de la ciudadanía, abandonando todo tipo de enseres, escombros y basuras al lado mismo de los contenedores -ahora mismo en los núcleos urbanos de Jinámar, Las Huesas, Las Medianías, Ojos de Garza, La Herradura, El Caracol, Casas Nuevas, La Viña, Diseminado de Las Huesas, Jerez... y deficiente por no existir un plan de actuación eficaz sobre estos vertidos en todos y cada uno de los puntos que se conocen y que generan estas prácticas impropias e incívicas.
Es necesaria mayor vigilancia, control, multas, más limpieza, más periodicidad en la recogida... Se echa de menos un plan de gestión integral que sea capaz de horarios más amplios y una mayor permisividad en el volumen de recogida en los Puntos Limpios, todo en aras a conseguir un cambio radical en la imagen que Telde ofrece en cuanto al tratamiento de sus residuos y el paisaje resultante.
Es por todo ello que la promesa de una buena y eficaz campaña de limpieza de los residuos, de rescate y recuperación del paisaje primigenio, de férreo control y vigilancia sobre los espacios rescatados y sobre los infractores, ilusiona a la ciudadanía, transmite una esperanza de que nuestro entorno puede ser tratado con mayor respeto y disfrute.
Por eso quiero creer, necesito creer en esta promesa. Ahora, a punto de finalizar el año dos mil veintiuno, mi mente duda entre creer la promesa como un anticipado regalo de Reyes para todos los ciudadanos y visitantes de la isla o pensar que se trata más bien de una broma, en línea con la fecha del Día de los Santos Inocentes que, al igual que la esperanzadora fecha de los Reyes Magos, se encuentra en los próximos días.
Serán las instituciones y en especial sus dirigentes y responsables, quienes nos saquen de la duda, demostrándonos con sus hechos si son fieles a la palabra dada o bien se trata de una más de sus habituales mentiras políticas.
Esperando el discurrir del próximo año bajo la promesa de una isla más limpia, les deseo felices fiestas, amigos, compañeros, lectores y unos felices Reyes.
Espiño Meilán, José Manuel
Espiño Meilán, José Manuel


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES