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Regresó el Petulante Periquito

jueves, 10 de noviembre de 2022
El gran Mariano José Larra dedicaba sus aceradas críticas a la clase política en aquella publicación: La Revista Española que salía martes y viernes, dónde afirmaba sin sordinas el daño que hacían cierta clase política de "enterados badulaques del medio saber". Y es que le preocupaba y así denunciaba el daño que ciertas palabras operaban como palanca para levantar a la muchedumbre. Su célebre artículo "En este país" podría estar o reaparecer en la prensa ya sea papel o virtual, porque hoy más que ayer sigue vigente. Fígaro era un gran español aquel 30 de abril de 1883, que llamaba a una revolución para el pensamiento y la conducta: "cumpla cada español con sus deberes en vez de alimentar nuestra inacción con la expresión de desaliento".

Pues bien, lo que antecede viene a cuento de esa reaparición con fines para el rearme ideológico para PODEMOS. El Sultán de Galapagar tras ganar dineros en la Cataluña de Jaume Roures fundador de Mediapro, impulsor para el nacionalismo capitalista en una Barcelona insegura en la que los políticos son una casta miserable a la que dedicó aquella gran conferencia Don Manuel Azaña en la Sociedad Bilbaína "El Sitio" por 1934 bajo el título Grandezas y Miserias de la política, señalando que la República no curaba los males de España, sólo podían hacerlo los ciudadanos eligiendo a los mejores, no a los parlanchines que vendían chatarra para ilusos, mientras el ilustre intelectual -Alcalá de Henares- buscaba gentes capaces de emocionar con sus discursos y sus conductas.

Lamentablemente, volvemos a la encrucijada. La política practica el cainismo contra los románticos/as que siguen empeñados/as en cambiar el mundo pero desde el conocimiento alejado del rancio displicente insulto al contrincante o la zancadilla al disidente con sobrados conocimientos más allá de ser seguidor de Robespierre. En este caso las desertoras del leguaje "jolines" que sólo sabemos hacen feminismo propio para patio con vecinas mandadas por las inefables Ministras de no sabemos qué o para qué si no fuera por la nómina del gasto público con intervenciones de palabra, obra y omisión que ponen colorada a la clase intelectual española que unas veces ríe y otras llora pues la ignorancia mezclada con el odio ya sabemos a dónde conduce precisamente por esa memoria histórica que se mueve entre cunetas.

Primero castigaron por envidia feminoide a la profesora Carolina Bescansa. La mandaron al poleiro del olvido, no podían consentir que la experta en sociología les advirtiera que habían confundido sus pensamiento con las demandas sociales e incluso que cargadas de soberbia nacida entre las cajas del supermercado señalaran a la Compostelana como pájaro de mal agüero. Después se abalanzaron sobre Íñigo Errejón, que tuvo la grandeza de enfrentarse a la cúpula en un congreso a la Búlgara, pero su conducta fue intachable en las ideas y en la coherencia del comportamiento. Ahí está el profesor subiendo los escaños de la izquierda.

Pero las Belarra, Vestrynge, Jolines Montero y Echenique, no pueden soportar el conocimiento, capacidad, experiencia y avances sociales con el respeto de todos, que proyecta Yolanda Diez. Les estaba creando un problema. Casi siempre es lo mismo. Los miserables se revuelven contra la verdad fruto del saber. Pero necesitaban recuperar al macho alfa. Ahora encorajinado por sus fracasos universitarios dónde no ha logrado plaza de profesor agregado en la Complutense, la última vez en la Facultad de Políticas. ¡Manda truco!. Seguro que justificará el dictamen aludiendo a la conspiración judío-masónica al más puro estilo "memoria democrática".

Lo que me resulta inaceptable son los insultos madrileñitos hacia los gallegos. Me recuerda la actitud chulapa retrechera del castizo barrio de Vallecas, cuando en el franquismo los gallegos hicieron las maletas para ser charnegos en Cataluña, maketos en Euskadi y coreanos en otros emplazamientos de la industria a la que el régimen del General y sus tecnócratas del Opus inflaron con el ahorro de la España campesina.
PODEMOS a las puertas de las elecciones 2023 exige a Yolanda Diez que se ponga a las órdenes del partido, y que explique su proyecto político-social. El problema ya se dio en aquella Salamanca del siglo XIII. "Si natura no da, Salamanca non presta". Por eso el Sultán entre sus favoritas no ha dudado en llamar estúpido a Yolanda, con cierto atisbo de acto fallido, pues lo que quiso decir a todas luces es que quien se desvía del "movimiento" es un estúpido y no sale en la foto.

Mal tipo este Pablo de Galapagar dónde tuvo su castillo protegido por cuerpos y fuerzas de seguridad. Algunos ilusos creyeron que en un arranque de honestidad había abandonado la primera línea de los aguerridos tercios radicales. Casi nos habíamos olvidado de su coleta. De su teatral puesta en escena con voz calculadamente suave. De sus intervenciones en el púlpito de un feminismo machista. Paladín en la izquierda bolivariana. Amigo y socio del nacionalismo vasco radical que en nuestra memoria histórica democrática emprendió una "carlistada" plagada de muertos a los que ETA y sus ideólogos achacaban ser enemigos de la construcción nacional del Estado Vasco.

Los que somos demócratas y hemos luchado por la libertad en la Euskadi miserable del plomo y las bombas, ni olvidamos ni perdonamos, y en nombre de las víctimas por el terrorismo condenamos a quienes se han hecho comprensivos con la lucha armada, probablemente por antecedentes familiares y nostalgia de no haber nacido vasco en vez de madrileño. Pero lo que subyace es ese rencor infinito que hace regresar a las trincheras o a las brigadas del amanecer que costaron tres años de guerra incivil.
Mis deseos siguen siendo inequívocamente democráticos. espero que el viejo y sabio pueblo español sepa hacer uso del voto para expulsar de una vez por todas a truhanes y malandrines, aprendices estalinistas, tiranos en nombre de su concepto de libertad que les hace ser colaboradores de esa pobre Venezuela controlada por el chavismo y amiga de las repúblicas bananeras que tanta sangre derramaron.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


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