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Miserables recuerdos: julio 1997

lunes, 11 de julio de 2022
Hace 25 años yo era secretario general de Unidad Alavesa. Partido político: Reformista, Progresista y Foralista con representación en el Parlamento Vasco -cinco- y en el Parlamento Foral de Álava -11- así como numerosos alcaldes y concejales. Formé parte durante diez largos años del Pacto para la Pacificación y Normalización de Euskadi -Mesa de Ajuria Enea- y me tocó vivir con toda la intensidad el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco.

Sábado 12 de julio en 1997. Sabemos del secuestro por ETA en Ermua. Acudimos a la cabecera de la manifestación más numerosa que recorrerá la Gran Vía de Bilbao hasta las escaleras del Ayuntamiento. Allí la madre de Miguel Ángel en gallego -eran de Ourense como mi padre- me dice que ante tal movimiento social ETA no se atreverá a Miserables recuerdos: julio 1997matar a su hijo. Yo no me atrevo a contestar con lo que estoy pensando. Sabíamos que aquello era la respuesta encorajinada de la cúpula etarra a la liberación de Ortega Lara -habían intervenido numerosos negociadores: Iglesia, Irlandeses, Manuel Pimentel, expertos en secuestros en latino América, arrepentidos del MLNV, etc, sin ningún éxito ya que el precio era liberar presos. Asumimos el final que le aguardaba al muchacho. Lo que nunca pudimos imaginar es que fuera la gota para colmar el vaso de la indignación popular frente a la violencia. Los dirigentes políticos fuimos convocados y "empujados" por la sociedad vasca militante creciente en organizaciones pacifistas -¡Basta ya!.

Aquel día Arzalluz estaba descompuesto. Era culto, experto y analista acertado. No contaba con el movimiento social contra el terror y sus raíces. ETA había dejado de ser útil para la Construcción Nacional. Sabía que el PNV ya nunca más volvería a tener la manija del conflicto. Mientras "Kantauri" y Amboto daban la orden de asesinar al concejal, y así el 13 de julio "Txapote" le descarga dos tiros en la cabeza.

Una vez que aparece el cuerpo de Miguel Ángel Blanco sucede: Toda España y muy en especial Euskadi se echa a las calles entre dolor e indignación. Hay intentos de asaltar las sedes de HB en respuesta popular por los hechos de Ermua. El funeral en Ermua, presidido por el Príncipe de España se convierte en el comienzo de un movimiento contra el MLNV que representa el denominado "Espíritu de Ermua" y un Foro con el mismo nombre que nace en el Hotel Ercilla, al que dibuja logotipo Ibarrola y al que me honro en pertenecer.

Lamentablemente aquel verano de 1997 no marcó la desaparición de ETA, siguieron amenazando y atentando, pero las gentes anónimas de tanto pasar miedo lo superaron con una indignación que ocupó todos los espacios.

Tengo mis propias experiencias. No sólo las veces que ETA intentó asesinarme. Me refugiaba en mi piso de seguridad en San Ciprián. Determinados vecinos quisieron hacer que lo abandonara ya que se sentían incomodados tanto por las medidas de seguridad con las que vivía -escoltas personales y vanguardia con investigación de la Guardia Civil- y su preocupación por algún atentado en mi pueblo que les afectara como "daño colateral". Pasados los años, y no hace tanto, alguien llegó a increparme diciendo algo así como "qué pena que ETA no siga y vuelva sobre tu persona".

Por cosas como las que anteceden S.M. El Rey Felipe VI me otorgó con fecha 31 de octubre del 2018 la Insignia de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo, que firma también el Ministro Fernando Grande Marlasca.

Han pasado veinticinco años, pero ni olvido, ni perdono. Conservo memoria y documentación. Espero, deseo y exijo que nunca más se vuelva a semejante paisaje y paisanajes.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


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