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Carta a mis lectores

jueves, 13 de octubre de 2022
Bienqueridos lectores:
Con frecuencia, en mis viajes a Viveiro, me decís que echáis de menos mis artículos y os contesto que sigo escribiendo, quizás de más para el caso que me hacen. De todos modos, recibid mi gratitud y sabed que podéis encontrar mis artículos en GALICIA DIGITAL, EL HERALDO DE VIVERO y LA COMARCA DEL EO. También esporádicamente en EL PROGRESO DE LUGO Y LA VOZ DE GALICIA, en sus secciones DA MARIÑA.

Les cuento: Cuando empecé a escribir, por invitación de D. Luis Neira, años sesenta, mi intención era defender a Viveiro de todos los buitres que lo acechan y abusan de Él cometiendo todo tipo de abusos, desde destrozar la playa de mi niñez a construir verdaderos mamotretos que han destrozado el Casco, Cantarrana, Covas... y si sigo no acabo el artículo. Son tan ingeniosos y pícaros los depredadores que hasta gozan de Paraíso. Se cometieron miles de aberraciones, a las que no son ajenos ni los alcaldes, ni Costas, ni constructores, que se hicieron ricos con la anuencia de los responsables.

Denuncié muchas cosas y sufrí represalias anónimas, pero jamás las presenté en la comisaría porque vi su inutilidad aprendiendo de mis colegas la indefensión recibida. El mundo funciona así de mal.

Como era peligroso firmar, utilicé múltiples seudónimos, que a pesar de ello me delataban, ya por el estilo directo, ya por la osadía. Creo que artículos, como PUNTILLAZOS u otros muchos, son la salsa de la que viven los periódicos de pueblo.

Hubo quien trató de amedrantarme, pero también recibí el apoyo anónimo de personas con capacidad para mantenerme fiel a mis ideas. Sabido es que no todos, por suerte, pensamos igual y a mi siempre me pareció fundamental para la supervivencia de un periódico de aquellas características esa salsa que son los dimes y diretes, pero doctores tiene la iglesia y dueños el periódico. Hay quien rehuye la confrontación y piensa que así sirve mejor. De todos modos envié muchísmos articulos en estos casi sesenta años, pero también tuve algún desencuentro. Se perdieron algunos artículos, entre ellos el que más me dolió y que no fue otro que el del Prestige. Quizás porque muchas veces se prefieren "grandes firmas". Los que estamos siempre al pie del cañón somos útiles para cargar con lo que haga falta. Es lo que tiene la admiración por los genios. Algunos comportamientos me enseñaron que los dioses son fruto del servilismo humano y que yo no estoy hecho para esos menesteres. Tuve dos tentaciones de dejarlo y de hecho paré algún tiempo. Desprecios recibí los míos, pero por encima de las desconsideraciones recibidas -decimos en Viveiro que nos han cambiado el folio- está mi afán de luchar por las cosas que quiero y arrieros somos. Así que disculpémonos. No, no requerimos nunca aplausos, porque sabemos la leche que dan, pero tampoco somos tan tontos como para no sentirnos heridos con algunas afrentas. Esas miserias sólo son el espejo de quien las practica.

Todo evoluciona desde las personas hasta los periódicos. Y así hoy vemos que las subvenciones hacen sus estragos en la política informativa y lo que antaño sufría los rigores del Régimen, ahora sabe de que mano come. También pasa con las personas que saben en que empresa trabajan y cual es su línea. Los que nunca hemos cobrado nada -sólo me regalan la Comarca del Eo- podemos mantener nuestro camino. Yo también he evolucionado y sigo escribiendo. Y cierto es que mis artículos son distintos, bastante distintos. No escribo ahora sobre temas locales, porque mi experiencia es tristemente muy negativa. Siempre compra más voluntades el dinero que la verdad y leí en el Gatopardo aquella triste conclusión: "Hay que cambiar las cosas para que todo siga igual". ¡Cuántos sueños tirados al vacío!. Lo escribí muchas veces que regaba el desierto con mis lágrimas y reconozco con realismo que no creció nada. Quizás los sueños de las personas. Soñar y besar todavía es gratis. Y lo mio siempre son sueños y besos para los demás.

Nunca fui amigo de alcaldes, aún más, siempre los rehuí porque no quise dejarme influir por simpatías personales. Algunos han sido víctimas de mis desprecios, incluso mi ira, y aún lo son, porque quien nace golfo, tiene mal reciclaje. Evidentemente, tengo mi ideología, que expuse y sigo exponiendo en mis artículos, pero siempre he tratado de valorar lo positivo de unos y otros. La escoria, demasiado abundante, trato de evitarla. Ahí vive el ejército de mis enemigos.

Escribir en un periódico de pueblo es tremendamente duro y lo único que se cobra son malos gestos, antipatías, descalificaciones, cuando no amenazas, e incluso la prueba es la cantidad de lo que comentaba más arriba. Ahora mi bienquerido Michelena- recuerdo con gratitud a César, "el Bueno", su padre, y el soneto quien me dedicó en su época- recogió el relevo y se lo agradezco. ¡Ya era hora!. Allá van todos mis sueños para Viveiro y no recogí otra cosecha que vuestra gratitud, mucha, inmensa... pero quizá nula en cuanto a evitar abusos. Y no quisiera olvidar aquel mi gran sueño: LA GRAN AVENIDA. Jardines y aparcamientos desde Xunqueira hasta Celeiro en la orilla del Landro.

Les decía, queridos lectores, que sigo escribiendo y enviando mis artículos a mis contactos y amigos en la prensa, pero mis artículos son libres de todo tipo de ataduras desde las ideológicas hasta las de espacio y, claro está también, ser un pájaro libre no siempre es del agrado de todo el mundo. Así que sólo en GALICIA DIGITAL (en internet) es la palestra en la que me explayo a mis anchas. Comparto por wasap y correo electrónico y autorizo a mis contactos a compartir cuando me lo solicitan. Sólo prohibo la manipulación del artículo y la utilización desde cualquier sigla. Después, el resto de periódicos en papel están condicionados por espacio u otras razones que no controlo. No me importa. Además encuentro hasta lógico que no sean las plataformas idóneas para temas más generalistas como los que escribo ahora, por ejemplo, LOS IMPUESTOS A LOS RICOS, que es el último que he escrito. A quien se lo mando sabe perfectamente que puede publicarlo si lo considera oportuno.

Así que, queridos lectores, muchas gracias por echarme de menos y sabed que cuanto escribo está preñado de los sueños de muchos de vosotros, que lleváis toda la vida a mi lado luchando por una sociedad más justa y solidaria. Pienso mucho en amigos y conocidos que están lejos y a los que añoro siempre. Me alegra encontrarnos y, aunque unos y otros hayamos cogido caminos distintos, es lo que tiene la emigración, sabed que el espíritu que nos une es ser hijos de un pueblo desgraciado- ya lo decía la canción- en manos de unos cuantos golfos ante la apatía o desidia de muchos zombis que lo siguen permitiendo. Añoro vuestra solidaridad desde la humildad y la valentía, pero vivimos tiempos de pobreza de animo, miseria moral y sosiego atroz y así nos va. Confío en que personalmente os vaya mejor. Ese es mi ferviente deseo.

¡Ah! Y si queréis leer mis escritos, ya sabéis donde encontrarme o, en su defecto, poneros en contacto personal, no hay problema alguno.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


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