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Argelia, el tesoro de África

martes, 29 de noviembre de 2022
El 1 de noviembre de 1954 el pueblo argelino, harto de la dominación colonial al que estaba sometido, cansado del desprecio, la desigualdad y de las duras condiciones de vida que estaba sufriendo desde hacía décadas, se levantó contra su opresor con el valor, el coraje y la fe en el objetivo de recobrar su más preciado tesoro, es decir, su país, su libertad y ser dueño de su destino.

Después de años de guerra, de actos de valor, de innumerables víctimas y héroes, Argelia ganó su independencia y el pueblo recobró su libertad.

El sacrificio de miles de mujeres y hombres que derramaron su sangre y dieron sus vidas por el ideal de una nación libre, dueña de su destino y soberana en sus decisiones dejó a las generaciones siguientes el camino abierto para poder trabajar juntos y llegar a conseguir la Argelia que todos deseamos.

Yo no soy argelino, soy español. Quizás alguien pueda preguntarse qué derecho tengo yo a hablar de un país que no es el mío. Le diría, con todo el respeto a su opinión, que nadie puede elegir el país donde nace, pero sí se puede elegir estar con la gente con la que te sientes a gusto, los amigos a los que quieres ayudar y (sin dejar de amar a tu país de origen) el país, la sociedad en la cual deseas contribuir con tu experiencia y conocimientos.

Y esto no se hace porque sí, sin motivo alguno, sino porque se trata del país que te ha acogido cuando has estado trabajando durante unos años y que te ha permitido conocer su esencia, su gente y su gran potencial futuro.

Y como español veo a Argelia con un gran potencial de desarrollo tanto interna como externamente, en el contexto internacional. Sectores como la agricultura sostenible; las infraestructuras, en general y las relacionadas con el agua, en particular; la sanidad; la educación; las energías renovables y la seguridad, es decir, aquellos sectores por los que el actual Gobierno,con el presidente Tebboune a la cabeza, ha apostado para impulsar y desarrollar, son los verdaderos decisores del futuro del país.

El desarrollo sostenible y la digitalización, en cualquiera de los sectores que elijamos, son las herramientas que van a facilitar el camino de la generación actual hacia los logros sociales, económicos y medioambientales del país. Y eso tendrá una importante repercusión en las generaciones futuras y su estabilidad y bienestar.

Pero obtener los resultados deseados, cambiar costumbres adquiridas durante muchos años y adoptar nuevos hábitos de eficiencia y transparencia nunca es algo inmediato, sino que necesita tiempo, inversiones y esfuerzo. Necesita la colaboración de un pueblo, de todas y cada una de las personas que desean un futuro digno y sostenible para ellas y sus familias, para la sociedad en general y, por supuesto, para Argelia.

El escenario internacional actual se ha vuelto favorable para Argelia, tanto en su posicionamiento en el contexto internacional como en el aumento de su balanza comercial. La grave crisis energética que sufre Europa ha hecho que mire hacia Argelia como un país que le puede rescatar de la penuria económica y social que podría llegar a padecer sin un suministro regular y sostenido de gas.

Europa necesita gas y petróleo para mantener su estatus económico y garantizar la estabilidad y el orden social y Argelia, como país seguro y fiable en cuanto al cumplimiento de sus compromisos, puede proporcionarlos no sin antes (o en paralelo) revisar y actualizar os acuerdos firmados con las naciones europeas para poder colaborar en condiciones de igualdad con los gobiernos que respeten y honren las relaciones establecidas con Argelia.

Argelia puede (y debe) trabajar en este momento para ser uno de los países de referencia en el contexto internacional y conseguir que su voz se oiga en foros de decisión que afectan al bienestar, independencia y progreso de las naciones de los pueblos. Y se trata de ser un país respetado y de referencia no sólo en el escenario global, sino, en concreto, en lo que se refiere al continente africano y como puente de unión entre África y Europa. Su posición geográfica así lo requiere. Y es por ello que el Gobierno está trabajando en una estrategia para conseguir, de manera firme y segura, estos objetivos.

Argelia ha demostrado recientemente, por ejemplo, su capacidad organizadora y diplomática la hora de organizar eventos de alto nivel internacional y consensuar acuerdos bajo los cuales las diferentes naciones pueden trabajar, colaborar y desarrollarse conjuntamente y eso se ha visto reflejado en campos tan dispares (o quizás no tanto) como la organización de los Juegos del Mediterráneo en el verano pasado en Orán como en la Cumbre de Países Árabes celebrada a principios de este mes en Argel.

Y es, a consecuencia de todo esto, que el Gobierno debe continuar trabajando en los proyectos iniciados para poder alcanzar los objetivos, en los sectores antes mencionados, de desarrollo sostenible como sociedad y como país. El Gobierno debe poder disponerdel tiempo necesario y la confianza de la población para conseguir hacer realidad la hoja de ruta con la que se ha comprometido a llevar al país hacia el futuro.

Y en esta hoja de ruta el apoyo de las personas que viven y trabajan en Argelia (y los que lo hacen desde fuera de sus fronteras representando, de varias maneras, a su país) es fundamental, ya que cuando se trabaja en equipo, se llega más lejos y se alcanzan los mayores objetivos. Y estos objetivos no son otros que el desarrollo y el bienestar de la población argelina.

Argelia es un tesoro. Y este tesoro no sólo consiste en su posición geográfica privilegiada o en sus grandes y variados recursos naturales, sino también en su gente. Argelia (y lo digo por experiencia) tiene grandes profesionales que trabajan actualmente por mejorar la sociedad y el país y tiene otros que son grandes profesionales en potencia y que con la formación y los conocimientos prácticos adecuados y el apoyo y guía correctos darán lo mejor de sí mismos colaborando al desarrollo sostenible del país.

Y ese es un tesoro que tiene un valor incalculable porque la gente, el pueblo argelino, es el corazón y el alma de una gran nación y porque, como queda reflejado en el himno nacional: ”Hemos decidido que Argelia vivirá”. Así será para siempre, con el apoyo y colaboración de todo el pueblo.

Fernando Novo Lens, Presidente de la Asociación Cultural Hispano-Argelina "Miguel de Cervantes".
Novo Lens, Fernando
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