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De los placeres inconfesables

miércoles, 29 de octubre de 2008
“La poesía les produce un extraño respeto, traducido en el silencio más hondo de la sesión; la sienten en totalidad, sin análisis, y la aplauden con calor, raramente la comentan”

Patronato de Misones Pedagógicas
Misión a Valdepeñas de la Sierra (Guadalajara), 1952
Catálogo Exposición Las Misiones Pedagógicas 19361-1936


En los días que mis derroteros estudiantiles me han acercado una vez más -siempre es una delicia, lo reconozco- a la poesía de fines del XIX y principios del XX, he podido releer de nuevo las teorías pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza sobre el placer por aprender y sobre todo por aprehender lo enseñado. Al hilo de todo ello, el pasado año tuve también el placer, no saben cuánto, de visitar en el kiosko Alfonso de Coruña la exposición “Las Misiones Pedagógicas 1931-1936”. Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío tras pasar meses en Galicia, durante los veranos de ambos en Vixoi (Bergondo), pudieron conocer de cerca las inquietudes de much@s galleg@s que vivían en lo rural y también de maestr@s jóvenes que ejercían como tal y que se topaban con enormes dificultades a la hora de enseñar en lugares tan alejados de las urbes. De los Ríos y Cossío comenzaron a dar vueltas a la manera en que la cultura había de llegar a todos los rincones de España, desde ese momento la semilla de las “Misiones Pedagógicas” empezó a germinar. Las Misiones, truncadas más tarde tristemente por la guerra civil, se encargaron de lanzar a cientos de cuadrillas de maestr@s por los pueblos españoles, su principal objetivo: “llevar a las gentes, con preferencia a las que habitan en localidades rurales, el aliento del progreso y los medios de participar en él, en sus estímulos morales y en los ejemplos del avance universal, de modo que los pueblos todos de España, aun los apartados”, participasen en las “ventajas y goces nobles reservados…a los centros urbanos” en lo que a cultura y educación se refería.

Este engranaje perfecto y solidario para el acceso a la cultura es algo que hoy nos parece lejano, propio de un Bienvenido Mr. Marshall. Y es que hoy, imbuidos como estamos en un mundo, como diría Sartori, gobernado por el homo videns, un hombre que se ve dominado por la imagen, por una imagen que mantiene arrinconada a “la palabra”, el hecho de que los pueblos necesitaran en algún momento histórico de la palabra para seguir adelante, nos parece algo inaudito. Segur@s de nuestra hegemonía de sociedad superior, culturizada y con fácil acceso a “todo” no nos damos cuenta de que cada vez más, los libros, las letras, las lecturas, el saber, en definitiva, la PALABRA se aleja de nuestras vidas.

Al igual que Cossío recordaba como sus “Misiones Pedagógicas” llevaron desde el primer momento a los pueblos los libros para continuar aprendiendo y leyendo poesía, cuando empiezo un poema me siento feliz y orgullosa, seguro que como él, no solo por la labor literaria que ello supone, sino porque no debemos nunca dejar de transmitir y llevar a aquellos lugares recónditos del alma los placeres más inconfesables que supone la lectura de cualquier pequeño poema… poesía… ¡siempre!

Poesía Siempre
Corral Soilán, Cristina
Corral Soilán, Cristina


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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