Esta es la única foto publicada de la reunión, porque no se avisó a los medios
de comunicación para poder dar testimonio de lo ocurrido.
La comunicación es el pilar sobre el que se basa la política. Los gabinetes de prensa tienen más influencia susurrando que los propios técnicos informando o incluso que la mayoría de los representantes elegidos votando. No hay político sin su séquito, compuesto al menos de fotógrafo y redactor, para subir a las redes sociales y enviar a la prensa información unidireccional.
Es chocante la aparente contradicción entre esa obsesión por transmitir "el mensaje" y los claros intentos de acallar cualquier otra transcripción de la realidad. Para muestra un botón. El otro día hubo una reunión a la que se invitó a los vecinos y comerciantes del centro... pero no a los periodistas. No hubo convocatoria de prensa, por lo que los medios locales reprodujeron la misma fotografía e información, la salida de la cocina del Gobierno. Un hermoso cuento participación e información al Pueblo en primera persona, con dudas y propuestas de buen rollo, todo muy blanco. En ese relato no figura la palabra "críticas".
Pues las hubo. Vaya si las hubo. De hecho la reunión abandonó desde el minuto cero el objeto de la convocatoria para convertirse en una enmienda a la totalidad de las políticas municipales: seguridad, limpieza, ruidos, habitabilidad, tráfico, aparcamiento, obras chapuceras... todo lo que importa para que un barrio sea atractivo para vivir fue duramente criticado por los asistentes, que echaron en cara a los convocantes no sólo la imposible tarea de hablar con ellos sino la inexactitud de las informaciones dadas. Quizá por ello no hubo convocatoria de prensa, para ocultar una realidad incómoda.
¿Por qué no se avisó a los medios, a los que habitualmente se mandan previsiones hasta de los catarros? ¿Quizá para que María Guntín o Carmen Uz, no pudieran asistir para dar fe de la verdad?
