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Otra vez las dos Españas

jueves, 12 de enero de 2023
A mi amigo y ex-compañero Modesto Rodríguez con gratitud por sus sabias reflexiones.

Los libros de Historia, al hablarnos de las dos Españas, nos retrotraen generalmente a la Guerra de la independencia; pero, sin embargo, por mi parte pienso que la manera de concebir la sociedad por parte de conservadores y progresistas es muy anterior.

Pues bien, mi admirado Machado, ante cuya tumba rezamos por la reconciliación coincidiendo con el Día das Letras Galegas, un buen día escribió, en "Campos de Castilla" aquello de que: "...Una de las dos Españas ha de helarte el corazón" hablando de la Guerra incivil, y así quizás estaba hablando de un futuro nada halagüeño. ¡Qué pena que siempre vivamos rodeados de ciudadanos sumidos en el odio, la crispación y el insulto y no seamos capaces de convivir con comprensión mutua mejorando la sociedad en aras del respeto mutuo!. Ochenta y cuatro años después de aquella barbarie todavía seguimos con la agresividad como argumento.

Viene esto a colación porque días pasados escribía en otro artículo que España desde 1815 había sufrido diecisiete pronunciamientos militares, como si los españoles necesitásemos siempre estar tutelados y nosotros fuésemos incapaces de entendernos sin injerencias de estamentos a los que se le encargan otras misiones.

Pues bien, las navidades nos traen un nuevo regalito: el conflicto entre el Ejecutivo y el Tribunal Constitucional. Una nueva tutela, en forma de Tribunal Constitucional, cuya renovación llevaba cuatro años pendiente. Una nueva vuelta de tuerca, un retorcimiento más para seguir apretando la herida.

Vaya por delante que uno sólo es observador de la realidad y carece de formación jurídica para argumentar en uno o otro sentido; ahora bien, mi forma de ver me aboca a pensar dos cosas: la primera es que la voluntad popular está en el Parlamento elegido democraticamente, y sus leyes, me gusten o no, he de acatarlas. Segunda, el Tribunal Constitucional, cuyas atribuciones son interpretar la Carta Magna, tenía a cuatro de sus miembros con su mandato caducado.

Independientemente del motivo de la disputa, si las leyes aprobadas son constitucionales o no, lo que resultaba obvio es que esas cuatro personas, una vez terminado su mandato, deberían haber abandonado su puesto y ser relevadas por otras legitimas. Ellas carecían de razón moral para juzgar nada, máxime cuando al principio era a ellos a quienes afectaban las decisiones. De lo que se deducía que tampoco eran los adecuados para juzgar si las leyes de la corrupción y sedición fuesen legales o no. Ergo, conviene advertir que no debiéramos estar tutelados, otra vez, por personas con el mandato caducado y alguna como mínimo con sospecha de mala gestión.

Eso evidencia, una vez más, que existe una España que cree en la democracia y otra que se aferra a cualquier medio para seguir mandando y la retuerce en aras de una rentabilidad política. ¿Se puede decir más claro?

Personalmente, creo que el respeto a las leyes es obligación de todos y, si bien a mi no me gustan algunas leyes como las afectadas por las rebajas, muy al contrario creo que las penas debieran incrementarse, mi opinión he de expresarla ponderando mi voto.

Hablando de corrupción: Eva ya corrompió a Adán, así que viene de lejos la cosa. España está en el puesto 34 mundial y un partido español es considerado el más corrupto de Europa. Eso es lo que dicen los papeles. Otra cosa es que crea que los paraísos fiscales que nos adelantan sean menos corruptos. 12 mil lobis acosan el Parlamento europeo. Es un mal endémico que abarca a todos los partidos y a la ciudadanía en general.

Una práctica casi asociada al ADN español. Desde 1996 hubo en España 231 indultos a corruptos: Aznar (139), Zapatero (62), Rajoy (16), Pedro Sánchez (4) hasta el 31 de diciembre de 2021.

Hace unos días salió Bárcenas de la cárcel, en semilibertad, después de haber sido condenado en 2013 a 29 años de cárcel; Francisco Correa, el capo de la Gürtel, salió a los tres años y vive en Sotogrande; Rato, otrora hijo adoptivo de mi pueblo, también está en la calle, aunque tiene abierta otra causa por el origen de su patrimonio; los ERES en Andalucía fueron otro pozo sin fondo y no sabemos todos los que aún no han entrado en la cárcel... Y toda esta mangantería abarca a todos los partidos y particulares.

Seguir nombrándolos es inútil. Porque yo vivo en un País donde las leyes y la justicia me resultan incomprensibles. Y tanto me da el 3% catalán como las mascarillas del hermano de Ayuso. Aquí un botones, como era Correa en su juventud, puede llegar a ser el Mes si de la mordida. Si sólo hay que ponerse. Después, ya llegarán las leyes y los jueces para ser benevolentes y "comprensivos".

En cuanto a la sedición y Cataluña habría que preguntarse aquello de Catilina: ¿Hasta cuando Cataluña abusarás de mi paciencia? Porque bueno sería, ya que de Constitución hablamos, que recordáramos que está firmada en su momento por los representantes legítimos de Cataluña y todavía está vigente. Ergo toda la movida de referéndum, sediciosos incluidos y otras iniciativas pro independencia, son ilegales de raíz mientras no se cambie la Constitución. Los cambaches políticos, las embajadas, el supremacismo étnico y otras miles de movidas de los independentistas, incluido el racismo hacia los charnegos, son jugadas inteligentes de la burguesía, más o menos ilustrada, a la que nadie roba. En castellano hay la voz pasiva del verbo robar y buenos son los fenicios catalanes para eso; pero da buen rendimiento ante una España acomplejada. Lo demás es para mear y no echar gota.

Y yo, vuelvo a mi opinión personal, no comparto la idea de bajarse los pantalones a cambio de políticas de apoyo que pueden resultar eficaces para determinados fines, porque el fin no justifica los medios; pero debiera quedar meridianamente claro que Cataluña, reconociéndole su importancia económica y sus muchas virtudes, no debe recibir trato preferente como viene sucediendo desde tiempo inmemorial. Quizás la mentalidad de viejos negreros requiera una actualización histórica y en las autoridades, a la hora de repartir el pastel de los presupuestos, mayor equilibrio.

Libres ya de "iluminados" radicales, que en todos los lugares hay, como Carod Rovira, Puigdemont y Torra, convendría hacer gala del seny y convivir con respeto mutuo. Difícil resultaría una nueva crispación que, por ejemplo, pudiese poner fronteras al comercio catalán.

La Historia, nos han avisado muchas veces, está ahí para corregir errores, y nos convendría adaptarnos a los tiempos. Hoy, las supremacías de razas y otras visiones exclusivistas requieren alturas de miras, porque la tan cacareada globalización, con sus detractores y admiradores, es una realidad muy viva y, nos guste o no, la cultura, el comercio, la industria, la movilidad... juegan un papel muy claro hacia el entendimiento mutuo.

Respetando todas las opiniones, recuerdo que Estein llamaba al "nacionalismo enfermedad infantil"; Unamuno decía que "es la chifladura de exaltados echados a perder por indigestiones de mala historia"; Bernard Shaw afirmaba. "El nacionalismo es la extraña creencia de que un país es mejor que otro por virtud del hecho de que naciste allí"... Cada cual tiene su modo de ver las cosas.

Lo mío es sólo una opinión, unas palabras por la convivencia, una ilusión por mejorar la vida buscando reflejar el sentir de alguna gente. Que otros estén todos los días tergiversando y pescando en río revuelto hay que denunciarlo con claridad.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


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