Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

La calle de Montevideo

lunes, 03 de octubre de 2022
Es una calle joven, aunque asentada en nuestro devenir ciudadano. Una calle de principios del siglo XX, nacida con una finalidad concreta: dar acceso al nuevo hospital de Santa María. Hoy es paso de los habitantes de una importante parte ciudadana cuando tratan de entrar o salir del recinto amurallado.

Hubo en ella solares que se fueron utilizando para fines diversos. Tengo recuerdos La calle de Montevideoinfantiles de un horno en que se cocía pan y se horneaban preparados caseros para hacer empanadas o tartas. Recuerdos de infancia mezclando realidades y fantasías infantiles. También creo evocar, ya con más edad, un garaje al aire libre, cuadrado con suelo empedrado y rodeado por cubículos capaces de albergar un solo coche cada uno. Se llamaban jaulas.

Hoy ni siquiera soy capaz de ubicar los solares que ocupaban el horno o el aparcamiento. Ahora, cuando vuelvo a pasar por esta calle, no puedo olvidar aquella época de casas bonitas o solares, que fueron desapareciendo para originar lo que vemos en la actualidad.

También evoco una casa de militares, donde recibí mis primeras clases de inglés. Más tarde, con el pasar de los años, y lejos de Lugo, conocería a dos personas que, hijos de militares, habían nacido en esas casas. Veo también un edifico de apariencia noble, de granito y solemne, que, genéricamente, se decía que era "de sanidad".

Muy cerca de la muralla, que tenía una puerta de la que se narraban leyendas acerca de su origen, estaban el sanatorio privado, por el que más o menos todos hemos pasado por alguna circunstancia, y la entonces llamada Escuela de Trabajo.

Tantos solares, tantas casas, tantos sueños nacidos allí, han terminado en unas casas similares entre ellas, parecidas a las de otras calles iguales a las que hay en otras ciudades. Sólo queda un edificio correspondiente a aquella época anterior. Con galería extraña, parece inacabado.

Hoy, ¿Qué encontramos como fundamento de tanto cambio que hubo en esta calle? Se mantiene lo mejor, encerrado en esos dos edificios que representan pilares importantes en nuestra vida actual. Los relativos a la sanidad y a la educación. Bases inamovibles de nuestro sistema, que siempre pide mayores subvenciones, porque cada vez son más ambiciosas sus perspectivas.

Voy a entretenerme con el edifico que alberga el IES Xoan Montes, antigua Escuela de Trabajo. Es obra de Eloy Maquieira, a quien Lugo tanto debe. Constituye un bonito ejemplo de su estilo constructivo y, puesto que está aislado y junto a la muralla, nos es posible contemplarlo desde muy diversos ángulos. Vista desde el adarve, su apariencia frágil, sin aristas duras y sus amplios ventanales, nos hacen el efecto de un edifico pensado para ser acogedor. Hay allí escaleras de acceso e interiores, perfiles, esquinas redondeadas y chorros de luz, simulando un juego perpetuo con el espectador cómplice, que siempre encontrará nuevas perspectivas para disfrutar de su aparente fragilidad.

Si queremos contemplar la fachada, nos encontraremos con que los árboles que la adornan impiden su visión. Son ejemplares de Ligustrum, un árbol barato (se reproduce por esqueje), de hoja perenne y que a finales de agosto florece con racimos de flores blancas muy olorosas. Como son muy dóciles a la poda, también se utilizan como setos. En el caso de los de esta calle, se dejaron crecer dándoles forma de candelabro de varios brazos desnudos, al final de los cuales se mantuvo un penacho de hojas. El conjunto resulta muy airoso y no entorpece la visión de los elementos que guarnece. Pero este aspecto requiere un mantenimiento esmerado y constante.

Encontramos Ligustrum con aspecto de candelabro en el jardín de San Roque, en la Ronda de la República Argentina y aquí. En estos tres lugares, su aspecto es desastroso, pues hace años que se abandonó su adecuado mantenimiento. Desconozco quién sea responsable de este desaguisado, pero la desidia, el desinterés y la ignorancia andan por medio impidiendo, en este caso, el disfrute de la fachada de un edificio del que, además, deberíamos sentirnos orgullosos.

Temo que un modo de arreglar este descalabro sea una tala inmisericorde ahora, cuando esta calle se encuentra bajo la promesa de peatonalización. Promesa que bien puede ser una amenaza.
Valadé del Río, Emilio
Valadé del Río, Emilio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES