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El Ayuntamiento clausura definitivamente la ventana arqueológica de Rúanova

jueves, 10 de marzo de 2022
El Ayuntamiento clausura definitivamente la ventana arqueológica de Rúanova
Observen la "evolución" de la ventana a través de estas 10 imágenes y las dos complementarias que van a continuación:
1. Julio de 2007: La ventana lleva ya tapada con esa plancha varios años tras un ataque vandálico.
2. Abril de 2011: Las reparaciones se anuncian, aunque no se comienzan, sólo se valla la zona.
3. Noviembre de 2012: Año y medio después de vallarse, se comienzan las obras de reparación.
4. Marzo de 2013: La humedad hace nacer verdín, que se ve favorecido por la luz y la ventilación.
5. Julio de 2016: Nuevas obras en la ventana para su limpieza y acondicionamiento.
6. Junio de 2018: En lugar de verdín, tenemos un auténtico jardín subterráneo.
7. Junio de 2018: Nuevas obras de limpieza y reparación.
8. Julio de 2018: La visibilidad de la ventana es nula tras la sustitución del cristal.
9. Septiembre de 2020: Nuevos actos vandálicos rompen el cristal que una vez más es sustituido.
10.- Junio de 2021: Vuelve el verdín a brotar en la ventana arqueológica.
Fuente: fotos propias (no se extrañen, paso por ahí a diario)

El Ayuntamiento clausura definitivamente la ventana arqueológica de Rúanova
Marzo de 2022: La ventana se clausura definitivamente. Fuente: Fotos propias

En el año 2.000 el Ayuntamiento tuvo la idea de poner una ventana arqueológica en la Rúanova. Se gastaron dinero público en la genialidad y a los pocos meses tuvieron que empezar con las reparaciones porque unos desgraciados tuvieron la peregrina ocurrencia de tirar una piedra desde la Muralla y rompieron el cristal, cosa que obviamente es culpa de los vándalos y no de la administración.

Viendo las cifras de gasto (recordemos que hablamos de hace 22 años) no parece gran cosa. 5.000 euros fue el coste de la instalación inicial, y 2.181 el del cristal (ya podía ser un buen cristal).

Los vándalos repitieron su discutible hazaña al poco tiempo y para evitar la repetición se colocó una plancha de metal que estuvo ahí años y más años, para después gastarse otros 7.527,80 euros en volver a repararla (observen que aquí costó más la reparación que la suma de su construcción y primer arreglo) y le añadieron… un ventilador.

El cristal elegido se empañaba y la ventilación y la luz artificial impulsaron el crecimiento de un jardín subterráneo así que metieron otros 2.900 euros en acondicionar la ventana, acción que se redujo a la limpieza de los hierbajos que, como era obvio, al poco tiempo volvieron a crecer.

La lista de gastos ni es exhaustiva ni completa, ya que no hay ningún tipo de registro por localización que nos diga cuánto de nuestro dinero se ha metido en una cuestión cuyo mantenimiento no se explica más que por la más profunda cabezonería.

No recuerdo haber visto más que en contadas ocasiones esa ventana limpia y con los restos arqueológicos visibles, y hay que decir que los escasos turistas que personalmente vi que se fijaron en ella le hicieron poco caso principalmente porque no deja de ser una piedra (con una inscripción interesante, pero una piedra) que está justo junto a la formidable Muralla Romana de Lugo, con lo que es difícil que llame la atención.

El cristal estuvo más tiempo tapado, empañado o roto que en buenas condiciones y 22 años después de su inauguración por fin se dan por vencidos y tapan lo que jamás debió de mantenerse durante tanto tiempo de una forma absurda y con un gasto público inconcebible para el fin perseguido.

En el año 2012 en este modesto blog yo mismo propuse lasolución más obvia: echar tierra al asunto, literalmente. Me hacen caso diez años después… y sólo tras la denuncia de una arqueóloga de que en lugar de favorecer la visibilidad de la inscripción se estaba dañando por los gravísimos errores cometidos en las obras allí realizadas.

La última reparación fue del año 2018, y poco después ya estaba rota otra vez. La culpa en eso no es del Ayuntamiento, obviamente, sino de los imbéciles que ven divertido cargarse el patrimonio de todos a pesar de las cámaras de vigilancia que se instalaron (por cierto, en su día denunciadas por ilegales al no haberse registrado) y que se ve que no fueron muy efectivas.

Se cierra esta ventana y se acaba con una larga agonía de una inscripción que, de nuevo, permanecerá oculta para que en el futuro alguien con sentido común busque un sistema por el que se pueda exponer… o no. Todo dependerá del interés que tenga su visibilidad.
Latorre Real, Luís
Latorre Real, Luís


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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