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Desmadre pandémico

miércoles, 27 de julio de 2022
Seguimos con la pandemia. La morbilidad y mortalidad por el COVID es una realidad que la España oficial quiere disimular. Hemos pasado de aquellas comparecencias uniformadas a cifras manipuladas. Mientras el sistema de asistencia sanitaria por diversas circunstancias se siente incapaz para atender el derecho a la salud de la población.

Tratan de tamizar una segunda infección. El regreso de la Viruela. Aquella enfermedad cuya vacuna fue descubierta por casualidad a finales del siglo XVIII. Y que estuvo en el calendario vacunal hasta que la OMS declaró erradicada la enfermedad.

Pero además del grito libertario pos confinamiento en nombre de la economía basada en la movilidad, ocio y aglomeraciones festivas, noto que se ha instalado en nuestro entorno aquello que en el diccionario de la Real Academia de la Lengua se conoce como DESMADRE.

Desmadre en la ocupación de cualquier espacio por auto caravanas. Da igual que los Concellos de acuerdo con Costas hayan establecido unos aparcamientos señalados y con un número determinado de usuarios. Llegan y al ver que no hay espacio aparcan dónde les da la gana. Llamas a la Guardia Civil y se abstienen. Incluso cuando uno de los "valientes conductores" saca un palo o una barra contundente para amenazar e insultar a quien les dice que los aparcamientos para vehículos normales no son para auto caravanas. Eso sí. Llegará el invierno y una vez más si se me ocurre aparcar en un camino próximo a una playa me denunciarán por ocupación de los dominios de Costas con multa y expediente de cuatro folios para justificar una falta grave.

Desmadre en fiestas tipo Maruxaina en las que volveremos a sufrir los excrementos en portales y calles de nuestro pueblo, después de dos años sin el botellón y con una curiosa denuncia en la que damas dueñas de sus actos en vía pública han denunciado en sede judicial que las grabaran, y llegaron a manifestarse con frases tan elocuentes como "eu ensino a miña cona a quen queira". ¡Viva la zafiedad!. En el colmo de la ignorante desfachatez, una de las lideresas del problema, llevó a un equipo de TVE hasta el lugar dónde ella exoneró y al parecer fue grabada. Era delante de un Hospital de Peregrinos con Capilla del siglo XVII. ¡Viva la libertad de ser indigente cultural además de pelín cerda!.

Desmadre de ocupación en la vía pública con terrazas que se pusieron a paliar los efectos y necesidades de aire libre para la hostelería en plena pandemia y como todo lo que es provisional en este país se queda como definitivo impactando en los derechos de los vehículos, peatones y silencios nocturnos de los habitantes que trabajan previo descanso con silencio sin voceríos y otros preludios propios del ocio veraniego.

Desmadre por el estado en que se encuentra la carretera costera entre Burela y San Ciprián, aguantando cada vez más tráfico, responsabilidad de la Diputación Provincial de Lugo, dónde buenos sueldos y numerosos asesores, son incapaces de preocuparse de los agujeros en dicho vial o de la señalización horizontal y vertical que propicia multas-trampa ya que el conductor adelanta sin ver señales y ahí está la patrulla a la espera del pisotón en la teórica línea continua borrada y sin advertencia lateral; y da lo mismo que protestemos o que haya habido accidente con muerte, hasta las Instituciones del Defensor del Pueblo, en gallego y español, se inhiben.

Desmadre de promesas que han comenzado como aguas para el próximo mayo electoral. Derribo de edificios indeseables que lucen a modo de ruinas. Horario de los trenes de cercanías -antiguo FEVE- que una mano negra lleva años tratando de justificar por su insolvencia que se cierre y las gentes vuelvan a los coches de líneas. Falta de médicos en atención primaria que no sólo elevan las esperas o "justifican" las consultas mágicas por teléfono, es que desesperan a los usuarios que terminan por acudir a la medicina privada.

Antes las vacaciones eran descanso, paz, silencios reparadores, encuentros con la naturaleza marina y entre valles. Ahora son la válvula de escape para el bárbaro que va con nosotros mismos y quiere hacer en los pueblos lo que no le permiten hacer en sus ciudadades dónde laboran y residen.

¡Todo perdido, menos los sueldos de la casta política!.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


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