En defensa de nuestra agricultura y ganadería, no a las macrogranjas.
Los grupos de presión, que todo lo copan, nos quieren hacer ver que la agricultura o ganadería intensiva es buena para el medio rural. Nada más lejos de la realidad.
Las macrogranjas, que están apareciendo cada vez más en nuestros pueblos, además de masificar y maltratar a cerdos o corderos, maltrata el entorno consumiendo grandes cantidades de agua y dejando vertidos de purines que perjudican seriamente el medio rural por olores y perjuicios de contaminación. Y además, no generan empleo en la zona, al contrario, provocan un abandono de núcleos cercanos a estas construcciones.

Las empresas que dirigen y explotan estos negocios no son agricultores, ni ganaderos, ni viven en el medio rural, son grandes multinacionales y fondos de inversión que viven en las mejores zonas de las grandes ciudades y el medio rural no les interesa lo más mínimo, solo el negocio.
Al igual sucede con las grandes explotaciones de agricultura intensiva, con abonados excesivos y gasto enorme de agua, con dos cosechas anuales en suelos sin descanso, explotados por empresas que no residen en el entorno y tienen poco de agricultores.
Ser agricultor y ganadero en el medio rural es participar del medio, vivir con él y trabajar para producir al tiempo que se cuidan los recursos naturales.
Ciertos medios para defender que las grandes empresas sigan devastando el medio rural, intentan que los verdaderos agricultores y ganaderos se sumen en defensa de ese otro tipo de exploración masiva como si fuesen el mismo gremio, cuando la realidad es que estás macrogranjas y estas formas intensivas de producir, además de perjudicar seriamente a nuestra salud, perjudica económicamente a nuestra agricultura y ganadería, perjudica al entorno y mata nuestros pueblos.