Atención primaria: garante del derecho a la salud

El SERGAS incorporará 1.400 facultativos especialista en atención primaria. ¡Buena noticia para todos!. Creación de empleo estable. Refuerzo de los efectivos sanitarios en los Centros de Salud. Plan de choque en cantidad y dedicación a la atención sanitaria de los gallegos.

Conozco perfectamente el espacio socio sanitario que gira alrededor de los Centros de Salud. Son la primera línea para la atención integrada e integral que garantiza el derecho a la salud- curar y cuidar-.

Pero ahí precisamente radican los problemas. Los Centros de Salud, la asistencia o atención primaria, no están integradas en el sistema que va desde la antigua medicina rural -Asistencia Pública Domiciliaria- pasando por la asistencia hospitalaria general o de alta especialización, y desde luego los servicios sociales que además en Galicia dejaron hace más de dos décadas de estar bajo la tutela del mismo Departamento de la Xunta, cuestión que no sucede ni en Euskadi-Osakidetza, ni en Asturias-Sespa, dónde presté mis servicios como facultativo asistencial y gestor. Es más. Para que el sistema sea integral, es decir completo, debe estar unido, perfectamente coordinado y desde luego contemplar de forma suficiente lo que conocemos como Salud Mental. Algo que en los últimos tiempos y desde múltiples tribunas se descubre como incapaz para prevenir, diagnosticar, tratar y reinsertar a sus pacientes. Casi una isla. Con pacientes crónicos grandes consumidores de fármacos. Con resultados escandalosos como en el caso de los suicidios.

La asistencia primaria debe prestarse mediante la actuación integrada e integral de los equipos de salud multidisciplinares. Que es mucho más que los médicos y enfermeros que trabajan en los Centros de Primaria, casi incomunicados con los servicios hospitalarios, faltos de puesta al día, con enormes cargas burocráticas, y practicando una medicina sintomática y no causal. Además, sobre todo desde la pandemia, con listas de espera que obligan al paciente a ir directamente a las urgencias de los hospitales. Mientras en los hospitales hay dotaciones de servicios generales diagnósticos y unidades de farmacología clínica que vigilan y promueven el uso correcto de la farmacia, en los Centros de Salud, no hay más que revisar las historias clínicas y la receta electrónica, para descubrir una plurifarmacología a veces no sólo ineficiente para la relación coste eficacia, es que resulta incompatible al uso conjunto para determinados principios activos.

Lo dicho no es una crítica para mis compañeros/as de la asistencia primaria: médicos y enfermería. Más bien, una llamada a los gestores para una reforma urgente en cantidad de recursos y en la comunicación entre los diferentes niveles del espacio socio sanitario, dónde resulta casi escandaloso, que persistan las consultas telefónicas, cuando nos enseñaron y enseñamos en la Facultad, que a los pacientes hay que verlos -inspección, palpación, auscultación, pruebas diagnósticas complementarias- Añádase la buena comunicación con la Inspección para las prestaciones de I.T. Y desde luego, como se ha podido comprobar en la pandemia. La vigilancia exhaustiva de los recursos geriátricos y gerontológicos.