Los primeros datos invitan al optimismo, a creer en una recuperación que podría devolver las cifras cosechadas en época prepandémica. La previsión marca que el sector turístico en la Comunidad de Galicia puede alcanzar más del ochenta por ciento
de ocupación durante las vacaciones de verano, siempre y cuando la meteorología no dificulte los planes, según informa Cesáreo Pardal desde la presidencia del
clúster autonómico. Tras dos temporadas de sequía hotelera, este parece ser el año que rompa con la tendencia a la baja.
El desglose de números que plantea Pardal con respecto a los próximos meses no deja lugar a dudas. Para el mes de julio está previsto que la ocupación se sitúe entre el setenta y cinco y el ochenta por ciento, una cifra que sería la antesala del verdadero repunte que se espera en este periodo estival, y es que en el mes de agosto los hoteles podrían vender el ochenta y cinco por ciento de sus habitaciones. Se trata de un dato, este último, que llegaría para superar los números registrados antes de la pandemia. Eso sí, no se trata de algo tan extraordinario si se tiene en cuenta el estudio que el Área de Estudios de Turismo de Galicia ya hacía al comparar los resultados de este mes de abril con los de abril de 2019: se produjo una subida que rozó el cinco por ciento.
El escenario a corto plazo en este primer periodo vacacional sin restricciones apunta a que los visitantes más dados al turismo rural regresarán a las zonas que suelen tener una mayor afluencia. Mientras que en los dos últimos veranos la tónica ha pasado por buscar alojamientos más aislados, ahora las reservas vuelven a centrarse en los hoteles de tres y cuatro estrellas. Así lo considera el Clúster de Turismo, que además entiende que el objetivo de las casas rurales no debe ser otro que el de mantener el turismo que las visitó durante el zarpazo de la emergencia sanitaria y crecer a partir de ahí.
La estrategia para lograr un propósito así está pasando fundamentalmente por ofrecer servicios más personalizados, y es aquí donde entra en juego la importancia del bigdata. Los portales más importantes del sector están anticipándose a los gustos y preferencias de los visitantes gracias al análisis masivo de los datos que los usuarios dejan en las webs turísticas. Se trata de un sistema que cuenta con ciertas garantías de éxito, y es que a día de hoy está muy consolidado en aquellos grandes entornos virtuales que se molestan en conocer a sus clientes para proponerles un servicio mejor, como pueden ser las grandes compañías del comercio electrónico o las plataformas de juegos de azar. De hecho, conocidas plataformas de compra de productos online o algunos de los
mejores casinos online llevan años especializándose en bigdata. Con esta herramienta, la industria del juego está siendo capaz de averiguar qué prefiere su clientela después de que esta navegue por determinados espacios webs. De esta forma, los casinos estudian indicadores como el historial de búsqueda, el tiempo que duran las sesiones o el número de segundos que el puntero del ratón permanece sobre algunas zonas de la pantalla. Esta técnica les permite conocer, entre otras cosas, qué juegos tienen una mayor acogida, qué salas funcionan mejor o qué temáticas de tragamonedas pueden dar buenos resultados.
Por su parte, los responsables de los alojamientos de tipo rural no tienen sin embargo muchas esperanzas en las próximas fechas. Francisco Almuíña, que ocupa la presidencia de la Federación Galega de Turismo Rural (Fegatur), considera que el número de reservas presenta grandes oscilaciones entre las distintas zonas, además de que la playa parece ser el destino predilecto en estos meses de calor. Para Almuíña, el viajero apura hasta el último momento para tomar decisiones, por lo que piensa que todavía es temprano para asegurar que vaya a producirse un éxodo del turismo rural al hotelero. Los factores que pueden determinar un cambio así son fundamentalmente el escenario económico actual, que colabora poco, y las ganas de cambiar de modalidad de alojamiento tras un par de años prácticamente abocados al retiro en plena naturaleza.
Por el momento, parece ser que la visión del futuro más inmediato que manejan entidades como el clúster autonómico y la Unión Hotelera Gallega en torno a la ocupación no termina de ser la misma. El presidente de este último colectivo, Esteban Iglesias, prefiere adoptar un tono más precavido y considera que es muy importante señalar la distancia que hay entre la previsión y la ocupación real. Bajo esta idea, deja claro además que los números podrían llegar efectivamente al ochenta por ciento, pero que por ahora sólo se sobrepasa en cinco puntos la mitad de esa cifra. Las reservas que se caracterizan por hacerse con poca antelación parten sobre todo de aquellos turistas que provienen de las comunidades autónomas limítrofes. Según Iglesias, la alta disponibilidad está provocando que los turistas se permitan trazar planificaciones más improvisadas.
Por otro lado, cabe hacer mención al panorama que previsiblemente dejará en Galicia el turismo procedente de otros países. Si bien es cierto que en líneas generales todo conduce a pensar que el sector moverá buenas cifras de negocio, hay que ser cautelosos con lo que se espera, por ejemplo, del mercado asiático. Desde el Clúster avisan de que el impacto de la pandemia todavía colea en la mentalidad de aquellos viajeros que llegaban de lugares como Japón o Corea, por lo que sus movimientos en este sentido todavía están lejos de ser los que fueron. No obstante, el resto de turistas extranjeros tiene cada vez más una mayor predisposición al viaje, algo que se nota en Galicia con la llegada de europeos y norteamericanos, especialmente gracias a que este año se está disfrutando de la segunda parte del Xacobeo 2021.
