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De romanos (II)

martes, 01 de marzo de 2022
En un escrito anterior, he hablado de algunos aspectos de la vida cotidiana de los lucenses en el Imperio Romano. También comenté el hecho de que en el Museo del Carmen hay dos máscaras de teatro, en diferente grado de conservación, pero dos. Esto nos permite pensar que en Lugo hubo representaciones teatrales y que los habitantes conocieron los sentimientos representados en ellas. Hoy podemos preguntarnos cómo sentían aquellos romanos, cómo eran las relaciones de amistad y de cariño entre ellos.

Para intentar responderme a esta pregunta voy a nuestro Museo Provincial. En su De romanos (II)claustro hay una amplia representación de monumentos funerarios de aquel tiempo, que recuerdan a personas que vivieron en Lugo o en sus alrededores. Estelas, lápidas, aras a dioses diversos, nos hablan de gente de hace unos dieciocho siglos y que han conseguido ser recordados hasta hoy. Quiero reflexionar sobre el contenido de algunos epitafios, de lo que nos dicen o lo que nos permiten pensar.

Me emociona el ara en memoria de Philtates del siglo III d.C. Me conmueve quiénes erigen este recuerdo: "sus compañeros esclavos" ¿Cómo sería Philtates para desencadenar esta acción en sus compañeros? ¿Cómo serían sus compañeros que no se preocuparon en ocultar su identidad social? Allí está el ara, dedicada a los dioses Manes, los dioses de lo profundo. Seguro que les costó su dinero, pero quisieron dejar constancia de que Philtates no había sido indiferente en sus vidas.

Y también están los recuerdos familiares. Las esposas, los hijos, los desconsolados padres erigen aras en recuerdo a sus hijos. El dolor en esas inscripciones es grande.

Porque ahí quiero llegar, al dolor que transmiten los textos. El desconsuelo ante la pérdida del hijo, del padre, del hermano, del amigo. Y como si el difunto pudiese leer las inscripciones, se le habla a él: "tus padres..." "tus amigos..." "tus hermanos..." La idea de que el muerto no murió y se le dirige el comentario.

Me gusta ver que este espíritu se ha mantenido a los largo de todos estos siglos. También el dolor expresado en algunas lápidas parece un dolor de hoy. La soledad, la angustia y el dolor por la pérdida se reflejan en aquellos textos con una actualidad tremenda.

Tal vez a esos niveles de sentimientos, auténticos y profundos, el tiempo no pasa, porque hablamos de características consustanciales nuestras. Allí quedan esos exponentes de un dolor de entonces, pero que es de siempre.

En cuanto a la vida familiar, tenemos una estela, la de Crecente, que nos aporta alguna información. A pesar de la dureza del granito, los canteros se preocuparon en presentarnos la finura y la fidelidad de su trabajo. Los pliegues de las togas caen como caerían los naturales, los cabellos nos permiten ver cómo eran los peinados. Todos los detalles que se quisieron exponer, se expusieron sin otro límite que el deseo de quien encargó las estelas.

La estela de Crecente, de aquí al lado, es muy completa y nos dice muchas cosas. Tiene esculpido un epitafio, que viene a decirnos que "Apana, hija de Ambolo, que vivía en tierras de los Célticos, al norte del Tambre, murió a los 25 años y está enterrada aquí. Su hermano, Apano, fue el promotor de esto". La traducción es muy superficial, mía, pero lo primero que me impresiona es la temprana edad a la que murió Apana. Hoy, febrero de 2022, sería considerada casi una adolescente.

Hay un detalle esculpido en esta estela. Es el grupo familiar formado por el padre, de pie tras dos mujeres sentadas, tal vez una de ellas Apana, y el niño que, por pequeño, aparece sentado sobre las rodillas de una de las mujeres. Es una composición romana con el paterfamilias cobijando o amparando a los demás.

Yo encuentro que la composición del grupo ha sido constante en los modos de representar familias hasta mediados del siglo XX, cuando las fotos eran "de estudio". Esa representación nos resulta muy familiar a todos los lucenses.

Me gusta imaginar cómo debió ser el Lucus Augusti de entonces. Ojalá sigamos con nuevos hallazgos que nos permitan conocer mejor nuestro pasado, que es un modo eficaz de conocernos mejor a nosotros mismos.
Valadé del Río, Emilio
Valadé del Río, Emilio


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