Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

El Fluvial pierde en el juzgado (otra vez)

lunes, 12 de diciembre de 2022
El Fluvial pierde en el juzgado (otra vez)
Las piscinas infantiles tendrán que ser suprimidas. Foto: La Voz de Galicia

El Club Fluvial se ha dado un nuevo encontronazo con la dura realidad. No sé si recuerdan aquellas grandilocuentes declaraciones del señor Tito Valledor, presidente de esa Sociedad, en que venía a decirnos que la justicia pondría a cada uno en su sitio. Pues bien, tenía razón, la justicia lo ha puesto en su sitio y le ha vuelto a decir que no tiene razón. Y para mayor fantasía el Fluvial tiene que pagar las costas del juicio, porque su demanda no hay por dónde cogerla.

La sentencia condenatoria es del pasado 17 de noviembre, y ya han pasado los 20 días para poder recurrirla en casación al Supremo, algo que la Sociedad anunció que no haría porque quiere abrir una nueva etapa de diálogo, lo que viene a ser una bajada de orejas parcial, porque de los socios que expulsaron injustamente sólo han readmitido al que recurrió, y eso porque les obligó el juzgado que si no tampoco. Deberían llamar a los demás y, tras una disculpa, pedirles que vuelvan.

Vamos a analizar la situación por partes, que tiene su enjundia.

1.- ¿Cuál era la situación de partida?

El Club Fluvial tenía una serie de concesiones administrativas para el aprovechamiento de las aguas del río Miño. La última se concedió el 6 de octubre de 1998 por un plazo de 20 años que, como es lógico, venció en el año 2018. Aquella autorización incluía el desvío de agua para llenar dos piscinas, legalización de ciertas instalaciones y autorización de vertidos de acuerdo al reglamento oportuno. Se incluía explícitamente que la duración de las ocupaciones de terrenos de dominio público necesarios para las obras vencerían en el mismo plazo de 20 años.

El Fluvial siempre ha vendido que lo que pretendía era una "renovación" de la concesión, lo que ya nos indica la poca idea que tienen de lo que están hablando, lo que no tiene importancia en una conversación de bar pero mucha si eres el gestor del chiringuito. Una concesión no se puede "renovar", una vez que finaliza se saca a concurso desde cero y de hecho el haber estado antes no puede puntuar para seguir estando. Si tenemos claro eso vemos que la historia del Club Fluvial es irrelevante a los efectos que nos ocupan. Podremos estar de acuerdo o no, pero es lo que dice la ley.

2.- ¿Dónde está el problema que impide dar una nueva concesión?

En la propia solicitud del Fluvial, que pide cosas que son ilegales. La ley ha cambiado. Los usos que antes se permitían en los márgenes de los ríos ya no son autorizables y por lo tanto no se puede dar esa concesión. Concretamente, dice la sentencia, lo que se quiere instalar es contrario a lo dispuesto en el artículo 49.2 del PHMS, que no admite tales usos, con lo que poco más se puede añadir.

3.- ¿Y qué pasará ahora? ¿Supone esto el fin del Fluvial?

No, para nada. Según el propio señor Valledor en declaraciones a El Progreso, al perder esta demanda "tendríamos que hacer una especie de cierre a lo largo de los terrenos que son propiedad de los socios, dejando los cinco metros de servidumbre, en donde habría alguna puerta para que los socios pudiesen acceder al río". Si eso supone que la gente se dé de baja o no de la Sociedad es otro cantar, lo iremos viendo, pero ya ven que ellos mismos reconocen que han de modificar todo el margen del río (tras pedir autorizaciones, que no procedan como en otras ocasiones en que han hecho barbaridades).

4.- ¿Con esto terminan los problemas legales del Fluvial?

No. Todavía estamos pendientes de saber qué pasa con la obra ilegal del aparcamiento que hicieron y que, hasta donde yo entiendo, han de reponer a su estado anterior, pagando además las correspondientes (y abultadas) sanciones que saldrán de las arcas del Fluvial, cuya deuda sigue siendo considerablemente alta.

Conclusión:

Lo que está más que claro es que no sólo han presentado mal el proyecto sino que han actuado poniéndose en contra a una parte importante de la ciudadanía, a la que no nos gustan las amenazas ni la arrogancia con que se ha gestado todo esto, intentando imponer la voluntad de una entidad privada a la legalidad, presionando a la Alcaldesa con supuestas manifestaciones y expulsando a socios por la simple osadía de discrepar de lo que se estaba haciendo y que, como el tiempo ha demostrado, no sólo era inoportuno sino ilegal.

No han pedido disculpas, por supuesto, sino que han seguido desafiando con arrogancia y chulería a todo el que se les ha puesto por delante, incluido un servidor.

En manos de los socios está el futuro del Fluvial. No veo que nadie mueva un dedo para cesar a quien ha demostrado reiteradamente no estar a la altura del cargo, a quien ha confundido la presidencia con la propiedad del Club, a quien lo ha usado como su cortijo particular, pero oigan, allá ellos. A sus cuotas irán las multas, sanciones y perjuicios causados por esa forma de proceder y si se hunde el Club, la culpa será de todos y cada uno de los socios, unos por acción y otros por omisión.
Latorre Real, Luís
Latorre Real, Luís


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES