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lunes, 09 de enero de 2023
La calculadora del gobernador

Todavía hoy, el número de participantes en una manifestación sigue siendo enconado motivo de disputa. Pero la historia viene de lejos.

Era el 7 de abril de 1982 y el puesto de Gobernador Civil en Navarra lo desempeñaba Francisco Javier Ansuátegui, y yo era el Delegado de la Agencia EFE en esa Comunidad Foral.

Los trabajadores de 'Potasas de Navarra' se habían manifestado el día anterior por las calles de Pamplona en contra del posible cierre de esa empresa minera, y en demanda de "un convenio colectivo justo".

En la noticia que EFE transmitió a sus abonados sobre esta protesta -información literaria y gráfica elaboradas por Pilar Zaragüeta y José Luis Rodrigo, Kote, respectivamente- se afirmaba que los manifestantes eran "unos cinco mil".

La reseña que, por su parte, publicó Diario de Navarra al día siguiente, el 7 de abril, decía: "Según un despacho de la Agencia EFE, el número de manifestantes fue de unos cinco mil, cifra que coincide con la calculada por los organizadores. Según datos facilitados por el Gobierno Civil de Navarra, al comienzo de la marcha había unos 150 manifestantes y al terminar unos 900, entre los que había que incluir a algunas mujeres y a niños, algunos de ellos en cochecitos".

Sobre las diez de la mañana de ese 7 de abril, el señor Ansuátegui me llamó por teléfono y, con un tono un poco irritado, me recriminó por haber difundido la cifra de cinco mil manifestantes, pues, según dijo, estaba seguro de que sus cálculos eran los correctos: "¡novecientos!, incluyendo a algunas mujeres y niños, algunos en cochecitos".

Una hora más tarde de nuestro rifirrafe telefónico, se presentó en la sede de EFE un policía, quien traía, de parte del Gobernador, una carta para el Delegado de EFE. Al abrir el sobre, me encontré una calculadora y una tarjeta de visita del Gobernador con el siguiente texto: "Con mis mejores deseos de que aciertes siempre. Un abrazo".

Y yo le hice llegar inmediatamente una carta de agradecimiento "por tan magnífico regalo" y por sus buenos deseos. No obstante, le hacía constar que yo ya disponía de otra calculadora con la que me iba defendiendo sin mayores problemas y con la que siempre me habían salido las cuentas.

"Me es grato comunicarte -añadía en la misiva- que ya hice alguna operación con la que me enviaste, y me pasó una cosa muy curiosa. Estuve calculando durante una hora la gente que transitaba por la calle Estafeta y saqué en conclusión que los fabricantes la debieron concebir para tiempos pasados, pues especifica sexo y edad: hombres, mujeres, niños... y niños en cochecitos, cosa que no hace la mía".

"Este detalle -precisé- me resultó muy gracioso, pero habrá que tener cuidado con ella, no vaya a ser que nos acusen de anticonstitucionales por aquello de que no prevalezca discriminación alguna por razón de raza, sexo, etc. ¡Ojalá que no nos salga una calculadora anticonstitucional por antidemocrática y machista!".

Su contestación a mi carta me llegó, a través del teléfono, de la mano y de la voz de su secretario, el señor Galbete, quien me dijo: "Perdóname, pero el Gobernador me ordenó que te transmita lo siguiente: ¡Que eres un guarro!"

Debo aclarar que, pese a ciertas puyas y diferencias en el terreno profesional, en el aspecto personal nuestras relaciones fueron siempre muy fluidas, correctas y cordiales.
Silva, Manuel
Silva, Manuel


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