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Unas extrañas vacaciones escolares

jueves, 21 de julio de 2022
Las vacaciones escolares suponen un ciclo vital bastante extraño para todas las personas que se ven involucradas en él. Esto se debe a que, con la incorporación de la escolarización de los niños en el siglo XIX, se produjeron algunos cambios importantes en el modo en que las familias distribuían su tiempo. Hasta aquellos momentos, estas se encontraban inmersas en un modelo de producción agrícola que les ocupaba casi todo el día. Pero cuando tenían que hacer frente a la recolección de sus cosechas, sus trabajos se multiplicaban de tal forma que necesitaban recurrir a toda la mano de obra disponible en la casa, lo que incluía a niños de casi cualquier edad. Así que, durante los meses de verano y parte de los del otoño, los más pequeños se transformaban en valiosos trabajadores para muchas actividades esenciales.

En los primeros momentos de la escolarización, la situación no cambió demasiado, ya que para los padres esta era la única forma que conocían para poder garantizar que la familia lograse conseguir el objetivo de mantener su autosubsistencia. Una situación que a los niños les acarreaba el grave inconveniente de tener que abandonar la escuela, y por tanto su educación, entre los meses de mayo y septiembre, principalmente. Las cosas cambiaron cuando las autoridades empezaron a establecer normas sancionadoras para aquellos padres que no enviaban sus hijos a la escuela. Estas y no otras fueron las razones que acabarán haciendo que las actividades escolares se detegan durante el verano.

Pero a pesar de que esta tradición se sigue manteniendo hoy en día, y que todavía nos resulta algo paradójico que el curso escolar se encuentre siempre a caballo de dos años, en la actualidad, el significado de las vacaciones escolares es muy diferente, ya que normalmente las equiparamos con el tiempo de descanso que se le da a cualquier trabajador tras haber realizado su periodo laboral. No obstante, a este primer paralelismo se le pueden añadir otras muchas similitudes entre ambos colectivos, como, por ejemplo, que tanto unos, los trabajadores, como otros, los alumnos, han acabo marcando su preferencia por la estación estival como la mejor para solazarse. Pero aquí también encontramos una diferencia sustancial entre ellos hay una diferencia sustancial, y que no es otra que mientras para unos sus vacaciones abarcan un periodo de alrededor de un mes, para los otros, esta se alarga durante toda la estación, siendo casi tan prolongadas como cuando tenían que cooperar en las tareas agrícolas de sus familias. Esta disparidad en sus tiempos de descanso ha provocado que durante las últimas décadas las vacaciones escolares se hayan transformado también en un tiempo dedicado a nuevos aprendizajes, y, de este modo, los niños pueden estar entretenidos, a la vez que sus padres tienen cubiertas sus necesidades de protección y supervisión, como ocurre con los campamentos.

A todas estas extrañas circunstancias vacacionales, este año se les ha unido alguna más, puesto que muchos padres no podrán ir a trabajar porque han perdido o paralizado sus trabajos, y muchos jóvenes tampoco podrán ir a los campamentos ya que sus plazas estarán muy restringidas a causa del covid-19. Esto supondrá que todos, hijos y padres, tengan que reinventar sus vacaciones con nuevas fórmulas que, sin comprometer su parte lúdica, les hagan disfrutar de su mutua compañía.
Suárez Sandomingo, José Manuel
Suárez Sandomingo, José Manuel


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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