En el máster

En el máster demostró otra faceta. La Escuela había gestionado becas para sus alumnos, pero como no había para todos, decidieron presentar unos cuantos candidatos y el dinero distribuirlos entre todos. Tarea complicada la de establecer un promedio y gestionarlo. Era necesario una persona que cobrara y pagara el trasvase, enfrentándose al egoísmo de algunos no muy dados a la redistribución. Antonio, apodado desde ese momento Popof, se ocupó eficientemente de tan ingrata y trascedente actividad.

Entre estos nuevos compañeros encontró verdaderos amigos, gente muy valiosa en todo sentido. Con alguno de ellos estableció unas muy buenas relaciones que perduraron en el tiempo.

También en este grupo era el más joven. Lo integraban dos médicos militares de alta graduación, tres cubanos que más que aprender venían a promocionar su sistema avanzado, dos diputados peronistas, dos activistas de distintas facciones del peronismo que tampoco estaban interesados en aprender sino trepar en el partido, algunos funcionarios y otros aspirantes a serlo. Una joven y delgada alumna, de escasa minifalda y generoso escote, atraía las miradas y la atención de todos los integrantes del plantel masculino, y más cuando se cruzaba de gambas. Con el tiempo llegaría a ocupar la presidencia de la mayor institución de los jubilados, protagonizando un sonado debate sobre la posible corrupción del mismo.

Fue un año peligroso. Antonio siguió por televisión el discurso del presidente Perón cuando echó a los Montoneros de la Plaza de Mayo, tachándolos de imberbes, mientras éstos cantaban "votamos a una puta, un brujo y un cornudo". Otro día un compañero llegó con la noticia de que la organización Triple A, creada por el poderoso Ministro de Bienestar Social y aparentemente financiada por el estado, había ametrallado a un diputado nacional en plena calle, en una operación con un despliegue impresionante. Finalmente se confirmó la muerte del general presidente, después de unos días de incertidumbre, con rumores de dudosa agonía y ritos de brujería. Al otro día los tres cubanos abandonaron precipitadamente el país evacuados por su embajada. Esa noche caminaría por una ciudad paralizada y en un silencio que no presagiaba nada bueno, debiendo atravesar una cola enorme de cuadras y cuadras de gente esperando para ver el cadáver.

Diariamente llegaban noticias del asesinato de un dirigente gremial, un asalto a un cuartel, el secuestro de un alto ejecutivo, muchos artistas e intelectuales tuvieron que exiliarse para salvar la vida. El país ingresó en un túnel oscuro del que tardaría varios años en salir.

Fragmento de "Buscando a Elena". (2021)