Galicia es una región con muchos atractivos turísticos. La combinación de mar e interior se completa con uno de sus puntos fuertes: la comida. El turismo gastronómico está creciendo en la comunidad gallega,
especialmente en los últimos años, cuando la tradición de
la gastronomía con la tecnología moderna ha dado pie a una escenario ideal que atrae público tanto nacional, procedente de todos los rincones de España, como internacional.
El producto clave que explica esta tendencia es el marisco. Un pescado fresco, de proximidad y mucha calidad que llama la atención de un número creciente de visitantes. En un contexto global en el que la información llega a todos los rincones del mundo, cada vez son más quienes viajan hasta la zona más occidental de la Península Ibérica con el propósito principal de disfrutar de la cocina. Qué el gallego sea el pueblo de España que más pescado consume no es casualidad. Consumen más de 28 kilos al año por persona, lo que significa seis más que la media nacional.
La
aportación de la cocina al turismo sube, ya sea en la media nacional como en la región de Galicia. Esta actividad significa más del 15 por ciento del gasto de los turistas en España, lo que en términos económicos se traduce en torno a 13.000 millones de euros anuales. Los visitantes no solo quieren disfrutar de la amplia oferta turística de nuestro país, sol, playa, montaña y cultura. También buscan degustar la popular cocina mediterránea, una de las más reconocidas a nivel mundial. En este escenario, la propuesta gallega aporta un alto valor, por su calidad y variedad, y es degustada cada año por unos 5 millones de visitantes que pernoctan en esta región.
Variedad gastronómica
La gran ventaja de la propuesta gastronómica gallega es que no se limita únicamente al producto del mar. Su interior es muy rico en cuanto a la producción de carnes y el cultivo de determinados vegetales que aportan un gran valor a los platos y completan la nutrida oferta de marisco. La idea de hacer un turismo gastronómico a lo largo de Galicia está presente en cualquier rincón y adquiere mucho protagonismo, ya sea en una ruta de
tapas por Lugo o a la hora de disfrutar de una buena carne en un tradicional furancho. Entre los platos más característicos y que no se olvidan en la comanda de un turista están el pulpo a la gallega, la empanada, el churrasco con pimientos del padrón, el lacón con grelos o la tarta de Santiago. Es una cocina tradicional que mantiene su esencia desde hace siglos y que no pasa desapercibida.
Un turismo complete
La media de las visitas de turistas a Galicia en cuanto a pernoctaciones es de dos noches y el objetivo del Gobierno regional es ampliar esta cifra porque
el potencial turístico de la comunidad invita a pasar más días. A los 1.500 kilómetros de costa, en los que se encuentra el Parque Nacional de las Islas Cíes, se suma una nutrida oferta interior, donde pueblos llenos de encanto, riachuelos o puentes de origen romano abren paso a los numerosos Caminos que llegan a Santiago en la peregrinación más conocida del mundo.
