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El presente

viernes, 28 de enero de 2022
Llevamos siglos, milenios, posiblemente decenas de milenios preguntándonos sobre qué es el presente, el tiempo, el espacio, nuestro lugar en todas esas realidades.

A veces, muchas veces, si deseo ser sincero, cuando recorro pueblos de la Mancha y algunos de Castilla, me da la sensación, todavía existen calles alargadas o con curvas, con casas de una planta. Y, me digo-surge en la mente-conciencia-consciencia, que es o sería lo mismo, que millones de casas que hayan existido a lo largo de los siglos, que muchas ciudades romanas, incluso griegas. La misma estructura. Es decir, las grandes cuestiones, siguen como piedras cayendo sobre nuestros corazones generación tras generación...

En esta serie de homenaje-recuerdo-memoria sobre articulistas de este paisaje de ajedrez que forman-conforman nuestro mundo-terruño, me he encontrado de bruces, con el artículo titulado El puente que enlaza el pasado y el futuro, de Magda Bandera, publicado el 05 de febrero del 2019 en el digital La Marea.com.

Podría perfectamente, que es lo que diseñan la mayoría de columnistas, tomar la idea-tema-cuestión de otro articulista, pero no citarlo. O, podría, combinando con las realidades del presente, surgir nuevas cuestiones, a raíz de grandes acontecimientos, o de pequeñas realidades, o, quizás, pues tomando del pasado temas y artículos y acontecimientos. Pero es lo mismo, si cito a los autores-as columnistas, de hoy y de ayer de este viñedo pentagonal que forma esta Península que habitamos y nos habita, es también una especie de homenaje a cada uno de ellos y ellas y, a todos, aunque no pueda citar a todos, al articulismo en general.

El presente lleno de realidad o realidades, de sueños o de encuentros, de sentimientos o de ideas, de lazos y de desnudos de palabras y, de alegrías o de tristezas y, de salud o de enfermedad. Estas son las grandes cuestiones metafísicas, que si no recuerdo mal, el gran Umbral, decía, algo parecido que era teología vestida de seglar, podríamos reinterpretarlo e indicar que es Hegel vestido de Prada, o quizás, templo religioso-filosófico en sala de noches de fiestas o...

¿Qué podemos decir-consolar-sugerir a un ser humano, a uno mismo, a otra persona, cuándo llega ese día al facultativo, después de unos análisis y le indica, que en su cuerpo se ha desarrollado, incipientemente, una grave dolencia? ¿Qué, puedo yo, modesto articulistas, que como todos, en el tiempo-espacio le ha sucedido demasiadas veces, esta realidad, a otros, a los cercanos, a uno mismo? ¿Nosotros que sabemos estamos hechos de carne y nervios, que de momento, se van terminando en su ser-existencia? ¿De nosotros que no entendemos o medio comprendemos, lo de la enfermedad, la muerte, el silencio, si existe Algo después de esta vida, si...?

Pienso que el sistema de ideas que alguien tenga, es lo mismo, el nivel cultural o económico o social o religioso, si ha existido produciendo sombra ahora, o dentro de cien años, -no me atrevo a indicar mil años-, o hace cinco mil años. -En la prehistoria se ha encontrado huesos, cicatrices fosilizadas de graves heridas, y que curaron o mantuvieron a esa persona, en vida, lo que quiere decir, que tuvo que ser cuidado durante mucho tiempo-. Tener compasión-misericordia-piedad como nos dirían el gran Buda o El Nazareno, esta es una de las definiciones más profundas de la masa-materia-cuerpo-nervios de lo humano-humanidad, humaneidad, como algunos ahora lo describen.

Las humanidades cada vez, cuentan-relatan-describen-definen menos en las enseñanzas regladas, por tanto, cada vez, más generaciones terminan sus estudios, sin herramientas para hacer-luchar con y en la vida-existencia y en la historia personal. No somos capaces de entender y comprender y soportar el sufrimiento y el dolor y la muerte y la pena y la angustia, no de forma sádica o masoquista, sino racional y prudente, haciendo todo lo posible, para curarse de esas heridas, con el saber ortodoxo, con la moral correcta, pero al mismo tiempo, soportando el dolor del existir, igual que soportamos la alegría del existir.

Todos, debemos saber, que tendremos en el caminar por esta vía-carretera-acueducto dolores y alegrías, ambas cosas-realidades hay que saberlas llevar, decían, los viejos maestros antiguos, antes conocía la cita y el autor, "que hay que saber sobrellevar con mesura y moderación las alegrías y las penas, que las grandes alegrías no te exulten tanto, como para no comprender que todo pasa, que las grandes penas, no te deterioren-depriman tanto, que no comprendas que también van pasando".

Reitero, para no cansar más, dejar a usted que está sentado en el autobús de viaje al trabajo o de vuelta a casa, quizás, en una sala de espera, con el móvil, releyendo esta columna. No le canso más, para que pueda releer algunos párrafos y mirarse desde su corazón más profundo, y, quizás, el tiempo que he dedicado a redactarlo, y, el tiempo que usted ha dedicado a leerlo, no haya sido baldío-perdido-olvidado, sino que sirva para usted y para la sociedad.

Reitero la necesidad de pensar-meditar-sentir-leer-razonar-argumentar-analizar columnas periodísticas, de diversos autores, porque, pienso en un tiempo que nadie se atreve a indicar nada de nada, nada de nadie, nada de llevarte la contraria. Quizás, en los artículos y las viñetas, es el único lugar, que todavía, algunos autores y autoras, como la que leemos, nos expresan-dicen-indican "que el rey está desnudo", pero el rey y el mancebo y el conde y el ministro y el agricultor es usted y yo...
Caminero, Jmm
Caminero, Jmm


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